Imagenes: Central Santa Juana. Archivo General de Puerto Rico. Archivo de Fotografía
A mediados de la primera década del siglo XX, la región de Caguas se convirtió en una de las poblaciones más productivas de la Isla, donde reinaban las fincas de cultivo de café, tabaco, azúcar y los diversos cultivos de subsistencia para un país que no se dedicaba precisamente a las industrias de producción. La Central Santa Juana fue uno de los más importantes que existieron durante esa época; esta surgió de las haciendas San José, Buena Vista, Solá y Quiñones, propiedades que fueron adquiridas por un conglomerado belga que funda la Central Santa Juana -entre 1905 y 1906- e introduce el ferrocarril y crea toda infraestructura azucarera ubicada en el valle de Caguas.
La empresa era la mayor fuente de empleo de la zona y promovió el establecimiento de comercios para suplir las necesidades de la central. Además, de hecho para el año de 1922 llegó a convertirse en la octava central de mayor producción en la Isla. Estos empresarios belgas eran socios de una corporación que se llamó Sociedad Anónima de Azúcares de San Juan. Corporación que se creó en Bruselas con el objetivo de invertir en el negocio de azúcares de Puerto Rico.
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Uno de los principales pasos que ejerció el grupo belga al inicio de la constitución de la empresa fue invertir un gran capital en el desarrollo del sistema ferroviario de Puerto Rico, ya que el tren era el medio de transporte de preferencia para transportar la caña desde las tierras hasta el central para comenzar su proceso. Fue tanto el impacto que presentó esta central en la región de Caguas que inclusive tuvo una escuela elemental en sus predios. Donde estudiaban los niños de los administradores, empleados y obreros de la Central Santa Juana.
Aunque el éxito del grupo con la central era innegable, la empresa belga vendió la Central Santa Juana en 1927 a la United Porto Rican Sugar Company. Compañía que ya había adquirido anteriormente la central Santa Ana, Central la Defensa y algunas tierras en Vieques. Además, para el año siguiente compraron la Central Juncos y la Pasto Viejo de Humacao lo que le llevó a convertirse en la cuarta corporación estadounidense más grande de azúcar. Para ese año y con todas las centrales trabajando en conjunto, la United Porto Rican Sugar Company producía más del 50% de azúcar molida. Era la que tenía más centrales, mayores acres de tierra y la que más pueblos abarcaban.
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La llegada del grupo estadounidense a la Central Santa Juana significó grandes cambios en su funcionamiento, y estilo de vida. Incluyendo el trato a los obreros lo que llevó a ser considerada como una corporación capitalista que hasta contaba con su propio banco. Además, eventos como el huracán de San Felipe (1928), la Gran Depresión (1929), y el huracán San Ciprián (1932). También las huelgas cañeras afectaron la producción y el grupo de Estados Unidos desistió y en una subasta pública se vendió al National City Bank. Quien se encargó de reorganizar y llamar Eastern Sugar Associates.
Problemas con los cultivos, cambios en la directiva y la baja producción de azúcar en la isla llevaron a que finalmente la Central Santa Juana cesara operaciones para el año de 1967 una vez se concluyó la temporada de molienda.
La famosa caña de azúcar. ¡Maldición de Puerto Rico! Agotó la fertilidad de los terrenos, destruyó los bosques, empobreció a la gente, convirtió en peones a los hombres, y enriqueció a unos pocos, mayormente extranjeros. Triste momento ese en nuestra historia del Siglo 20.