Por: Andrea Yambot Lugo
El Adoquín Times
Fotos: Four Two Photography
Una de las parejas más estables y exitosas en el escenario artístico de nuestro país lo son Jacobo Morales y Blanca Silvia Eró. Su historia de amor parece formar parte de un guión de cine. Él conserva viva en su memoria el momento en que la vio por primera vez y su corazón le indicó que ella sería la elegida para compartir su vida. Siendo niño, la familia de Jacobo decide mudarse de Mayagüez a San Juan y van a vivir a la casa del abuelo paterno, en la calle Cerra en Santurce. En el patio que colindaba con la parte trasera de la casa, él veía a unos niños jugando. Años más tarde Jacobo comprobó, por medio de unas fotos familiares de Blanca, que una de las nenas que jugaba en ese grupo era ella.
Pero no fue hasta los catorce años, que se conocieron en la Escuela Superior Central, cuando recibieron el clásico flechazo de amor; desde entonces sus vidas caminan paralelas y continúan tan enamorados como el primer día en que se conocieron. Esta unión, que ha sido bendecida con una hermosa familia, ha dado a su vida la energía necesaria para saborear cada motivo de alegría.
La semilla del arte se ha perpetuado en sus hijos y nietos. El mayor, Paco, fue actor infantil en el antiguo programa televisivo Esto no tiene nombre; Maler, la niña, escribe hermosas poesías; y el menor, Pancho, es poeta y pintor de gran talento. Todos ellos son profesionales, pero siempre sacan tiempo para la manifestación de su vena artística. Blanca agradece a Dios, la dicha de su larga vida matrimonial al lado de su compañero que tanto ama.
Su hogar semeja un remanso de paz, donde predomina una atmósfera placentera; infinidad de libros, carretes de películas, fotos familiares y placas de reconocimiento a su labor artística, adornan sus paredes. Cada mueble y objeto adquirido durante todos estos años de feliz unión son testigo de la dicha de un amor vivido a plenitud.
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Desde niño, Jacobo se inclinó por la actuación; participaba en actividades escolares artísticas y sobre todo leía mucho y escuchaba la radio. Pero su mentora fue la maestra de español, Mrs. Muñoz, quien tenía un círculo dramático en la clase y estimulaba su participación en obras de teatro. En una ocasión le regaló una medallita, la que atesora con mucho cariño, por su buena actuación en una presentación escolar y ese fue el gran estímulo que, a sus catorce años, influyó en el desarrollo de su talento.
Respondiendo al anuncio de una emisora radial que transmitía en su totalidad programas dramatizados, acude a una audición y le reclutan para participar en la serie Los Tres Villalobos, pero confligía con su horario escolar, gestiona y obtiene su traslado para la Central High y es ahí donde conoce a Blanca, e inician su romance. En su constante afán de aprender, participa además escribiendo cortos libretos, combinando así la actuación con la escritura, hasta llegar a ser director de escena, rol en el que comparte el pensamiento del director alemán Billy Wilder, quien afirma que se convirtió en director para poder defender sus guiones.
Blanca ha sido su más ferviente crítica a la vez que le ayuda colaborando en todos sus proyectos. Es excelente en la elaboración de las audiciones y tiene muy buen ojo al escoger los actores y títulos de las obras. Tomar en consideración el temperamento real del actor, es el criterio que usa para elegir a los protagonistas de sus películas, porque así el actor puede fundirse totalmente en la interpretación del personaje a ser caracterizado.
Pasión por el teatro
Otra de las grandes pasiones de Jacobo Morales es el teatro. Escribir sobre este género ha sido una de las cosas más importantes que ha realizado. En él, logra transmitir la realidad del pensamiento universal del hombre en su real esencia. Su obra Al final del Eclipse, cuyo tema es la homosexualidad, formó parte del Festival del Tercer Amor presentado en el Teatro Coribantes. Su más reciente obra Reality Show, está en espera de ser presentada en televisión dentro de un concepto cinematográfico, pero conservando su texto completo. Y hemos disfrutado de dos temporadas de la serie Historias y Memorias, que junto a Blanca nos lleva a evocar hermosos recuerdos del ayer. Tiene en agenda tres guiones esperándole y quien sabe si alguna otra película.
No podemos dejar de mencionar la labor que Jacobo realiza impartiendo talleres de actuación a jóvenes de residenciales públicos, pero con la humildad que le caracteriza menciona que cuenta con varias personas que le ayudan en este menester. Su consejo para los jóvenes que interesen incursionar en este campo es que deben enfatizar en un buen guión, seguir sus instintos en lo que deseen realizar; la autenticidad de la historia y que los personajes representen verdaderas vivencias humanas en sus sentimientos.
La histórica nominación al Oscar
El haber sido nominado para un Oscar con su película Lo que le pasó a Santiago, fue para ellos como un sueño nunca imaginado. Nos cuenta que cuando Blanca se lo notificó, ya que fue ella quien recibió la noticia, él se quedó muy sereno y además de la euforia y la alegría, únicamente pensó que había sido como sacarle el máximo provecho al cine puertorriqueño, exaltando además la labor de sus colaboradores en este proyecto. Blanca afirma que este premio les llegó sin ser esperado. “Son cosas que uno piensa que nunca van a suceder.”
Entre las muchas anécdotas, nos cuenta que el día de la premiación, el guía anfitrión asignado los llevó en una gran limusina adornada con la bandera puertorriqueña. Para ellos fue un detalle muy emotivo, pero la joven que conducía el vehículo perdió la ruta y llegaron retrasados. Ya habían desfilado las películas de menos notoriedad, pero esta situación dio paso a que ellos tuvieran mayor exposición, pues desfilaron con las grandes estrellas del evento. Nuestra película obtuvo un segundo lugar, pero realmente Jacobo dio a conocer a Puerto Rico como un lugar idóneo para realizar buen cine, además del talento existente.
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Otra película que le ha dado grandes satisfacciones ha sido Linda Sara, interpretada por Dayanara Torres y Chayanne. Reconocida internacionalmente, compitió y fue galardonada en el Festival de Cine en Mar del Plata.
En su vasta carrera, ha sido recipiente de innumerables premios y reconocimientos locales e internacionales. En diciembre de 2014, la Universidad de Puerto Rico le confirió el grado de Doctor Honoris Causa en Humanidades, galardón que aceptó con gran humildad y orgullo por venir de su Alma Mater. Ha participado exitosamente en películas norteamericanas bajo la dirección de grandes directores. Su técnica para memorizar las líneas es la de la memoria asociativa; asociar la línea con el movimiento, pues un guion bien escrito facilita al actor a tener clara la trayectoria mental del
personaje.
Añora con gran nostalgia su participación en Los Rayos Gamma, programa de sátira política que muestra cómo la personalidad del boricua no se refleja en las esferas del poder y asegura que Puerto Rico esta ávido de programas que muestren su cultura.
Jacobo Morales, un ser de gran calidad humana, ama entrañablemente a su Patria, su familia y a su gente. Un ser cuya profundidad de pensamiento trasciende fronteras.
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