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Por su hábito de la lectura Jorge Rivera Nieves adquirió un extenso vocabulario, siempre cuidando el uso correcto de la lengua española. Era un estudiante muy aplicado con metas bien definidas y se destacaba en la declamación.
Su nombre evoca una de las figuras más destacadas de la televisión puertorriqueña. Jorge Rivera Nieves nació en Río Piedras el 22 de enero 1951 y comparte su fecha de cumpleaños con la también talentosa e inolvidable compositora Silvia Rexach. Hijo de Esperanza Reyes, de Yabucoa y Jorge Rivera, de San Germán, Rivera Nieves se crio en Santurce en un hogar rodeado de mucho cariño junto a sus hermanos. Fue el primer hijo varón, ya que su papá tenía tres hijas de un matrimonio anterior. Desde niño posee una actitud optimista que le ha guiado por el camino de la vida. El buen carácter y gran sentido del humor ha sido marca de distinción que le ha acompañado día a día hasta lograr formarse en el excelente profesional que es.
Por su hábito de la lectura Jorge Rivera Nieves adquirió un extenso vocabulario, siempre cuidando el uso correcto de la lengua española. Era un estudiante muy aplicado con metas bien definidas y se destacaba en la declamación. Por sus dotes de liderazgo en su clase de noveno grado, fue seleccionado presidente y como tal, debía organizar las actividades de graduación. Al dirigirse a sus compañeros, su manera de expresarse llamó la atención del profesor Eligio Armstrong, quien advirtió su perfecta dicción.
Éste le estimuló para que incursionara en la radio. El joven Jorge Rivera Nieves pensaba estudiar leyes, pues soñaba con ser abogado y jamás imaginó que llegaría a convertirse en una figura icónica de la televisión. Entre 1968 a 1976 comenzó como locutor en WAPA Radio; se desempeñó como maestro de ceremonias, reportero y locutor de cabina en WAPA Televisión. En 1977 fue reclutado en Telemundo Canal 2 para el noticiero de las 5:00 de la tarde. Su llegada a Telemundo fue cuando el periodista deportivo Junior Abrahams le comentó, mientras trabajaba en radio, que el canal 2 estaba desarrollando un nuevo concepto de noticiario y que estaban reclutando personas para trabajar.
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Tal como dice, comenzó desde cero y nunca pensó que llegaría a ser Ancla, lo que ocurrió en 1986. Ha tenido de compañeras de trabajo a Sylvia Gómez, Carmen Jovet y Johanna Rosaly, entre otras y actualmente Ivonne Solla. En el ejercicio de su labor, siembre ha tenido excelentes calificaciones. Entiende que los medios de comunicación son la vía idónea para la defensa de los principios de la justicia y la verdad, y cree firmemente en la equidad social y la no discriminación.
Y que además de informar y entretener, la finalidad es educar adecuadamente. Que el principio de la corroboración es inviolable. Desde sus inicios en el programa En Vivo a las 5:00, Jorge Rivera Nieves fue ganándose el respeto del público. Rivera Nieves se considera una persona genuina, optimista y siempre dispuesto a ayudar a los demás. Su voz acariciadora y modular les es muy familiar a todos los puertorriqueños, la credibilidad de su información es incuestionable, ya que, de acuerdo con su credo, realiza una investigación tan minuciosa como exhaustiva antes de lanzar al aire cualquier información.
Jorge Rivera Nieves es un caballero refinado, inteligente y encantador. Posee un gran sentido de humor y es además compasivo y muy humanitario. Respeta mucho nuestras tradiciones y la música; en su tiempo libre gusta de la bohemia. Han sido innumerables los premios, reconocimientos y homenajes que ha recibido por su trayectoria.
Como padre está totalmente realizado, mantiene una estrecha relación con sus dos hijas y piensa que, a través de ellas, realizó su sueño de ser abogado pues Mónica, su hija menor, ejerce en las leyes y Grenda consiguió estudiar formalmente periodismo. Ambas jóvenes en sus respectivas profesiones han obtenido infinidad de logros, basados en sus propios méritos, y se sienten muy orgullosas de su padre. Las memorias de Jorge Rivera Nieves estarán contenidas en el Anecdotario de un periodista silvestre, libro de su autoría. Aspira cuando se retire dedicarse de lleno a su otra pasión, la música, y poder llegar a grabar un disco.
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Grenda expresó a El Adoquín Times, que de joven le costó entender por qué debía compartir a su papa con tanta gente, pero luego entendió que él pertenecía a un amplio espacio abierto, cónsono con su personalidad y filosofía de vida, y ahora celebra agradecida que tanta gente lo quiera y a la vez se puedan nutrir de todo ese conocimiento que tiene su padre para ofrecerles.
De niña, recuerda cómo su papá le narraba estampas de la historia, leyéndole cuentos como En el fondo del caño hay un negrito de José Luis González, ya que ella lo visualizaba por la forma en que su padre lo narraba. En cuanto a la música, no olvida aquellos viajes en automóvil o estar sentada al lado de la vellonera mientras su padre jugaba billar, escuchando desde nova trova hasta salsa. Aprendió muchísimo de él, ya que cuando ella tenía alguna duda o pregunta, su papá le respondía desde tres perspectivas: la de padre, la de hombre y la de amigo.
Trabajar con su Papá Jorge Rivera Nieves fue una bendición. Una experiencia enriquecedora de poder estar en un plano de igualdad de compañeros de trabajo, el escenario ideal para compartir el cariño que se profesan. Entre ellos la comunicación fluía sin palabras, solo con la mirada. Se programó mentalmente para poder tratarlo como un camarada de labores llamándolo por su nombre, aunque en la pausa, volvía a decirle “Papi”. Fue algo mágico. Para Grenda y Mónica, todos los días son días de los padres, pues ambas sienten un profundo amor hacia éste. Jorge Rivera Nieves se siente orgulloso de sus hijas y tiene la satisfacción de saber que ellas son dos seres muy productivos para nuestro País. Además de que han tenido en él, además de un padre, a un amigo y en el caso de Grenda, a un colega.
