Por: Andrea Yambot Lugo
El Adoquín Times
Siempre es bueno recordar a quienes mediante su talento y trayectoria profesional han hecho de nuestra industria artística algo memorable. Hoy la nostalgia nos lleva a evocar a un actor inolvidable que, aunque no nació aquí, se enamoró perdidamente de Puerto Rico e hizo de ella su segunda patria donde alcanzó gran popularidad como locutor y actor dramático. Nació el 24 de enero de 1929 en la ciudad Concordia de la provincia Entre Ríos, Argentina. Samuel Traitel -conocido artísticamente como Juan Carlos Santa Cruz- desde temprana edad se desempeñó como locutor radial. Un amigo que trabajaba de técnico operador lo recomendó y por su potente, exquisita y excelente voz fue reclutado de inmediato en la emisora Radio Concordia. Ya a los 18 años se desempeñaba como presentador de diversos eventos. Debutó además en Teatro en la obra Mi sobrina tiene novio.
Más adelante se establece en Buenos Aires donde tuvo la oportunidad de incursionar en la radio capitalina, con el programa Grandes Conciertos sustituyendo al presentador oficial cuando era necesario. En ese programa presentaban semanalmente a una gran super estrella del Bel Canto: Tito Skippa, Víctor Balbashikie, Nicanor Zabaleta -reconocido como el mejor artista de esa época- fueron algunos a los que tuvo la oportunidad de presentar. Incursionó además en el teatro donde realizó giras por todo Buenos Aires.
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Consideraba al Circo como su Academia Teatral, pues en esa época, década de los cuarenta era un gran laboratorio de los actores, ya que además de los actos de payasos y malabaristas, la segunda parte del espectáculo era teatral. Presentaban obras de teatro relacionadas con leyendas populares de la región. Por su potente voz, incursiono también en zarzuelas y trabajó con una gran figura del teatro español, Lola Membrillo. En 1952 comenzó en Televisión Argentina realizando unitarios bajo la dirección de Oscar Olazábal y Martin Crucet.
Llega a Puerto Rico procedente de Cuba, con la compañía de Zarzuelas de Fausto García. Decide quedarse aquí y con dos compañeros crea su propia compañía. Llegaron a trabajar en Ecuador y Costa Rica, pero al regresar a la isla, el gerente general de Empresas El Mundo, señor Oviedo, le ofrece actuar en televisión y realizar doblajes para la pantalla. Acepta y se integra a la naciente industria dónde además de doblajes participa en varias producciones melodramáticas al lado de figuras femeninas como, Mercedes Sicardó, Gladys Rodríguez, Luz Odilea Font, y Camille Carrión entre otras. Era admirable la fuerza interpretativa que impartía a sus personajes.
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Su talento y gran simpatía le convirtieron en una figura muy querida y admirada. Siempre tuvo participación tanto en televisión como en teatro y por sus virtudes y calidad humana se ganó el respeto de todos sus compañeros. Conservaba su pinta de galán, símbolo de la elegancia. Su capacidad actoral le permitía interpretar diversidad de personajes. Convenció totalmente al público al representar a una mujer como directora de orquesta, en la pieza Orquesta de Señoritas, que con gran éxito estuvo en cartelera por varias semanas en las más importantes salas de la isla. Dedicó además buena calidad de tiempo al Taller Dramático Radial.
Con la elegancia que le caracterizaba, sorpresivamente se despidió del mundo a los 83 años. Al momento de su fallecimiento el 10 de junio del año 2012, grababa la radio novela Encadenados. Su partida tomó por sorpresa a todos los que le conocieron. Por su amplia labor escénica merece ser recordado como un verdadero Obrero de la actuación, y su exquisita voz, quede plasmada en nuestro recuerdo.
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