Desde niña, a Nana Abreu le han cautivado las tradiciones y el patrimonio cultural puertorriqueño: los taínos y sus petroglifos, las máscaras de vejigantes y los tradicionales Reyes Magos. A través del barro, la ceramista Nana Abreu explora y expresa con ese toque personal, esa fascinación por la cultura puertorriqueña. Nacida en Hato Rey y residente en Durham, Carolina del Norte, Nana Abreu recuerda esos años de su infancia, cuando su padre la llevaba a pasear por Utuado, veía piedras con imágenes en ellas y su papá le explicaba que eran los petroglifos de los taínos.
Ya durante sus años universitarios, Nana Abreu recuerda su amistad con el antropólogo y arqueólogo, el Dr. Osvaldo García Goyco, quien hizo su tesis sobre los petroglifos “Cuando estaba en universidad, era joven, pues se compartían conocimientos y se hablaba mucho con él sobre lo que encontraba; en varias ocasiones íbamos a analizar las piedras con petroglifos en los ríos y diferentes localidades”, expresó en entrevista vía telefónica con este medio.
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Aunque a la artista le gustaba tejer y hacer manualidades, no fue hasta el 2009 cuando descubrió el barro y la cerámica como su medio artístico. Empezó tomando talleres en la desaparecida tienda de efectos de arte El Trapito en Hato Rey y tras mudarse a Carolina del Norte, continuó estudiando cerámica.
“En esas clases me pasaba explorando lo que quería hacer y el tema de los taínos siempre me llamaba la atención, porque yo soy puertorriqueña de corazón adentro y al mudarme a esta nación, pues quise agarrarme emocionalmente de mi cultura, quedarme conectada. En mis clases de barro comencé a explorar cómo bregaba con esas imágenes. Hoy cuando veo las piezas del pasado y las del presente, pues veo el progreso”, añadió Nana Abreu.
Nana Abreu siempre quiso hacer piezas grandes y cuando aprendió a hacer esculturas pues comenzó un proceso de explorar cómo expresar los petroglifos en tres dimensiones; al mismo tiempo mantenerse conectada con su cultura y raíces, para compartir esa conexión con el público en general.
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“A mí me pareció interesante que durante todo este proceso, yo comencé a montar casetas y a vender; y déjame decirte algo: a los americanos les encantan mis obras de arte. Durante ese proceso de desarrollo, he buscado más de cómo educar a la gente sobre estos petroglifos, de dónde vienen y quiénes eran los indios taínos. Esto me ha llenado de una forma increíble, el ver cómo la gente ha recibido mis piezas en Estados Unidos ha sido impactante para mí, porque a la gente le interesa conocer sobre nuestra cultura. Yo no solamente estoy preservando nuestra cultura, sino que la comparto con gente que escucha de los puertorriqueños, pero que no saben realmente lo que representa ‘este asopao de culturas: taínos, europeos, africanos’. Es gratificante observar a personas de otras culturas identificándose con las imágenes y la narración detrás de mi arte”, explicó la artista.
Todos los sábados Nana Abreu presenta sus obras en una galería localizada en Durang Downtown en Carolina del Norte y le hace entrega al público un folleto donde explica lo que representa cada figura que realiza.
“Lo que he aprendido yendo a esta galería por dos horas todos los sábados ha sido increíble. Puertorriqueños vienen y conocen el coquí y el sol de Jayuya. Pero las otras imágenes como el cacique o el bailador de Areyto se las tengo que explicar. Les pregunto si han ido al centro indígena Caguana en Utuado y me dicen que no y yo les enseño fotos de las piedras”.
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Durante la entrevista, Abreu expresó que no ha regresado a la isla por razones económicas, “pero quiero mantener mi isla en mí. Mi arte me permite arraigarme a mi cultura… Como dice la canción Una tarde partí hacia extraña nación, pero mi corazón se quedó frente al mar”, finalizó.
Para más detalles sobre la artista, puede visitar la página web www.NanaAbreu.com o si interesa adquirir una pieza, comunicarse con ella vía correo electrónico nana@nanaabreu.com. Facebook: NanaAbreuCeramista. Sus piezas están a la venta en National Museum of American Indians y el Museo del Barrio, ambos en la ciudad de Nueva York; Cecys Gallery en Durham, NC; Alamance Arts, Picasso Store en Alamance NC; y en North Carolina Museum of Art, Raleigh NC.
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