Imagen: Mark Dimond. Fania Archives.
Mark Alexander Dimond, también conocido como “Markolino”, fue un pianista venerado e innovador en el mundo de la música salsa. Su estilo de tocar era una cautivadora fusión de técnica deslumbrante, ritmos cubanos pulsantes y armonías de jazz sofisticadas. Trágicamente interrumpido a los 36 años, el fallecimiento prematuro de Dimond dejó un impacto duradero en el género, dejando a sus pares y fanáticos imaginando las alturas musicales que podría haber conquistado si hubiera vivido.
Entre sus admiradores más ardientes estaba el pianista Gilberto “Pulpo” Colón, quien se proclama descaradamente un “fanático de Mark Dimond”. Como expresó apasionadamente Colón en una entrevista exclusiva con Radio Gladys Palmera, “No lo olvidemos: era un afroamericano con un amor innegable por la música latina. Dimond infundió su forma de tocar con un nivel de alma, o sabor, que superó a muchos latinos nativos. Y su destreza en el jazz era igualmente asombrosa. Su talento era imponente”.
Nacido en el duro crisol del Lower East Side de Manhattan, Mark Dimond desafiaría su desafiante crianza para convertirse en una fuerza pionera en la salsa y el jazz latino. Acosado por la delincuencia juvenil, las pandillas y las garras de la heroína, el vecindario era un marcado contraste con el mundo de la música que finalmente cautivaría a Dimond. Criado por una madre soltera junto a su hermana y abandonado por su padre cubano, encontró consuelo y escape en las melodías que resonaban dentro de él. Sin embargo, incluso cuando la música se convirtió en su refugio, el atractivo de las drogas ensombrecería su vida.
Músico nato, Dimond poseía una asombrosa habilidad para recrear cualquier melodía después de escucharla solo una vez. Inspirado por los intrincados ritmos de los maestros del piano cubano, el espíritu innovador de gigantes del jazz como Randy Weston, Thelonious Monk, John Coltrane y su ídolo, Eddie Palmieri, desarrolló un estilo distintivo que combinaba estas influencias a la perfección.
El talento de Dimond irrumpió en la escena cuando se unió a la banda de Willie Colón y Héctor Lavoe. Su electrizante interpretación en la canción Te están buscando del innovador álbum Guisando (1969), dejó una marca indeleble en el mundo de la música latina. La voz cruda de Lavoe y el ardiente trabajo de piano de Dimond se combinaron para crear una fuerza musical que resonó tanto en el público como en los críticos. La letra de la canción, un crudo reflejo de la vida en las calles, ofrecía un marcado contraste con las imponentes melodías de Dimond, mostrando su capacidad para tender un puente entre las duras realidades de la vida y los ritmos edificantes y bailables de la música latina.
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El innovador álbum debut de Dimond como líder, Brujería (Witchcraft) en Vaya Records y después Fania Records, mostró sus extraordinarias habilidades como pianista, compositor, arreglista y letrista. Mezclando ritmos cubanos con jazz progresivo y presentando al vocalista Ángel Canales, Dimond solidificó su posición como una figura fundamental en el género. Brujería ejemplifica el potencial ilimitado de Dimond como estrella en ascenso y futura leyenda latina en la opinión de este escritor.
1975 fue un año decisivo para Mark Dimond. Su solo innovador en La Voz de Héctor Lavoe y la canción Rompe Saraguey catapultó a la fama su virtuosismo al piano sin igual.
Ese mismo año, Dimond se asoció con Frankie Dante para crear el revolucionario álbum Beethoven’s V para el sello Cotique. Compuesto principalmente por Dimond, el álbum fusionó audazmente los ritmos cubanos con un sonido progresivo y funky. Además, mostró la salsa como una forma de arte sofisticada y compleja, desafiando la percepción del género como mera música de baile. Beethoven’s V sigue siendo una piedra angular del canon de la salsa. Como señala correctamente el productor Aaron Levinson, Markolino y Frankie eran un dúo dinámico. Es una pena que no hicieran más música juntos”.
El último y menos exitoso álbum de Dimond como líder fue The Alexander Review. A pesar de contar con una impresionante formación que incluía a los hijos de los reconocidos pianistas Randy Weston (Azzedin Weston) y Thelonious Monk (TS Monk), el álbum no cumplió con las expectativas del público.
Un año después, Dimond hizo apariciones especiales en Latin Fever de Andy Harlow (1976). También en Los Salseros De Acere de Frankie Dante y la Orquesta Flamboyán (1976). Después, prácticamente desapareció durante casi una década, y al parecer pasó tiempo en varios centros de rehabilitación.
Algún tiempo después, Andy Harlow recibió una llamada telefónica de la madre de Dimond, quien le dijo que Markolino se había mudado al Área de la Bahía, se había reunido con su padre cubano y había encontrado trabajo como vendedor de pianos. Trágicamente, en 1986, en Miami, Florida, Dimond se desplomó y no se recuperó. La causa de la muerte fue sífilis cerebral, una infección que afecta el cerebro o la médula espinal.
¿Qué hacer con la música de Dimond hoy? Los LP originales de Brujería, V de Beethoven y The Alexander Review son coleccionables y, 40 años después de su muerte, la brillantez de Dimond nunca deja de entusiasmar a los seguidores de toda la vida y atraer a nuevos oyentes. El impacto de Dimond también se puede ver en el trabajo de innumerables músicos que siguieron sus pasos y lo citaron como una influencia significativa. Como postula Andy Harlow, “Si Markolino hubiera vivido, habría sido (el artista llamado) “Prince” de su generación”.
Para conocer a Markolino en el apogeo de su poder, recomiendo encarecidamente los álbumes Brujería, y V de Beethoven con Frankie Dante.
