Río Piedras: Antes, Después y Ahora

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Por: Milton Rúa de Mauret
El Adoquín Times

Antes

El pueblo de Río Piedras se fundó en 1714, como la Villa del Roble. Según el historiador Cayetano Coll y Toste, esta aldea se estableció en una pradería conocida como la Vega de las Garzas Blancas. Este fue el quinto poblado de la Isla. Ya para el 1776, existía la iglesia parroquial Nuestra Señora del Pilar, el puente de Martín Peña y varias casas en el área con una población de 1,369 personas, según datos recopilados por el historiador Fray Iñigo Abbad en su obra “Descripción de los pueblos de la Isla en 1776”. Para esta misma época, Abbad describe las riquezas de sus tierras, por los cultivos que se daban, que abastecían a la Capital. Caña de azúcar, algodón, café y casabe, eran algunos de los cultivos que se daban en el Roble. Aunque esta área disponía de terrenos muy fértiles para la agricultura, sus habitantes no se preocupaban por explotarlas al máximo, lo que llevo al pueblo a un cierto estancamiento. Pero no fue hasta el 1824, cuando el gobernador Miguel de la Torre, viendo el potencial del área, intervino para abrir puertas a un mejor desarrollo del pueblo y designó a don Francisco Álvarez como alcalde de Río Piedras.

En su historia, Río Piedras ha pasado por diversas reorganizaciones territoriales hasta principios de la década del 50, cuando se anexó a San Juan. Sectores como Hato Rey, Cupey, Caimito, entre otros, son originales del municipio riopedrense. En 1951, la Legislatura aprobó legislación (Ley 210), autorizando la celebración de un referéndum para consultar al electorado de los municipios de Río Piedras y la Capital de PR, sobre la consolidación de ambos territorios en uno. La unión resultó favorecida por el electorado el 4 de junio de 1951 y el primero de julio de ese mismo año, quedaron oficialmente unidos Río Piedras y San Juan en un solo municipio: San Juan Bautista, Capital de Puerto Rico.

Imagen: La alcaldesa Felisa Rincón de Gautier en campaña a favor de la consolidación de San Juan y Río Piedras en 1951. Cortesía Archivo Fotográfico AGPR.

Durante la década de 1960, hasta principios de los 1980, se puede considerar que Rio Piedras tuvo su época de oro como ciudad. Además de ser un importante centro educativo como lo sigue siendo hoy, por la presencia de la Universidad de Puerto Rico, el casco urbano riopedrense fue un punto de trasbordo entre San Juan y los pueblos de la Isla, y fue una de las más activas áreas comerciales del área metropolitana. Comercial Ubiñas, Mueblería La Luz, Farmacia Arzuaga, Cabrer, Domingo Domínguez Cash & Carry, Humberto Vidal, Almacenes Riviera, bancos, restaurantes, entre otros, fueron importantes comercios que tuvieron presencia en la Villa del Roble.

Después

Según María Isabel Vicente, ex presidenta de la Asociación de Comerciantes de Río Piedras, la situación de este sector empezó a decaer durante la década de los 90, cuando las tiendas abandonan los centros urbanos, la llegada de las megatiendas y la expansión de los centros comerciales. La Universidad de Puerto Rico “dejó de ser parte de Río Piedras”. Muchos de los clientes de los comercios eran los profesores de la UPR. Profesores y escritores como Juan Ramón Jiménez, Margot Arce y Nilita Vientós Gastón “pululaban” por el casco urbano de Río Piedras, según indicó Vicente a El Adoquín Times.

Imagen: Plaza de Diego Mall. Cortesía: Biblioteca Nacional de PR

Durante la década de 1990, ocurrieron unos eventos que complicaron mucho más el panorama para Río Piedras. La explosión ocurrida en la tienda Humberto Vidal en 1996, un fuego en la Plaza del Mercado ocurrido al siguiente año y la construcción del Tren Urbano. Según expresó María Isabel Vicente, durante la construcción del Tren Urbano, la situación fue “horrible” para toda la comunidad de Río Piedras “ya que no cumplió con su cometido. Se suponía que, en un radio determinado de cada estación, se dieran unos desarrollos comerciales, residenciales y que diferentes medios de transportación alimentasen el Tren Urbano, pero eso no ocurrió”. La construcción de la Plaza Universitaria tampoco favoreció el centro urbano riopedrense. La Asociación de Comerciantes de Río Piedras, llegaron a plantearle a la administración universitaria que no se construyera el proyecto y que, a cambio, la UPR adquiriera edificios de residencias abandonados por las avenidas Ponce de León y dentro de la De Diego, con el fin de aprovechar espacios vacíos y abandonados para la rehabilitación de Río Piedras, algo que no ocurrió, porque “había unos intereses económicos” a favor de la construcción del edificio.

Para María Isabel Vicente, lo que necesita Río Piedras es hacer un mapa detallado de Río Piedras y una encuesta para residentes que les pregunte qué es lo que quieren en la comunidad, como mueblerías, lavanderías, zapaterías, supermercados, etc. “Río Piedras necesita una persona como un administrador de un centro comercial. Decidir qué tipo de comercio y dónde ponerlo. Y si es necesario, darle una exención por 10 años, eliminar deudas, empezar desde cero. Es mejor cobrar IVU y patentes que no cobrar nada”.

Ahora

Este periódico conversó con el grupo del Cuerpo Consultivo y el Fideicomiso para el desarrollo de Río Piedras, en las oficinas del Centro de Acción Urbana, Comunitaria y Empresarial (CAUCE), una unidad administrativa del Recinto riopedrense de la UPR. En mesa redonda estaban presentes Ana María Luquis de la Asociación de Residentes de Santa Rita; Mónica Ponce Caballero, trabajadora social en CAUCE; Cristina Miranda Palacios, presidenta del Fideicomiso para el Desarrollo de Río Piedras; Julio C. Verdejo, representante de los residentes ante el Cuerpo Consultivo para el Desarrollo de Río Piedras; y Mercedes Rivera, directora de CAUCE.

Imagen: Paseo de Diego hoy. M. Del Valle

Ana María Luquis, expresó que la Ley 75 de 1995 de Rehabilitación de Río Piedras, los ha mantenido unidos, ya que están trabajando en los criterios para actualizar el plan, tras la enmienda que se hizo de la ley en mayo 2016. Los criterios del plan los está trabajando el Cuerpo Consultivo, con el fin de sacarlo para octubre y presentarlo a las entidades pertinentes, como la Junta de Planificación y el Municipio de San Juan para implantarlo. Luquis añadió que, aunque hay una gran tristeza entre la comunidad y los vecinos, hay una gran esperanza con la rehabilitación de Río Piedras, gracias a las gestiones que se están llevando a cabo.

Ana María Luquis, se imagina un Río Piedras como el del pasado: con muchas tiendas, edificios modernos, más residentes de diferentes niveles económicos, más actividades culturales para niños, el cine Paradise abierto y una mejor iluminación. Expresó, además, que en términos de seguridad, ella se siente segura caminando de noche en Río Piedras.

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Por su parte, Cristina Miranda Palacios dijo a este rotativo que ha sido una combinación de factores los que han causado que Río Piedras dejara de ser un importante centro urbano comercial a lo que es actualmente. Además del desparramiento urbano, la explosión del 1996 y de la construcción del Tren Urbano, a esto se le añade el problema de la percepción generalizada de la población sobre Río Piedras, en términos de seguridad y estacionamiento.

Río Piedras tuvo su poder como municipio hasta la unión con San Juan. Según Julio C. Verdejo, antes de la década de 1950, Río Piedras contaba con su alcaldía, su actividad económica y una planificación que respondía a Río Piedras, pero al consolidarse con la ciudad capital, el centro de Río Piedras deja de existir. Los sectores sanjuaneros del Viejo San Juan, Santurce y Río Piedras competían por la atención, pero Río Piedras “quedó como el patito feo administrativo de San Juan”, y el municipio capitalino “nunca supo qué hacer con él”, sostuvo Verdejo. Verdejo añadió que en Puerto Rico se produce muy buenos e innovadores planes de investigación de política pública, “pero fallamos en la implementación de la misma”.

En este acercamiento ciudadano desde el Cuerpo Consultivo, será la ciudadanía la que estará a cargo de revisar ese plan y “darle mollero” e impulso comunitario a su implementación. Con este propósito existen organizaciones que respaldan la política pública que se refleja en la ley 39 del 2016 que reactiva el Fideicomiso para la rehabilitación de Río Piedras.

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Por su parte, la directora de CAUCE, Mercedes Rivera expresó que uno de los problemas que ha tenido Río Piedras es que la planificación se ha llevado a cabo por años desde un escritorio y no desde la comunidad. Se han planificado cosas que no son ejecutables, sin pensar en su financiamiento, pero que existe una esperanza con la Ley 75 y será necesario la integración de la Universidad a la comunidad. En cuanto al Fideicomiso añade que han sido muy cautelosos, ya que necesitan fortalecer su estructura organizacional, para luego activar a todos los demás grupos.

Rivera explicó que la vida comercial en Río Piedras es muy particular. Hace dos años hicieron un inventario de negocios. “Cuando me mudé aquí me gustaba el asunto del comercio local. Entre todos los barrios, la economía local tenía en ese momento, más de 150 cafetines, colmados y barras; muchos salones de bellezas, barberías en cada esquina, tienditas de frutas y vegetales, escuelas y servicios médicos de toda clase. Estaba ocurriendo mucha actividad, pero no se viabilizaba en la avenida Ponce de León”, expreso Rivera quien añadió que en Buen Consejo hay una panadería y que en el casco de Río Piedras abrirá otra próximamente.

Limpieza y edificios abandonados

Cuando se trata de limpieza en la ciudad, Julio C Verdejo indicó que el problema que ha tenido Río Piedras por años, es que estuvieron muy acostumbrados al recogido diario de la basura y que no existe un programa de reciclaje. A través del programa Río Piedras Respira, están educando a comerciantes y residentes sobre la disposición correcta de la basura, que incluye el poder utilizar desperdicios orgánicos como compostaje. Actualmente, este programa trabaja con voluntarios y el Puerto Rico Recycling Partnership, una oficina de la Universidad de Syracuse de NY. Sobre el problema del “tagging” -o el marcado con aerosol sin ningún propósito- en edificios abandonados, este programa trabaja alternativas que incluye la colocación de plantas como la hiedra que tapen áreas propensas.

Gran parte del deterioro de los edificios se debe al abandono por parte de sus dueños. Estas estructuras son propiedades de personas y corporaciones privadas, no del gobierno. Según explico Miranda Palacios, en CAUCE son como el “realtor” de Río Piedras, “nosotros aspiramos a un fideicomiso sustentable, exitoso, y que haga dinero, para poder invertir en Río Piedras. Estamos enfocados en el desarrollo de diferentes ámbitos desde culturales, vivienda, sociales y económicos”. Miranda añadió que el fin del Fideicomiso es poder adquirir propiedades con el propósito de rehabilitarlas y ponerlas al uso de la comunidad.

En el Paseo de Diego, Julio C. Verdejo explicó que en los primeros bloques, es el Municipio de San Juan el dueño de la tierra y tiene unos dueños de edificios con unos contratos de alquiler, que el municipio podría hacer que cumplan con unas responsabilidades, como es el darle mantenimiento. “Mas allá de eso, los precios de alquiler podrían bajar un poco. El Cuerpo Consultivo llegó a tener una reunión con un grupo de “realtors” y dueños de edificios. Los “realtors” comentaron que muchos de los dueños de edificios ‘están estancados en los 1990 y no quieren bajar el precio de arrendamiento’. En dicha reunión hubo representación de PRIDCO, quienes le recomendaban a los “realtors” que les dijeran a sus clientes que, en vez de cobrar seis meses de renta al inquilino, le dieran la oportunidad de remodelar y el costo de remodelación, lo dedujera del costo de alquiler”.

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CAUCE ha trabajado con un inventario de los edificios en desuso. Muchas de estas estructuras están en manos de sucesiones y herencias. La responsabilidad de catalogar estas estructuras como “estorbo público” está a nivel municipal, es un proceso que no es automático y representa costos para el municipio. En cuanto a la posibilidad de expropiación, para eso tiene que haber un cambio de percepción y un inversionista que quiera invertir en el área comercial de Río Piedras.

Cierre del corral de la AMA

En Río Piedras el cierre del terminal de guaguas de la Autoridad Metropolitana de Autobuses (AMA), fue un fuerte golpe para la comunidad, ya que era un centro de trasbordo de todos los medios de transporte. Antes del cierre del “corral de la AMA”, Río Piedras contaba con conexión directa a Caguas, Carolina, Trujillo Alto, y el Aeropuerto. Para Mercedes Rivera, la comunidad no podía creer lo que había ocurrido, ya que la conectividad de la transportación pública desapareció. “La transportación pública en muchos países es el activo más apreciado, porque la gente se monta en ese espacio y todos son iguales”.

Imagen Cortesía: Archivo Fotográfico AGPR

Mercedes recordó, además, cuando los artistas que se reunían en Casa Ruth propusieron y trabajaron en la creación de un bloque artístico en el Paseo de Diego. Las tarimas, jardineras y toldos que aún permanecen allí fueron propuestas de los artistas, con ayuda de la Escuela de Arquitectura y TASO Taller Arquitectura Social; construido por el municipio”.

Para cerrar, el casco de Río Piedras cuenta con el espíritu de los comerciantes de querer hacer negocio y los residentes están unidos a éstos para continuar su esfuerzo de resurgir el área. A través de la oficina de CAUSE en la Calle González #1056 o accediendowww.caucepr.com puede descubrir las opciones que tiene Río Piedras. Si añora que este sector vuelva a resurgir, lo mejor que puede hacer es visitarlo, apoyando así su desarrollo para devolverle ese brillo que merecen sus ciudadanos.