Imagen Principal: La Comparsa por el pintor y escultor loíceño, Samuel Lind.
Entre los muchos símbolos representativos de nuestra vibrante cultura puertorriqueña, uno de los más celebrados es sin duda el vejigante puertorriqueño. Hay quienes dicen que es derivado de una combinación de las palabras vejiga y gigante. Otras personas simplemente dicen que viene de la palabra vejiga (de una vaca) y en cuanto a eso, se trata la bolsa inflada y pintada brillantemente, colocado a un palo largo — lo cual se utiliza para golpear a los espectadores de manera juguetona.
Presente en la tradición de las fiestas de Loíza en honor a Santiago Apóstol y en el carnaval de Ponce, este querido personaje folclórico es travieso y le trae sonrisas a los rostros de tantos puertorriqueños. Reconocida por su máscara (careta) colorido con dientes enormes y vestido de un mameluco, podría ser que su apariencia fuera aterradora — pero a la vez es reconocido por su alegría.
Sin embargo, para algunos, nuestro querido vejigante puertorriqueño está asociado con el mal (el diablo), y hay quienes siguen repitiendo esa narrativa dañina de estigma. Es hora de desenmascarar los mitos, y de reevaluar esas creencias fuertemente arraigadas en la religión y la colonización. Es una conversación que requiere enfrentar estos prejuicios internalizados con respecto a nuestra identidad cultural.
Breve Contexto Histórico
Patrocinado por la reina Isabel I de España y el rey Fernando II, el navegante genovés, Cristóbal Colón llegó (no descubrió nada, ya que fue poblado por los indígenas, Taínos) a Borikén en 1493. Menos de tres décadas después, en 1517, la corona española autorizó el secuestro y la esclavitud de personas africanas para traerlos acá. Junto con la colonización, los españoles impusieron violentamente el cristianismo a nuestros ancestros taínos y africanos (Loíza es conocida por haber tenido un gran asentamiento de ambas poblaciones). Al mismo tiempo que el imperio cometía estas atrocidades, una tradición religiosa cuaresmal comenzó en la provincia de Cádiz, al sur de España. Siglos después se convertiría en carnaval.
Aunque las festividades del pueblo costero -en Loíza- tienen una afiliación cristiana más cercana, no puede ser una coincidencia que el carnaval de Ponce en el sur de Puerto Rico comience justo antes de la temporada de cuaresma. Las celebraciones de ambos pueblos llegaron a nosotros a través de la iglesia y, como tal, mezclan la fantasía con la ficción, además de un toque de sabor Boricua!
La historia del homenaje de Loíza a Santiago comienza con los españoles luchando contra los moros (que ocuparon la península ibérica desde alrededor del 718 a.C. hasta 1492). Santiago el Apóstol Matamoros, es el santo patrón de España. Según la leyenda: “Santiago aparece en un sueño a Ramiro I (rey de Austurias 842–850 d.C.) prometiéndole la victoria en la batalla [de Clavijo] contra los moros el día siguiente. Ramiro reconocerá a Matamoros por tres elementos clásicos: el caballo blanco de Santiago, su espada brillante y un moro encogido bajo la pezuña del caballo. Santiago cumple su promesa y, aunque es drásticamente superado en número, los cristianos se envalentonan y masacran a 70,000 moros con la ayuda celestial de Santiago.”
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Dos Pueblos y Sus Cuentos
Para ver más de cerca cómo Iberia ha influenciado a Borikén, encontramos otra fábula puertorriqueña. Nativo de Loíza, pintor y escultor, Samuel Lind ofrece sus conocimientos, “Algunos residentes aquí dicen que durante la batalla entre los cristianos y los moros, hubo españoles que se disfrazaron de vejigantes para asustar a los moros. ¡Eso es absurdo!” Reconociendo que nuestro vejigante ‘representa protección,’ Lind se mantiene firme en que “nadie que se viste de vejigante lo hace pensando en algo de España.”
El compositor, músico y artesano de máscaras de vejigante, Marcos Peñaloza Pica nos habla de su perspectiva. “Cuando los españoles llegaron mataron a los taínos, luego abusaron de los africanos. El colonialismo y el cristianismo combinados en un intento de recrear nuestras historias, pero nuestros antepasados ya tenían sus tradiciones. El contexto histórico europeo pinta el cuadro del bien (los colonizadores españoles) contra el mal (nuestros antepasados indígenas y africanos). Al demonizar nuestro amado carácter folclórico, la gente está malinterpretando su verdadero significado. Para nosotros loíceños, el vejigante representa lucha y resistencia”.
Otra consideración es la colocación en la procesión. En los días de las procesiones en las fiestas de Loíza, la presencia del vejigante es clave – es una de gran respeto. Marcos Peñaloza Pica comparte la tradición de su ciudad natal, “Los vejigantes siempre van al frente de la procesión, en grupos abriendo camino. Sus poses de levantar las ‘alas’ y señalar con una mano al frente y otra atrás…como de batalla. Cuando abren los brazos eso es una señal de poder y protección.”
Aquí el detalle de los niños es importante. Nos cuenta Marcos Peñaloza Pica que son ellos quienes van en comparsa detrás de los vejigantes. “Es el personaje que más niños lleva a la parte atrás contestando los estribillos de llamada y respuesta.”
Toco, toco, toco, toco… vejigante como coco. El vejigante comió mangó… y hasta las uñas se las lambió.
La celebración de Ponce tiene una historia diferente y se conoce como una de las tradiciones más antiguas de Borikén. Melina Aguilar Colón de la plataforma de turismo cultural, Isla Caribe, da un poco del trasfondo del carnaval ponceño en su podcast. “La palabra carnelevare significa adiós a la carne, porque va a comenzar pronto la cuaresma. Hay que entender que originalmente no tenía nada que ver con estos trajes y estas máscaras que estamos acostumbrados. El carnaval tiene mucha importancia y nos ata a una historia de Ponce como ciudad cosmopolita del Caribe, llegaron personas de otras áreas del Caribe. El vestimento y los disfraces son evoluciones de otras áreas.” Hablando del vejigante, dice que es “una de las tradiciones más chéveres del carnaval.”
También hay folclor envuelto en ese fiestón de Ponce. Entre ello está Momus, una deidad griega que personifica la sátira y la burla. Según el Museo de Arte de Puerto Rico (MAPR), “Cada elemento de carnaval contiene un significado mágico y distintivo de Ponce: las carrozas nos hablan de las alegrías de la gente. Rey Momo representa el bien, los vejigantes son fuerzas negativas que deben ser dominadas. Las Reinas ejemplifican la inocencia y la belleza y la Jua es una muñeca de trapo que finalmente se quema para evitar la mala energía.”
En la versión de MAPR, Rey Momo está directamente vinculado al personaje popular de Puerto Rico. “Ponce vejigantes son monstruos (que representan el mal), que buscan secuestrar niños, pero los derrotan las fuerzas del bien, representado por el Rey Momo y sus seguidores.” Una vez más, encontramos el concepto de bien contra mal presentado en una forma de cuento de hadas — con el vejigante puertorriqueño simbolizando algo a ser temido y subyugado.
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Orgullo de su Pueblo
Ya sea aquí en el archipiélago de Borikén o en la diáspora, nuestra identidad cultural está directamente vinculada a las tradiciones vibrantes que datan de siglos. Y mientras algunos prefieren centrarse en nuestras primeras raíces colonizadoras [españolas] u otras en las influencias de los segundos invasores [estadounidenses], es peligroso intentar borrar o diluir nuestras hermosas raíces indígenas y africanas.
Al regresar a esta matria ancestral, una de mis misiones es continuar elevando nuestros legados afropuertorriqueños y taínos. Muchos más de nosotros debemos seguir al reconocido antropólogo y embajador cultural Don Ricardo Alegría en su admiración por nuestras hermosas raíces africanas.
Calumniar al vejigante es menospreciar lo que somos como pueblo. Al decir que el vejigante representa el mal o llamarlo un bufón, estamos poniendo ese espejo a nosotros mismos. Cuando en cambio debemos hacer lo contrario — elevarnos unos a otros y sentirnos orgullosos de nuestra bella cultura. Como Samuel Lind nos recuerda “El vejigante es como la bomba puertorriqueña — la máxima expresión de nuestra descendencia africana.” Ambas son fuentes de orgullo…. ambas presentan la belleza de lo que significa ser puertorriqueña/o.
Para más sobre Lola Rosario visite su página web aquí: Lola’s Lines
Sigo insistiendo que presten atención a su página para que los anuncios no interfieran con el texto presentado que no se puede leer completamente por estar tapado. ¿No hay alguien en el staff que sepa arreglar esto?
Muchas gracias por la información y postura. Para añadir al diálogo: Según algunos historiadores, en el siglo 16 llegan a Loíza negros de tierra Yoruba (Nigeria, Benin), y traen consigo sus creencias y tradiciones socio-religiosas. Las deidades Yoruba llamadas Orishas rpresentan las fuerzas y los poderes de la naturaleza. Al frente de este panteón se posiciona el balance dinámico de Echu/Elegguá, encargados de abrir y cerrar las puertas. Elleguá es quien crea, y Echu es quien destruye. Elleguá puede ser interpretado como luz y Echu como la oscuridad. Por esto es que en muchas tradiciones afro-diaspóricas Echu es erróneamente asociado con el diablo. En todo caso, siempre Echu/Elegguá va primero en todo, ya que es el mensajero de Olofin. En el caso de Elegguá es reconocido como un niño juguetón, travieso, el que a veces te pone el pie para que te caigas y luego se ríe. También hay que recordar que el Echu original es Obi Ogbón (el coco). Por ende, podemos concluir que el vejigante es una especie de Echu/Eleggua abriendo los caminos de la procesión con sus acciones traviesas y su energía juvenil.
Agradecido.