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En la piel de mis ancestros: Don Román

Baldorioty

Himno de Puerto Rico

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Por: Nomar Stefans

En pleno siglo diecinueve, Román Baldorioty de Castro anhelaba la creación de un colegio de ciencias naturales y la implementación de colegios de agricultura y artes industriales, historia, comercio, lenguas vivas y filosofías. 

Anclados en la libertad absoluta de pensamiento, voz y acción, Puerto Rico ha de ser el puerto preciado para una eterna expresión de justicia, igualdad y honroso progreso social. Con cada nuevo sol que se pasea por las montañas de nuestros cautivos campos, también nacen atroces retrocesos sociales. Es entonces cuando se debe colocar la mirada fija en todas las batallas que inalcanzablemente dan nuestros pueblos, líderes comunitarios, jóvenes y nuestra gente.

Esta isla que acurruca las Antillas ha sido parte trascendental de los momentos más relevantes de la historia, la cultura, el arte, la política, la economía y la educación para nuestros países hermanos. Hoy, esta linda tierra borincana atraviesa la ofensiva más grande de su juego patriótico. Entonces, brota un deseo de invocar a esos próceres que ferozmente dieron la mejor y más leal contienda para levantar a este país del gigante hueco donde lo querían sumergir.

Y cuestiono… ¿Qué estaría haciendo hoy nuestro gran Román Baldorioty de Castro? ¿Estaría dejando sus gotas de sudor sobre las cenizas que cubren a Peñuelas? ¿Estaría forjando una nueva lucha para que nuestros niños y niñas tuviesen una educación de avanzada? ¿Estaría mano a mano cambiando el destino incierto de nuestros trabajadores pensionados? ¿Estaría de plaza en plaza pronunciando lo que debería ser nuestra realidad política? ¿Estaría creando alianzas internacionales para el desarrollo sustentable de nuestra economía?

Quizás estaría en estas hazañas y en otros tantos asaltos que le hacen a nuestra raza. Baldorioty de Castro, majestuoso en todas sus facetas, ha dejado una herencia de cómo ha de lucharse por el país al que pertenecemos. Él, con una autoridad sólida, planteaba que los problemas por los que pasaba Puerto Rico debían ser solucionados con una estructura autonómica, pues entendía que abrazaba la justicia y la igualdad para todos. Dentro de su afán por servir, la educación fue uno de sus grandes quehaceres. Haciéndole honor, adentrémonos en la mente y el corazón de Román Baldorioty de Castro, y perfilemos cómo ha de ser su faena por la educación puertorriqueña. Me coloco en su piel…

“¡Puertorriqueños y puertorriqueñas! Un nuevo mañana nos da la bienvenida para que comencemos a tallar otro camino borincano. En los pasados días he planteado cómo ha de atenderse, desde mis ojos, todos los conflictos por los que estamos atravesando. Hoy, en este diálogo con ustedes, me parece que debemos de puntualizar en el tema más importante de cualquier país. Ese que nos dará civismo, humanismo, capacidad humana para enfrentar los retos del mundo moderno y que es vital para forjar comunidades prósperas en todas sus dimensiones: la educación.

Nuestro sistema de educación debe atender cuatro aspectos fundamentales. Primeramente, debemos erradicar la pobreza y la desigualdad social con un acercamiento multigeneracional para lograr una educación más accesible y justa para todos. Segundo, trabajar con dos factores que aquejan al siglo veintiuno: la falta de alfabetización científica y digital. A la par con esta visión, necesitamos que nuestros jóvenes tengan como opciones cautivadoras profesiones como la agricultura y la ingeniería tecnológica, e impulsar el empresarismo como primera opción de sustentabilidad.

Otro aspecto indispensable para iniciar un plan de transformación educativa de país es brindarles a los maestros políticas integrales, educación continua y mejores condiciones laborales. Finalmente, se tiene que hacer un pacto de políticas educativas con metas a diez, quince y veinte años sin importar quién este liderando al país en ese momento. Basados en estos cuatro puntos, podremos colocar a nuestros estudiantes ante un nuevo universo de crecimiento humano y académico, con resultados en el ámbito laboral del país. Esto se logrará visualizando la educación como un enorme proyecto de país en el que todos somos pieza crucial para su funcionamiento y longevidad.

Gracias a todos los que concurrentemente aportan a la Isla del canto del coquí. Les recuerdo que mientras exista una razón para amar a la patria, ahí estará latente mi lucha. ¡Alza, alza, alza tu mirada Puerto Rico bonito; hay un horizonte lleno de nuevos bríos para todos! Un destino emprendedor nos susurra”.

 

Himno de Puerto Rico

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