Imagen: Agricultura en Puerto Rico. Las dos grandes fábricas de tabaco en Puerto Rico, Rubacado y Toro, fueron compradas por la Porto Rico American Tobacco Company, propiedad de capitales norteamericanos
Por: El Adoquín Times
A inicios del siglo XX estaban ocurriendo en Puerto Rico varios cambios a nivel político, económico, agrícola y social. Hacía solo unos años que la Isla había pasado de ser un territorio español a ser uno estadounidense. Aunque el mundo en 1904 era muy diferente del de ahora, los temas noticiosos de ese año eran probablemente muy similares a los que nos ocupan 116 años después, así es la historia.
La Universidad de Puerto Rico -fundada en 1903- comenzó a funcionar y ofrecer posibilidades de estudios a jóvenes puertorriqueños. La asamblea del Partido de la Unión se pronunció a favor de la independencia. Críticas a la Ley Foraker y sus consecuencias para Puerto Rico seguían ocupando permanentemente la atención de los políticos locales. Luis Muñoz Rivera dijo: “es peor la situación actual que la del último periodo de gobierno de los españoles”. Mientras que, en la literatura, se destacaban las novelas de Manuel Zeno Gandía y la poesía de José de Diego y José Gautier Benítez.
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En el ambiente económico y en la agricultura en Puerto Rico, ocurrieron cambios en la importante industria de la caña de azúcar y del tabaco, dos de los principales cultivos agrícolas de la Isla. Desde la ocupación de la Isla por parte de los EEUU, crecieron rápidamente las inversiones norteamericanas en el sector azucarero y tabacalero, y fueron abiertas dos nuevas grandes centrales, una en Guánica en 1899, otra en Aguirre en 1900 y aproximadamente en 1904, se estableció una en Fajardo, también con capital estadounidense.
Las dos grandes fábricas de tabaco en Puerto Rico, Rubacado y Toro, fueron compradas por la Porto Rico American Tobacco Company, propiedad de capitales norteamericanos, en la que las plantas de producción de cigarrillos eran grandes establecimientos que concentraban hasta más de cien trabajadores. “Los cigarrillos se fabrican en distintas secciones de producción; los maestros tabaqueros le dan el enrollado final al cigarrillo, mientras que otros trabajadores menos calificados se encargan de clasificar las hojas y despalillar”, según la nota publicada en la edición del suplemento histórico “Cinco Siglos” (DPA Global Media Services / END 1992).
Las nuevas corporaciones tenían gran interés por adquirir terrenos cercanos a estas centrales. “No les interesa comprar la cosecha de pequeños propietarios, ni subarrendar la tierra de sus plantaciones; sino que, por el contrario, promueven la producción en gran escala con moderna maquinaria y gran cantidad de trabajadores”.
Según añade el suplemento, “un problema para la gente empleada en estas plantaciones en el tiempo muerto; o ‘la bruja’ -apodo con que se conoce el período en que la caña está creciendo-. Y se reduce el volumen del personal empleado, ya que las grandes empresas solo pagan los días trabajados”. Los trabajadores recibían entonces un salario de 50 centavos diarios por un trabajo de entre 10 y 14 horas diarias. Dicha remuneración era insuficiente para comprar los artículos mínimos de subsistencia.
Aunque el Puerto Rico del 2020 es muy diferente del de 1904 en términos de costumbres, vestimentas y negocios, la realidad de la agricultura en Puerto Rico es que el tipo de noticias que respondían a lo que estaba ocurriendo no es muy distinto a lo que vemos en la actualidad. La Universidad de PR, el estatus político de la isla, las industrias y la economía siguen dando de qué hablar 116 años después.
