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¿Para qué sirve el Historiador Oficial de Puerto Rico?

Historiador Oficial

Himno de Puerto Rico

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Por Dr. Carlos Hernández Hernández

Historiador Oficial de Puerto Rico

Imagen principal: Dr. Carlos Hernández Hernández. Suministrada. 

En el contexto del desempeño del Historiador Oficial y la relevancia de la historia, tiene una tangencia particular con un libro titulado: ¿Para qué la historia?, editado en 1980, por Carlos Pereyra, que surgió como respuesta a una consulta hecha por las autoridades del Archivo General de la Nación en México. Este texto no solo buscaba justificar la preservación de los archivos históricos trasladados al entonces recién reacondicionado edificio de la cárcel de Lecumberri, sino que también pretendía explorar y profundizar la esencia de la historia para la nación y sus ciudadanos.

Este compendio de diez ensayos, donde destacados escritores e historiadores como Luis Villoro y Carlos Pereyra abordan desde diferentes ángulos la utilidad, legitimidad y necesidad de la historia, se convierte en una herramienta crucial para comprender el papel multifacético del Historiador Oficial de Puerto Rico en pleno siglo XXI. Villoro, en su ensayo: “El sentido de la historia”, argumenta que la historia sirve primordialmente al interés general del conocimiento. Ya que permite conectar nuestro presente con nuestro pasado, otorgándole a aquel sentido y profundidad. Por otro lado, Pereyra, en “Historia, ¿para qué?”, sostiene que un mayor entendimiento de nuestro origen coloca a los individuos en una posición privilegiada para influir en su época.

Aplicando estas reflexiones al contexto de Puerto Rico y la labor del Historiador Oficial, podemos ver cómo estos principios son fundamentales. La tarea de este profesional no solo consiste en preservar artefactos y documentos. Su labor esencial es tejer esos elementos del pasado en narrativas que enriquezcan el presente y ofrezcan perspectivas para el futuro. Esto implica una interpretación activa y crítica de los eventos históricos. Donde cada pieza debe servir no solo como testimonio del pasado, sino como una invitación al análisis y al diálogo.

 

Este diálogo debe extenderse más allá de las fronteras de la Isla, alcanzando a la diáspora puertorriqueña. El Historiador Oficial juega un papel crucial en el fomento de la identidad cultural puertorriqueña. La historia, en este contexto, se convierte en un lazo que une a la comunidad dispersa. Ofreciendo un sentido de pertenencia y una comprensión común de sus raíces y evolución.

El debate en ¿Para qué la historia? subraya que la historia no es meramente retrospectiva. Es una herramienta de poder y legitimación, una forma de controlar o disputar narrativas y, por ende, de modelar la sociedad. En Puerto Rico, donde la historia ha estado marcada por luchas coloniales y la búsqueda de una identidad propia, la función del Historiador Oficial es especialmente transcendental. De ahí que el Historiador Oficial debe ser tanto receptor y facilitador de un entendimiento más amplio. No solo explicar el ‘qué’ y el ‘cómo’, sino también el ‘por qué’ de nuestra historia.

En un entorno donde la historia a menudo es relegada a las páginas polvorientas de libros raramente consultados, la pregunta de qué hace un Historiador Oficial no solo revela una desconexión preocupante con nuestro patrimonio, sino también una falta de aprecio por la esencia misma que nos define como pueblo. Ante tales interrogantes, es crucial no solo responder, sino también educar y recalcar la vitalidad de este cargo en la preservación de nuestra identidad cultural e histórica.

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El Historiador Oficial no es simplemente un guardián de antiguos documentos, sino un mediador entre el pasado y el presente. Un puente indispensable que conecta las generaciones con las raíces de su identidad. En el contexto de proyectos ambiciosos y culturalmente esenciales como será la propuesta y desarrollo de un Museo Virtual de Historia Puertorriqueña. La función del Historiador Oficial se enaltece, al proponer una narrativa histórica que precise la memoria oral de nuestro pueblo, de la gente sin historia. Aquellos invisibilizados por los discursos triunfalistas de unos pocos, en fin de los vencedores.

Este rol implica una meticulosa labor de investigación, verificación y contextualización de hechos históricos. Asegurando que lo que se presenta al público no solo sea fidedigno, sino que también refleje la diversidad y la rica complejidad de la experiencia puertorriqueña. La labor del Historiador Oficial es esencial para contrastar las narrativas históricas sesgadas o incompletas. Brindando una perspectiva equilibrada y educativa que fomente un entendimiento profundo y respetuoso de nuestra historia.

Ante la pregunta de qué hace un Historiador Oficial, deberíamos preguntarnos: ¿Qué sería de nosotros sin alguien que al menos intente afirmar la integridad y el acceso a nuestra propia historia? Es una posición que, lejos de ser superflua, es esencial para el desarrollo cultural y educativo de Puerto Rico. Así, que al cuestionar su utilidad o importancia no solo denota un desconocimiento de su función vital, sino que también subraya una desvalorización de nuestra riqueza histórica y cultural. Algo que, en un mundo que avanza rápidamente hacia la globalización, no podemos permitirnos olvidar ni minimizar.

Además, el cargo implica una responsabilidad pedagógica, pues el Historiador Oficial también actúa como un educador público. Quien a través de conferencias, publicaciones y colaboraciones con instituciones educativas, disemina el conocimiento histórico que fortalece nuestra identidad y cohesión como comunidad cultural.

A modo de conclusión, al reflexionar sobre la relevancia del Historiador Oficial y su trabajo, nos encontramos frente a una tarea que es tanto de conservación como de educación, interpretación y conexión. Los ensayos en ¿Para qué la historia? Resaltan que la historia es indispensable para entender nuestro presente y moldear nuestro futuro. Un principio que debe guiar cada aspecto del trabajo del Historiador Oficial.

En el marco de la creación de un Museo Virtual de Historia Puertorriqueña, el Historiador Oficial desempeña un papel crucial en la selección y curaduría de exposiciones que encapsulan los momentos definitorios de Puerto Rico. Esta tarea va más allá de la mera acumulación de datos. Es una obra de interpretación y presentación que busca conectar emocional y cognitivamente con la audiencia, incluyendo a la diáspora puertorriqueña mundial. Asegurando que la esencia de la patria resuene universalmente, incluso en corazones lejos de nuestras costas.

Para concluir, al reconocer la importancia de este papel, no solo preservamos la riqueza de nuestra cultura, sino que también reafirmamos nuestra identidad y fortalecemos nuestra conciencia colectiva. Invitamos a cada puertorriqueño a valorar la profundidad y el alcance de la labor del Historiador Oficial. Un esfuerzo que es fundamental para mantener viva nuestra herencia. Además de educar a nuestras futuras generaciones y fomentar un respeto profundo por la historia y memoria que nos define como pueblo.

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