Como parte de la convención de la Asamblea Nacional de Agencias Estatales de las Artes (NASAA, por sus siglas en inglés), que se llevó a cabo en San Juan esta semana, se realizó un diálogo entre el director ejecutivo del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP), Carlos Ruiz Cortés y “El Caballero de la Salsa” Gilberto Santa Rosa. La dinámica fue de una conversación a manera de entrevista entre Ruiz Cortés y Santa Rosa, en la que el primero le preguntó al artista sobre su trayectoria de la salsa en la industria musical.
La presentación comenzó, para los visitantes de las diferentes entidades culturales de otros países y estados, con una breve descripción de la carrera de Gilberto Santa Rosa quien a lo largo de su carrera ha recibido siete Grammys y tres premios Billboard de la música Latina. En reconocimiento de su extraordinaria trayectoria musical, en mayo de 2024 fue condecorado con un doctorado honorífico por parte de Berklee College of Music, lo que lo convirtió en el primer cantante puertorriqueño en recibir esta distinción.
A continuación, una transcripción de lo más importante durante el conversatorio:
Carlos Ruiz Cortés (CRC) parte destacando que ambos son producto de la misma escuela de música, por lo que conoce la importancia de haber estudiado arte desde pequeño y comienza: “¿cómo influyó ésto hoy, para ser un intérprete y que también pudiera continuar con el legado musical del Caribe?”
Gilberto Santa Rosa (GSR): El currículo de arte a todo nivel en las escuelas en Puerto Rico es algo importante, no porque los estudiantes vayan a ser músicos o artistas, sino que la música y el arte en general despiertan en los niños y le abren un universo inmenso de otras disciplinas y sensibilidad de otras materias que son muy buenas para la formación de los seres humanos. A través de la música, se lleva el mensaje, se aprende disciplina, se aprende a apreciar la belleza del arte en general. Creo que es fundamental que existan esos currículos; en el caso personal fue lo que me ayudó a decidir que este iba a ser mi oficio, ser un cantante ya por muchos años.
CRC: ¿Cuándo comenzaste?
GSR: Yo empecé a cantar como a los seis años. En grupos de aficionados como a los once y mi primera oportunidad “profesional” -entre comillas, porque lo de profesional se va ganando- fue a los 14 años. Grabé por primera vez rodeado de un grupo de profesionales espectaculares. De los mejores músicos de la época estaban ahí, y el único desconocido y amateur era yo. Fue una gran escuela. Estaba estudiando en la Escuela Libre de Música de Puerto Rico, que es única en su clase en la que se estudia el currículo regular y el currículo musical a la vez. Te gradúas de escuela superior y te gradúas a nivel de instrumentos y en teoría en general.
CRC: No sé si te ha pasado igual que a mí, que el círculo de los compañeros de estudio, muchos de ellos se mantuvieron y han dedicado su vida a la música y hoy continúan siendo profesionales de alto nivel.
GSR: Curiosamente, muchos son líderes de la industria musical ahora y también muchos de ellos están dando clases en la misma escuela donde estudiaron; es bonito eso. Esta escuela me dio la oportunidad de entrar a este mundo de la música, a conocer e informarme de lo que es la música en general. En aquella época el currículo era estrictamente clásico. Yo iba conociendo a través de la música clásica y haciendo puentes con la música popular que era lo que yo hacía. Fue interesante estar ahí, disfrutar de los profesores que había en la época y aún los hay. En aquél entonces (estaban) la Familia Figueroa, una familia puertorriqueña dedicada a la música por muchos años. Uno tenía toda esa información.
El director del ICP continúa dirigiéndose a la audiencia, que se compuso de miembros de decenas de agencias culturales fuera de Puerto Rico, que se dieron cita en el Sheraton Puerto Rico ubicado en el Distrito Centro de Convenciones en Miramar para las diferentes conferencias. Esta charla se llevó a cabo en español con un sistema de audífonos para los asistentes.
CRC: Para los que no conocen mucho el ritmo de la salsa, hay algo muy especial en ella, que es hasta un reto para muchos de los cantantes, se llama el soneo. El soneo es, y voy a dar mi definición, la improvisación en cadencia, en ritmo dentro de una canción. El maestro Santa Rosa, para mí, es el mejor sonero de la historia y tiene grabaciones de conciertos en vivo que duran minutos improvisando, cada uno tiene sus ritmos, pero tienen sus rimas. Dentro de todo, usted continúa demostrando su herencia cultural y su puertorriqueñidad. Como usted se va formando a través de esta escuela de música también en la escuela de la calle, aprendiendo con las distintas orquestas desde los 13 y 14 años, fue desarrollando esa creatividad, pero sin quitarle la esencia de lo que es usted: un gran puertorriqueño.
GSR- Yo me dedico a cantar un género que se llama salsa. La definición de salsa todo el mundo la asocia con comer, la salsa es una mezcla que le da sazón a la comida. Por eso el nombre del género al principio creó mucha controversia. Todo lo que se explica, viene esencial y mayormente de Cuba. A todos en el Caribe nos une el tambor y la música nuestra caribeña se construye sobre ese tambor, que viene de África.
Cuando a la salsa le llamaron “salsa”, a la gente que tocaba la música por allá no les simpatizaba la idea, poco a poco la salsa fue adquiriendo carácter y personalidad, se fue probando que es una mezcla caribeña que hoy día es universal. Si usted escucha una pieza de salsa va a encontrar sabores y matices de música de diferentes partes. Yo comparo la salsa con el idioma, cuando usted habla un idioma y viene de otro lugar, usted le pone un acento diferente, pues eso pasa con la salsa. Y contestando tu pregunta, todo lo que recibí de mi cultura puertorriqueña, que es la música típica de la montaña, lo fui adaptando poco a poco.
Cuando comencé a cantar de niño, todavía no se llamaba “salsa”, se llamó salsa después. Cuando se llamó salsa, todos los elementos que tenemos culturales fueron a parar a esa salsa. Nosotros le pusimos eso que escuchamos, el sabor de la plena, el sabor de la música de la montaña. Esta música se diferencia porque tiene la peculiaridad de tener un trovador, un cantante que es el que improvisa, pero esa improvisación que nosotros hacemos está más ligada al son e inclusive al jazz, porque todo se va mezclando y se consigue ese sabor de la salsa. Ahora quizás un poco menos, en la época que yo me criaba y en el ambiente en que yo me dedicaba a hacer música, ser un improvisador era algo que te daba un poco de ventaja. El público era muy exigente con eso.
De pequeño descubrí esa habilidad y me puse a cultivarla… caminando, viviendo y viendo. Fui aprendiendo los puntos de encuentro que tienen las diferentes músicas. Vieron ahí (refiriéndose a la muestra de Plena que se presentó antes de comenzar la charla) cómo el bailador marca el toque del tambor, es un poco de eso lo que hacemos los cantantes cuando nos toca improvisar. Todo se va entrelazando. Con la cultura urbana, a nivel folclórico, es otra cosa, pero se va desarrollando a raíz del folclor.
Aquí tenemos personas de diferentes partes. Si alguien de Brasil o de Estados Unidos va a cantar salsa, va a tener otro sabor del que hacemos nosotros. De hecho, como dato curioso, hace poco grabé una canción con un gran músico que se llama Alfredo de la Fé, me tocó una canción que en una línea define todo lo que dije de la salsa. Dice la línea: “el son que salió de Cuba y se hizo Salsa en Nueva York”. Con eso y todo, los puertorriqueños tenemos mucho que ver porque hay una gran comunidad de puertorriqueños viviendo allá. Del acento y la forma de tocar, con todo eso llegamos a lo que hoy día se le llama salsa. Por su sonido y su carácter, la improvisación en una época fue muy importante”.
CRC: Tú ves que hay unos factores de nosotros (puertorriqueños) que han logrado impacto internacional, principalmente por el arte de la música, ¿porque sucede?, Que hay en Puerto Rico que tiene una acogida masiva en diferentes partes?
GSR: Somos un punto multicultural. Tenemos una cultura muy definida, pero tenemos (también) acceso a todas las culturas del mundo. Antes de toda esta revolución de las comunicaciones, y el internet, aquí se presentó música de todos los sitios. Esta isla es pequeña, pero parece que cuando Dios hizo la isla, dijo que como es tan pequeña, “vamos a meterle en talento para que se diviertan”. Se toca música clásica, folclórica, pop, jazz y flamenco por nuestra herencia con España. Al ser multicultural, Puerto Rico tiene facilidad de darse a entender musicalmente y comunicarse con otras culturas. Todos estos artistas han podido romper barreras con ritmos musicales que hacemos nosotros que ponen (a la gente) a bailar. Eso ha sido para nosotros una gran ventaja a la hora también de lograr ese crossover que los artistas hacen.
CRC: Viendo aquí representación de todos los estados y jurisdicciones, ¿cuál es la importancia de los artistas y de lo que hacemos para desarrollar e impulsar, como ejecutivos de las artes, en que sean únicos, que se identifiquen con sus estados, con su área, su región, con lo que ellos son? ¿Cuál es la importancia de la originalidad y de la identidad del artista a la hora de producir arte?
GSR: Eso es vital, que el artista sea auténtico. Los artistas deben tener personalidad propia, no necesariamente que haga un trabajo folclórico artístico… pero si, el elemento tiene que estar envuelto. Cuando en Puerto Rico hacemos música o los puertorriqueños hacemos música alrededor del mundo, usted va a sentir y encontrar eso, que le toca el espíritu. Es importantísima esa pregunta, porque te define, te da una base y hace la diferencia de las demás propuestas artísticas. Creo que, si examinamos todas nuestras propuestas de música popular, vamos a encontrar ese elemento que nos conecta con nuestro origen, es parte de lo que hace la diferencia.
CRC: Nosotros no tan solo hemos logrado eso, sino que en nuestro caso y mayormente en Latinoamérica, donde Puerto Rico ha sido un gran referente de cómo hacer arte…
GSR: Nosotros lo hemos logrado aquí con grandes figuras, que han hecho trabajo por muchos años y que han logrado que la gente tenga a Puerto Rico, de conocer de dónde venimos y dar a conocer todas estas propuestas culturales que tenemos aquí. Tengo que decir que de unos años para acá, y no porque el señor esté aquí, sino porque la iniciativa del Instituto de Cultura Puertorriqueña ha sido muy buena llevando a conocer a los puertorriqueños y su cultura para entonces, nosotros llevarla fuera del país. Pero no hay duda de que un artista bien formado e informado que sale del país y hace una propuesta con ese sabor único, para mi sigue siendo el mejor embajador para atraer a personas que se interesen en la parte cultural y en la turística; obviamente, todo lo que eso representa es para el beneficio del país.
CRC: Lo digo yo, que he tenido la experiencia de viajar a diferentes países y estados. Voy a utilizar el ejemplo de Panamá; en algún momento me reuní con el que en ese momento era presidente, y él mismo sacó a relucir que una de las canciones himno de Panamá es el maestro Gilberto Santa Rosa… Eso me llamó la atención, ya que conocemos su trascendencia en todo el mundo, el ingrediente de la puertorriqueñidad está en todo.
Creo que eso es parte de nuestro orgullo. Y me pongo en posición de muchos compañeros aquí, que todo el tiempo estamos fomentando a los artistas, para que se sientan originales y representen a nuestros lugares de origen. En eso te tengo que aplaudir. Para eso estamos trabajando, para que los artistas puedan poner nuestra bandera en cualquier parte del mundo y que eso refleje que existimos, de dónde venimos, de una tradición y una cultura que se necesita investigar. Te agradezco mucho ese trabajo. Si usted fuese a darnos un consejo como artista experimentado, ¿qué hubiese necesitado en sus inicios?
GSR: Creo que lo que hace falta es el conocimiento de la cultura del puertorriqueño, para que se pueda entonces exportar. Hay un elemento en las artes muy interesante que se ha dado en los últimos años, por lo menos yo me he dado cuenta… en las artes plásticas o en la música ya empezamos a descubrir artistas nuevos contemporáneos, respetando clásicos y respetando los trabajos anteriores. Pasa igual que cualquier movimiento cultural, nuestras propuestas de música ya están mezcladas con todo lo que es la música popular. Es una era donde se dice que somos los desconocidos, más conocidos de la industria… Definitivamente es importante que esa cultura sea parte de esa enseñanza para que nos pueda llevar por el mundo y tengamos gente que se dedique hacer música, que tenga ese elemento firme y sólido para de ahí partir.
Para concluir el evento, Carlos Ruiz Cortés destacó la importancia de la música de Gilberto Santa Rosa entre las nuevas generaciones…
CRC: ¿cómo te sientes que cerca de siete u ocho millones de personas te escuchen mensualmente en Spotify?
GSR: Yo soy un elemento del siglo pasado, yo soy de cassettes y de eight tracks. (Entre risas) A mí me parece una barbaridad de siete millones; me pongo a ver estos muchachos que son los reyes del pop y demás y veo que tienen esos números, que son la población de un continente. Así está la música de un país, pero no dejo de sorprenderme. De agradecer, soy un hombre afortunado si toda esa gente decide escuchar la música que yo hago. Ya se van a cumplir casi 50 años en la música. Para mí ha sido bendición y una vida, porque a través de la música he podido tener una familia, conocer parte del mundo, conocer gente espectacular y de llevar el mensaje, que tenemos mucho talento aquí y muchas cosas que ofrecer.
CRC: ¿A dónde el arte te ha llevado a través del mundo?
GSR: Me llevó a diferentes continentes, me llevó a Japón. En aquella época que viajé a Japón, no había latinos. Solamente había dos. Uno era el cónsul de Panamá. Fue muy interesante, una experiencia que me encantaría repetir. Estuve 10 días ahí, ha sido lo más lejos a donde he ido. Se ha abierto en general brecha para nosotros y en el caso de la salsa, muchas figuras que llegaron antes que nosotros, fueron los que abrieron puertas yendo, trabajando, pasando momentos duros hasta que tuviesen disponibles abiertas esas puertas.
Nosotros hoy día vamos a Europa, Estados Unidos, Canadá y Suramérica, que para nosotros es casa. Otros compañeros han ido a África, Australia. Ha sido algo muy simpático y gratificante. Cuando comencé a cantar, ni pensaba, no estaba en el menú de los salseros. Pero sí, la música me ha dado la oportunidad y hoy día tengo que decir, que al igual que a otros compañeros que han tenido el honor. Estoy agradecido por este momento, gracias a ustedes.