La historia de la música en Puerto Rico, al igual que en muchas regiones del mundo, está llena de crónicas relacionadas con la perseverancia de padres y madres que pretenden convertir a sus hijos en artistas de renombre internacional, lo que ellos o ellas, no pudieron llegar a ser como con Asela Menchaca Rodríguez.
La pianista mexicana Dolores Martínez lo logró con su hija primogénita, la genial pianista y maestra de piano, Angélica Morales; mientras que el primer historiador de la música puertorriqueña, Fernando Callejo Ferrer se dio varias veces contra la pared, al no poder conseguir los logros que esperaba con su hija, la cantante Margarita Callejo Correa.
En otras circunstancias y aprovechando las relaciones sociales que tenían otros padres, como Manuel Gregorio Tavarez, con su hija Elisa Tavarez de Storer o Domingo Paoli Marcantetti y su esposa Amalia Marcano Intriago, probablemente con poco esfuerzo, no imaginaban que su familia pudiera ser representada por artistas del carácter internacional de Antonio Paoli, Elisa Tavarez o Amalia Paoli, significarán para el acervo artístico mundial.
Lo mismo ocurre con el maestro pianista Julio Carlos de Arteaga, con su hija Genoveva De Arteaga -Dalmau, que no solo fue una magnífica pianista y concertista, sino que llegó a ofrecer con su esposo el violinista español Andrés Dalmau, una tournée por la mayoría de los escenarios musicales del mundo. Un buen ejemplo de lo que estamos reflexionando se refiere a el barítono aficionado puertorriqueño de padre español, Juan Menchaca Lugo (c.1868-1931) quien tuvo cuatro hijos, de los cuales dos de sus hijas, tenían destrezas para la música: Asela y Consuelo. El padre de Juan, Pedro Menchaca fue electo Concejal y Regidor.
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La mayoría de los miembros de la familia Menchaca siempre fueron muy activos en diversos campos, que incluyeron la política, la agricultura, la gestión cultural. Juan, además, de ser comerciante y agricultor fue uno de los fundadores de la Liga Agrícola de Utuado; era un aficionado al canto lírico y organizaba veladas líricas donde cantaba junto a otros diletantes de su tiempo. La prensa de su época halagaba (divino y brillante) su forma de interpretar el aria Eri Tu de la ópera Un ballo in Maschera. También perteneció a la Compañía Filarmónica Ponceña. Su esposa Manuela de Jesús Rodríguez Ramírez (c.1870-1976), quien murió residiendo en Milán, fue una conocida pianista y concertista. Sin embargo, ambos padres entregaron su vida a educar musicalmente a sus hijas, particularmente a Asela y a Consuelo.
Consuelo y Asela Menchaca Rodríguez: Ambas artistas, en 1909, fueron matriculadas en un colegio de renombre en Milán, Italia. Luego fueron admitidas al Conservatorio di Música “Giuseppe Verdi” en esa hermosa ciudad, para estudiar canto y piano. Consuelo falleció en Milán pocos días después de graduarse y cumplir con su sueño de querer regresar a Puerto Rico a interpretar al piano las composiciones clásicas que tanto había aprendido en sus clases en el Conservatorio. Ambas tenían un apartamento en Milán, donde familiares residieron durante mucho tiempo, inclusive una de sus tías al parecer era la custodia de este. Margarita Callejo Correa, hija de Fernando Callejo, nuestro primer historiador de la música puertorriqueña, quien también fue a estudiar canto en Milán, se hospedó con sus amigas Asela y Consuelo, quienes se querían como hermanas. Por cierto, en el momento del deceso de Consuelo, Margarita se encontraba en Italia.
Las hermanas Menchaca fueron becadas por la Cámara de Delegados de Puerto Rico y el Ayuntamiento de Ponce. Nemesio R. Canales y Luis Llorens Torres contribuyeron significativamente a conseguir ese apoyo económico.
Asela Menchaca Rodríguez después de graduarse regresó a Ponce, su ciudad natal donde debutó con notable éxito la noche del sábado, 14 de marzo de 1914 en el Teatro La Perla en un concierto que dio comienzo con el aria del tercer acto de la ópera La Sonámbula, que cantó con tal maestría que el periódico ponceño El Día, expresó “que no se había ovacionado así a nadie en Ponce”. Su vida profesional fue muy activa. Cantó en casi todos los pueblos de Puerto Rico. Incluyendo a Arecibo, Caguas, San Juan, Barceloneta, Isabela, San Sebastián del Pepino, Vega Baja, Comerio, Cataño, Bayamón, entre otros.
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En 1927 se casó en Caguas con el tenor Francisco Plá. Desde 1922 Asela Menchaca Rodríguez vivía en Nueva York, donde después de retirarse de la escena estableció una escuela de canto. Trasladándose luego a San Louis, Missouri. Donde, además de ofrecer clases de canto, violín y piano, se dedicó a componer obras musicales, algunas de las cuales tuvieron mucho éxito. Sus composiciones tituladas Madrecita y Cuatros hermanitas fueron seleccionadas por una firma de Hollywood para ser utilizadas en una película- musical. Pero Asela deseaba que la gente de su isla las escuchase primero, antes de que se incorporarán al musical. Ya que fueron escritas añorando los días de su niñez en Puerto Rico.
En 1947, procedente de San Louis, Missouri visitó a Puerto Rico para ofrecer varios recitales con el repertorio de sus propias composiciones: La Perla del Sur, La Cruz, Ave María, Madre Mía, Cuatro Hermanitas, Florecitas y Navidad. Estuvo en su patria varios meses, recibió agasajos de sus amigas en Ponce, San Juan y Caguas. Cantó en la Iglesia Nuestra Señora de Monserrate en Santurce. También cantó el 15 de agosto de 1947, en honor al nuevo obispo de Ponce, James McManus. Nuestra gran artista murió en Nueva York en 1976. Su esposo falleció un año antes que Asela.
