Periódicos del ayer de denuncia y de humor
Por: Milton Rúa de Mauret
El Adoquin Times
Imagen Cortesía: Colección Puertorriqueña UPRRP
Dicen que todo tiempo pasado fue mejor. Se piensa que antes no existían los problemas de hoy día y que las personas eran mucho más serias que en la época contemporánea. Quizás las costumbres, las modas y los medios de comunicación han cambiado, pero la realidad es que el ser humano sigue siendo el mismo, con sus virtudes y defectos. Periódicos del pasado, demuestran que las cosas y los problemas que afectan a la sociedad hoy han existido siempre. Además, la manera en que el puertorriqueño se informa o comenta sobre los eventos y situaciones que ocurren con su característico sentido del humor, nunca ha cambiado. La chispa humorística puertorriqueña se nota en los comentaristas políticos de la radio, los programas de chismes de farándula en televisión y hasta en los mismos individuos que se expresan en las redes sociales. En una búsqueda de información que estaba llevando a cabo El Adoquín Times, encontramos de manera digitalizada varios periódicos que se publicaban en la Isla. Títulos como El Abanico (1886), Compilador Industrial (1862), El Combate (1886), Eco del Comercio (1852), El Palenque (1888) y La Gaceta de Puerto Rico, el órgano oficial del Gobierno de Puerto Rico bajo la colonia española. Pero dos títulos que más llamaron la atención fueron “El Lunes” (1866) y “Canta Claro” (1899).
En el periódico El Lunes, su eslogan era: “Periódico Literario que se publica el día de la semana que expresa el título”. El mismo publicaba desde poemas y segmentos de novelas hasta secciones de humor. Por lo que se puede apreciar en sus escritos, este periódico fue objeto de fuertes críticas por parte de lectores y otros semanarios similares de la época; según expresa una de sus líneas: “nosotros nos habíamos propuesto no contestar… porque nuestro semanario solo contesta con el silencio a los ataques que se le dirigen, sin dar la razón de ellos…”. El sentido de humor de este semanario se evidenciaba hasta en sus propios créditos: “Colaborador perpetuo: El buen humor” “Único redactor: El Sentido Común”.
Para el 1899 se publicaba el periódico Canta Claro, un diario político, independiente, satírico y humorístico, cuyo eslogan era: “Guerra al abuso, a la arbitrariedad y la injusticia”. Este periódico era el idóneo para que la población denunciara problemas y así las autoridades tomaran cartas en el asunto. Aquellos problemas eran similares a los que ocurren en la actualidad como maltrato de animales, falta de iluminación, aceras rotas, hoyos en las calles y casas abandonadas que debían ser derribadas. Pero, el más que podría sorprendernos hoy y quizás causar cierta gracia es el problema o queja de las “Letrinas que deben limpiarse enseguida”. En aquel entonces, los hogares contaban con una letrina en el exterior de las casas, y muchas veces sus dueños no eran lo suficientemente responsables e higiénicos para mantenerlas limpias. Para los más fiesteros de finales del siglo 19, en Canta Claro, se publicó un anuncio que leía: “Fiesta para esta noche: Teatro Vista Alegre. Sin Permiso de la Autoridad. Escándalos mayúsculos y públicos, como todas las noches. Firmado por El Empresario, “Quien Tu Sabes”. Nota: No se suspenderá ningún escándalo por falta de policía. Entrada gratis; de la salida es de lo que no se responde”.
