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Una ojeada a la vida y obra de las pianistas hermanas Rosa, Alicia y Ana María Sicardó

Sicardó

Himno de Puerto Rico

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Las llamadas familias musicales de Puerto Rico constituyen un factor fundamental en su desarrollo histórico.  Son una muestra del talento musical de nuestro país y representan a un sector bien importante de nuestra sociedad. Muchos estudiosos opinan que la actividad musical forma parte del auge económico de una nación; además, comentan que también forman parte de su ser y destino como nación iberoamericana.

Les aseguro que yo conocía las ejecutorias de las pianistas puertorriqueñas Alicia y Ana María Sicardó Jiménez. Para mí fue una grata sorpresa encontrarme con su hermana mayor y la gran madrina de sus ocho hermanos: Rosa Sicardó Jiménez. Al morir su padre en 1898, ya Rosa hacía ocho años que era maestra, dedicada en cuerpo y alma a cuidar de su familia y a trabajar para echar pa’lante económicamente a su madre y a sus hermanas. El sacrificio y su compromiso la motivó a trabajar por más de 25 años como maestra de piano en el Colegio Puertorriqueño de Niñas de San Juan, once años en el Colegio Las Madres y las clases particulares en las residencias de sus discípulas en Carolina, Bayamón, Santurce, Rio Piedras y San Juan.

Rosa estudió piano con un ser humano extraordinario, catalán de pura cepa, que realizó, a principios del siglo XX, una magna tarea artística-musical que dejó una huella imborrable en nuestra capital: Antonio Sarriera. Este gran maestro organizaba, en la Fortaleza y en el Casino Español de San Juan, conciertos de cuartetos que estaban integrados por músicos jóvenes del país integrándose a los círculos sociales más aristocráticos de su época.

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Su padre Antonio Sicardó del Olmo Osuna y de Ribera y su madre eran andaluces y primos hermanos, fue alcalde honorario de San Juan. Antonio pertenecía a un linaje aristocrático que llegaba hasta la corte de Felipe V.

Rosa, calculaba que tuvo alrededor de cuatro mil alumnos, muchos de ellos fueron pianistas memorables. Fue la maestra de piano de figuras tan notables como Francisco Oller, José Agustín Balseiro, José Enrique Pedreira, sus hermanas Ana María Monserrate “Monsita” Ferrer, Josefa y Alicia Sicardó Jiménez; Margarita Van Rhyn, Augusto Rodríguez, entre otros. Nunca se casó y al igual que Amalia Paoli, entregó toda su vida a su familia y a sus estudiantes.

Sicardó
Rosa Sicardó Jiménez

El matrimonio de Antonio Sicardó del Olmo y Josefa Jiménez Sicardó procrearon a nueve hijos, entre ellos Alicia, Ana María, Rosa, Dolores (Lola) y José. Dos de ellos se destacaron como importantes pianistas de nuestro país: Alicia y Ana María. Su prima Ramona Sicardó Isern también fue una valiosa pianista puertorriqueña.

Alicia Sicardó Jiménez, natural de Aguada, se casó con el comerciante natural de Comerío, Eduardo Villar Alicea. Tuvieron tres hijos: Eduardo Antonio, Alejandro y Alicia. Por su parte Ana María Sicardó Jiménez, natural de Arecibo, se casó con Manuel Jiménez Acosta, natural de Carolina. Tuvieron un solo hijo: Juan González Sicardó. Ramona Sicardó Isern natural de San Juan, se casó con el abogado José María Caracena y Sicardó. Tuvieron una sola hija: María del Carmen Ramona Celedonia Emeteria Marcia Caracena Sicardó.

Fernando Callejo Ferrer, la catalogó como profesional y la describió como concertista de piano y directora de una academia musical en la que prosigue el sistema de la que fue su preceptora, Ana Otero. Todas sus hermanas cultivan con esmero el arte. Nació en San Juan.

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Callejo Ferrer señaló: “Como pianista goza de alta reputación por su brillante ejecución ajustada, en absoluto, a todos los preceptos de una severa técnica. Interpreta a conciencia y su expresión es delicadamente poética. Estudiosa en sumo grado, los momentos libres de las clases, los aprovecha, ya aumentando la agilidad de su mecanismo, ya puliendo los pasajes difíciles o la interpretación de obras selectas. Nunca está satisfecha de sí misma y observa cuidadosamente el estilo de los pianistas a quienes puede oír tocar, pues cree que, hasta en los más modestos, siempre puede encontrarse algo apreciable”.

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Concierto de Navidad con el tenor Carlos Aponte en la Parroquia Santa Teresita

“Con el connotado violinista suizo, Mr. Ern, cultivador exquisito de la música clásica, que reside en San Juan, estudia la interpretación de los grandes maestros, armonía y composición. Después de la muerte de Ana Otero, Alicia continuó sus estudios con Gonzalo Núñez”.

“La Academia que dirige y de la cual son profesores auxiliares sus hermanas Rosa y Ana María, goza de merecido prestigio. El plan de estudios dividido en siete cursos es idéntico, en cuanto al sistema y textos, al empleado en el Conservatorio de Madrid y París”.

Sicardó
Alicia Sicardo Villar

“Con frecuencia presenta a sus alumnas en audiciones públicas en las que pueden apreciarse de cada una, los progresos, disposiciones y efectos del sistema educador. La última celebrada en el Ateneo, fue un acontecimiento por lo selecto del programa y adecuada interpretación con que lo cumplieron las diversas niñas y señoritas que hacían su exhibición. De su academia procede la señorita Mercedes Rodríguez que actualmente estudia en el Conservatorio de Madrid, pensionada por el Teodoro Aguilar, y que, al sufrir el examen de ingreso, fue calificada para el quinto año de piano, el mismo que cursaba con Alicia cuando obtuvo la beca. Basta contemplar la elegante y bella figura de Alicia para adquirir la certidumbre de que se está en presencia de una artista”.

En 1903 Alicia y Ana María participaron en el cuarto concurso que organizó Amalia Paoli en San Juan. Ambas artistas ejecutaron obras a seis y a ocho manos con las jóvenes pianistas María F. Acosta y Amelia Tavárez.

III

Sobre Ana María Sicardó Jiménez opinó una de sus alumnas más destacadas, Emma Boehm Oller:

“En este punto me voy a referir particularmente a mi maestra la señorita Ana María Sicardó, que por espacio de nueve años dirigió mi educación artística: hoy que tengo alguna experiencia en materia musical comprendo su magnífico método de enseñanza, y orgullosamente puedo decir que el señor Arturo Friedheim (con el que hoy en día estudio) ha escrito de su puño y letra una carta de felicitación a la señorita Sicardó participando que adopta su magnífico método de enseñanza y que puede estar en la completa seguridad de que él admira y aplaude su labor”.

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“Hasta hoy en día (no porque haya sido mi maestra) no creo que haya en San Juan otra que la supere. La señorita Sicardó cuenta con las discípulas más distinguidas y aventajadas que hay en Puerto Rico entero No ha habido ni hay alguna maestra en Puerto Rico que pueda compararse a ella, pues son muy pocas las que, como ella, consagrando su vida a la divina labor de maestra, y aún más difícil y responsable como la del piano. Como todo artista grande, es muy modesta y no haré alardes de su talento. Yo que a ella sola le debo mi amor al arte, no podré olvidar los grandes esfuerzos que hizo, como con todas sus discípulas, por sacar grandes pianistas para que sean como ella el orgullo de nuestra querida patria. Emma Boehm Oller. Nueva York, 1920”.

Ana María Sicardó de Jiménez

 

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