Imagen: Obreros haciendo rodar barriles de ron desde el almacén hasta la planta embotelladora de la Destilería en la Central Mercedita en Ponce. Foto por Jack Delano. 1946. Archivo General de Puerto Rico / ICP.
A lo largo de los años, Mercedita adquirió e incorporó otras haciendas, convirtiéndose en una de las pocas centrales que lograron mantenerse en pie después de la llegada de los estadounidenses en 1898. La sucesión de Juan Serrallés y el ingeniero Herman H. Wirshing lograron modernizar la hacienda, introduciendo reformas tecnológicas y fundando la primera refinería puertorriqueña en 1926.
El inicio de todo: la Hacienda Teresa
Todo comenzó con la Hacienda Teresa, adquirida en 1862 por Don Sebastián Serrallés, un español que vio en el lugar un gran potencial para la producción de azúcar. La hacienda consistía en un primitivo ingenio de ladrillo que producía azúcar moscabada, pero con el paso de los años, la familia Serrallés se encargó de expandir las propiedades, llegando a operar hasta 13 molinos.
En las décadas del siglo XIX, el ingenio Teresa fue fundado por el catalán Sebastián Serrallés a las afueras de Ponce, Puerto Rico, dedicado a la producción de azúcar moscabada. A su regreso a España, dejó el ingenio a cargo de su hijo Juan Serrallés Colón, el cual adquirió tierras aledañas dedicadas al cultivo de la caña de azúcar. A inicios de la década del 1860, fundó la hacienda Mercedes, mismo nombre del de su esposa.
Durante los años subsiguientes, Juan Serrallés adquirió e incorporó otras haciendas a Mercedita mediante compra o alquiler. Para garantizar que la azúcar producida fuese de la mejor calidad y agilizar el proceso de producción, mecanizó la fase de la separación final de mieles mediante la adquisición de tachos de vapor en 1870. A partir del 1880, Mercedita comenzó a fomentar una fuerza laboral que residiera en los terrenos.
La creación de la Central Mercedita
Con la llegada de las modernas maquinarias para la producción de azúcar, la familia Serrallés decidió construir la Central Mercedita en el sitio donde se encontraba la Hacienda Teresa. Para 1935, la central tenía una capacidad de molienda de dos mil toneladas diarias, convirtiéndose en la central de capital puertorriqueño más grande de la Isla. Con el paso de los años, la capacidad de producción aumentó por toneladas, para la década del 1960.
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Mercedita sobrevivió la crisis azucarera del último tercio del siglo XIX ya que había diversificado su oferta añadiendo la venta de mieles y ron, con lo que complementaba sus ingresos. Para finales del siglo XIX, había establecido, además, un sistema de transportación de vías férreas portátiles que utilizaba vagones tirados por yuntas de bueyes.
Luego del fallecimiento de Juan Serrallés en 1897, Mercedita pasó a manos de su sucesión y en 1902, el estadounidense de ascendencia alemana Herman H. Wirshing, ingeniero de profesión, se incorporó al contraer matrimonio con Julia Serrallés, una de las herederas. Wirshing introdujo varias reformas tecnológicas a Mercedita durante la primera década del siglo XX. Es a partir de entonces que se comienza a denominar como central.
Fundación de la refinería y destilería de Mercedita
Desde la llegada de los estadounidenses en 1898, la industria azucarera de la Isla estaba dominada mayormente por las grandes centrales de capital estadounidense. En 1926, se fundó en la Central Mercedita la primera refinería puertorriqueña, la cual llamaron Porto Rican American Refinery, produciendo azúcar bajo la marca de “Snow White”. La Sucesión Serrallés fundó en 1935 la Destilería Serrallés para la producción de ron. La central azucarera se separó de la Sucesión J. Serrallés y se incorporó bajo el nombre de Central Mercedita, Inc. en 1949.
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Posteriormente, en 1971 la familia Serrallés alquiló la central y la refinería a la Corporación Azucarera, mientras que en 1976, el Gobierno de Puerto Rico adquirió la Central Mercedita a través de la Administración de Terrenos. Además, en ese momento, Mercedita poseía 8,476 cuerdas de tierra, la mayor parte con sistema de riego.
El legado de la Central Mercedita
A pesar de que la Central Mercedita cerró en 1994, su legado sigue vivo en la memoria de muchos puertorriqueños, particularmente los residentes de Ponce y pueblos limítrofes. Además, la Central se puede catalogar como un lugar lleno de historia y cultura, que ha sido testigo de la evolución y crecimiento de Puerto Rico. Hay que destacar que la Central y la Refinería Mercedita, no solo tienen un valor histórico y cultural, sino que también han sido un importante motor económico para la región de Ponce. Asimismo, durante muchos años, empleaban a cientos de trabajadores y generaron una gran cantidad de ingresos para la economía local.
Además, la Refinería Mercedita supo adaptarse a los cambios en la industria del azúcar, creciendo su producción y creando nuevas marcas y productos, reconocidas no solo en Puerto Rico, sino en todo el mundo. Asimismo, la Central Mercedita es un tesoro histórico, cultural y económico para todo Puerto Rico. Su legado como centro de producción de azúcar y ron, así como su impacto en la economía local, son motivo de orgullo para todos los puertorriqueños. Es importante que se siga preservando y promoviendo la historia y el legado de la Central Mercedita, para que las generaciones futuras puedan conocer, valorar y quizas inspirarse en la importancia de este lugar en la historia de Puerto Rico.
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Más imágenes de la Central Mercedita en Ponce:
Excelentes reportajes de vigencia perpetua.
Herman Frederich Henerich Virsching Pottharst nació el 14 JUL 1873 en Bremmen , Alemania.. Sebastián Serrallés casó con Juana Colón, una rica hacendada criolla y tuvieron 3 hijos: Juan, Félix y Sebastián . Luego casó en Begur, Cataluña con Teresa Pont y Puig,
Gracias, así era mi entendido, Wirshing era un Alemán que llegó por las Islas Danesas, a Biekes y luego Fajardo y a Ponce. Como muchos otros entonces, antes del 1917.