Por: Carmen Alicia Morales
Imagen: Capilla del Cristo. Foto por Carmen Alicia Morales
Los nombres de las calles de una ciudad componen un mosaico histórico reflejado a través de los siglos en una nomenclatura urbana que a voces plasma y tatúa su discurso sociopolítico. Al pasar el tiempo, las calles se convierten en un repositorio de memoria caminante que adorna el devenir cotidiano casando acontecimientos con lugares, honrando estructuras significativas de la vecindad y de vez en cuando repitiendo imposiciones de alcurnia política dictada por sus gobernantes.
En el caso de las calles de San Juan, se encuentran divididas en cinco temas de selección que se desarrollan, en una forma u otra, desde su fundación hace 500 años. Existen cuatro calles que obtienen su nombre alrededor de nombres de personajes y acontecimientos influenciados por la política alrededor del siglo XIX: O´Donnell, Norzagaray, Tetuán y Paseo de la Princesa.
Dos calles tienen nombres de astros: Luna y Sol. Recientemente se añaden nombres de personas que contribuyen a la ciudad durante el siglo XX: Tirol (compositor), Francisco Rufino Goenaga (psiquiatra) y Osiris Delgado (artista). Las calles con vestigio fundacional se dividen en dos categorías, con importancia estructural o funcional, tal y como: Tanca, Caleta y Fortaleza. Y, por último, las fundacionales con ascendencia religiosa, tal y como: San Sebastián, Cruz de Santa Bárbara, San Francisco, Cristo de la Salud, San Justo, y San José.
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Sin embargo, durante el establecimiento de su fundación, en el siglo XVI existieron dos caminos que marcaron e institucionalizaron el devenir rutinario de su existencia: calle de La Luna y calle del Cristo de la Salud. La calle de la Luna fue el camino vecinal original que marcó su destino. Desde la entrada, de este a oeste, dirigiendo su paradero hasta el asentamiento original.
A la altura de la Catedral cruzaba la Cristo en dónde convergía: el Puerto (bajando por la calle de la Caleta, hoy Puerta de San Juan). La Plaza Fundacional (placita frente a la Catedral). Además de Casa Cabildo (Hacienda y Alcaldía), y Catedral. Por otro lado, la calle del Cristo corre de norte a sur del islote acentuando la ascendencia estética del patrimonio arquitectónico religioso y político. Con estructuras que combinadas deciden el protagonismo urbano, comenzando con el Convento de los Dominicos. Siguiendo con la Iglesia de San José, el Palacio Arzobispal, y el Convento de las Carmelitas. Además del Seminario Conciliar, la Catedral San Juan Bautista, la Plaza Fundacional, el Cabildo (Alcaldía) y la Capilla del Santo Cristo de la Salud.
Esto dicho sobre la temprana aparición del camino vecinal. Se tiene evidencia de que en la península ibérica la existencia de la advocación del Cristo de la Salud aparece en una segunda mitad del siglo XV. La imagen es una figura que representa a Jesús de Nazaret crucificado. Además la escultura más antigua de España, es una talla anónima de fines del siglo XV en madera policromada que subsistía en la capilla del antiguo hospital de Murcia (San Juan de Dios). Con este conocimiento se puede concluir que la advocación del Cristo de la Salud posiblemente se cultiva en San Juan, mucho antes de la construcción de la Capilla del Cristo en 1753.
El siglo XVII se recuerda en la historia de España con un largo proceso de desgaste militar. Además de comercial, agrícola y de salubridad en general debido a las pestes que azotan las colonias. Las epidemias de fiebre amarilla causan un gran estrago en el Caribe. También se documentan vehiculizadas por barcos que las llevan de un puerto a otro. Estas condiciones de salud en el Caribe facilitan la comprensión y consideración histórica del alineamiento de la población puertorriqueña con la advocación y popularidad de la fe al Cristo de la Salud.
Y en efecto, es durante el siglo XVII que el pintor Manuel García (1670-1700) realiza el cuadro del Santo Cristo de la Salud que se encuentra hoy día en la Capilla del Cristo. La capilla se construye bajo la gobernación de Felipe Ramírez de Estenoz (1728-1764). Un gobernador que favorece el monopolio de comerciantes catalanes en la isla y títulos de propiedad sobre la tierra (real orden de 1758). Y es bajo esta administración que se apoya la decisión del catalán Tomás Mateo Prats. Quien es secretario de gobierno en 1753, con la construcción de la capilla al Cristo de la Salud.
La capilla está construida en ladrillo y mampostería sobre la muralla de la ciudad. La misma consta de un altar abovedado, un pórtico que exhibe una hermosa espadaña y una pequeña sacristía al costado derecho. El retablo de la capilla está realizado en madera dorada policromada. En el centro se exhibe la extraordinaria exposición del cuadro de Manuel García del Cristo de la Salud. Que cuenta con las imágenes debajo de Santa Catalina Mártir, San Luis Rey y San Mateo conservadas desde el siglo XVII. A los costados, para completar el esplendor artístico de esta interpretación de raíces con imaginería dominica, se encuentran los cuadros de Nuestra Señora del Rosario y Nuestra Señora de la Concepción atribuidos a José Campeche.
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Al lado izquierdo de la capilla, hay una tarja, endosada por los Clubes de Leones. En la que se lee “que por un acto milagroso” se construyó dicha capilla. El “acto milagroso” se refiere a la leyenda recogida por Cayetano Coll y Toste sobre un accidente ocurrido durante las carreras de caballo. Las que se celebraban durante las fiestas de San Pedro y San Pablo. Los caballos bajaban la calle del Cristo desde el Convento de los Dominicos a todo galope y el jinete Baltasar Montañez perdió control del caballo y cayó al vacío. Sobrevivió para confesarse y a este incidente se le consideró un milagro.
El 6 de agosto de 1927, día del Salvador, comenzó el culto en la capilla. Fue rescatada de ser derribada para facilitar el tráfico en esa área de la ciudad. La restauraron en 1952 bajo la supervisión del arquitecto Rafael Carmoega Morales. En 1963, bajo la dirección de Ricardo Alegría fue patrocinada por la Hermandad del Cristo de la Salud. La señora Isabel Alonso de Mier, apoyada primero por el Club Cívico de Damas y después con la Hermandad, estableció un sistema de voluntarias. Se ha dedicado a mantenerla durante todos estos años. Abre todos los martes de 10:00 a.m. a 4:00 p.m. todos los martes de 10:00 a.m. a 4:00 p.m.