“De muchacho pensaba que iba a ser científico, por lo que quería estudiar biología marina, pero finalmente me decidí por la música, ya que era una pasión muy grande para mí” – Alberto Carrión
Desde muy temprana edad, a Alberto Carrión no solo le ha gustado la música: le ha encantado y ha sido su llamado. Se sentaba junto a su padre Billy -quien era director de relaciones públicas del Banco Popular- viéndolo componer música y tocar el piano que tenían en su hogar. Y como todo muchacho que quería ser como su papá, pues se sentaba también al piano a tocar las teclas. Alberto recuerda que su padre, aunque no se dedicó a la carrera musical, fue un tremendo compositor.
“De muchacho pensaba que iba a ser científico, por lo que quería estudiar biología marina, pero finalmente me decidí por la música, ya que era una pasión muy grande para mí”, sostuvo el hermano de la actriz Camille Carrión, quien, desde pequeña, también estuvo metida en el canto y en el teatro. Recuerda el momento en que con mucho miedo fue a donde sus padres a decirles que no quería ser científico sino músico, y éstos empezaron a reírse y le dijeron que ellos sabían eso desde que era casi un bebé. Para ellos era muy claro que Alberto iba a ser músico, era para él que no estaba claro aún.
Alberto Carrión, quien nació en el desaparecido Hospital Monteflores en Santurce, recuerda cómo hacía sus cosas “calladito”, sin que su familia se enterara. Cuando empezaron a surgir y popularizarse las bandas de rock, él se unió a una. Tocaban en lugares como el hotel San Gerónimo Hilton (hoy Condado Plaza) y recuerda que sus padres lo vieron ahí en el lounge en una ocasión.
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Durante los años 70, un periodo dominado por una recesión económica y una complicada situación política en el País, Alberto Carrión dejó a un lado el ritmo rockero, para dedicarse más a la canción protesta. Este movimiento se popularizó a nivel mundial, tras la convulsa década del 1960, por eventos como los asesinatos del presidente John F Kennedy, el de su hermano, Robert Kennedy, Martin Luther King y la guerra de Vietnam, entre otros difíciles momentos que marcaron el mundo. Durante esta época, Carrión trabajó con varios artistas, entre ellos Lucecita Benítez, y en las ondas radiales se popularizaron éxitos como lo fue Amanecer Borincano.
En la década de los 80, se dedicó más a su estudio de grabaciones y a la creación de jingles comerciales, como productor publicitario. Muchos aún recuerdan un comercial de una marca de pintura que proyectaban en las pantallas de los cines antes que comenzara una película. Los colores de mi tierra fue uno de esos famosos “jingles” que compuso Carrión y que transcendió a tal punto que es considerado como el himno puertorriqueño de los cines.
Ya más recientemente, en noviembre del año pasado, Carrión se presentó en el Teatro Tapia, junto a los cantantes Yaire, “Chalí” Hernández y el pianista Adlan Cruz en el espectáculo Puerto Rico de mi corazón. Durante los inicios de este año 2020, la situación en el País se dificultó debido a los terremotos ocurridos en el área sur y durante finales de marzo se complicó aún más con la emergencia a nivel mundial del Coronavirus (COVID-19). Esta pandemia ha obligado al mundo a prácticamente paralizarse por unos meses, y el mundo artístico se ha visto muy afectado.
Durante este periodo de cuarentena, el compositor ha aprovechado el tiempo en su hogar para escribir canciones o mejorar algunas en las que ya tenía pendiente trabajar, pero al mismo tiempo ha estado sumamente tranquilo junto a su esposa. Pero, en términos de lo que se espera de ahora en adelante, tras la pandemia del COVID-19, opinó: “yo creo que el mundo como lo conocimos antes de la pandemia no será igual. La vida de los artistas, los cantantes y músicos va a tener muchos cambios, los conciertos no serán tan factibles por el momento”.
En cuanto al impacto que ha tenido este periodo de confinamiento y distanciamiento social en sus planes futuros y en los de la industria musical en general, Carrión expresó que están explorando alternativas como las presentaciones en vivo a través de las redes sociales, pero que como han cambiado las “reglas de juego”, sería necesario buscar auspiciadores que respalden las actuaciones a través del Internet o de la misma televisión. Pero que ahora mismo el tipo de presentación tradicional, en el que se compra un boleto y se va a una sala de conciertos, es algo que está por el piso. Añadió que los teatros están pensando abrir a un 60 por ciento de capacidad, pero considera que no es viable por el momento, por los costos que representa el montaje en el teatro.
No hay duda de que la pandemia ha creado un impacto muy negativo en el mundo artístico y musical; pero de que haya alternativas para presentaciones, sí las hay. Solo es necesario ser creativos y buscar opciones no tradicionales. Como ejemplos, mencionó algunos, como el hacer más conciertos al aire libre donde el público pueda disfrutar del espectáculo; respetando el distanciamiento social -como sería en los terrenos del Morro- o hacer conciertos en el que el público pueda disfrutarlo desde el automóvil. Algo similar a los cines tipo “drive-in” que fueron muy populares durante la década del 1960. También otra plataforma que no se debe descartar son las presentaciones pay-per-view, a través de los sistemas de televisión paga.
Alberto Carrión: El padre y el abuelo
De la misma manera en que la situación de emergencia por el COVID19 ha impactado sus labores profesionales; su rol como abuelo primerizo también se ha visto afectado. Para el preciso momento que comenzó lo de los cierres y confinamiento por el coronavirus; Alberto Carrión tenía planificado un viaje a Australia -donde vive una de sus tres hijas- a conocer a su primer nieto, Sebastián. Pero han gozado a lo lejos gracias a la comunicación virtual a través de videoconferencia con su segunda hija Laura, su esposo y Sebastián.
Su hija mayor, Cristina, quien vivió en el estado de Nueva York, laboró en teatro y literatura; pero terminó trabajando en el sector de bienes raíces. Actualmente se encuentra en Puerto Rico, pensando estudiar su MBA en España; pero como dice el compositor, ahora mismo las cosas están muy extrañas en España por la pandemia.
Dice el refrán que lo que se hereda, no se hurta. De muchacho, Alberto Carrión quiso ser biólogo marino, pero su pasión por la música tuvo más peso que la ciencia. En cambio, su hija menor Claudia, a quien apodan “Kaya”, fue la que tomó el rumbo científico; por lo que se fue a estudiar biología marina a Saint Thomas en las Islas Vírgenes estadounidenses. Durante el dia de las madres, Alberto y su esposa se dieron una escapada a Saint Thomas a visitar a su hija.
Para todo el mundo la situación del COVID-19 le ha hecho desajustes a sus rutinas y su diario vivir; pero para Carrión es importante que la gente siga cumpliendo con las normas de seguridad e higiene. Con el propósito de echar la economía hacia adelante: “A la gente, que tenga paciencia; acatar las órdenes de cuarentena y distanciamiento social, y cuando Puerto Rico reabra, que todos conscientemente utilicen las mascarillas. Para lograr abrir la economía del País, que no haya una recaída”, finalizó el compositor.
La valiosa trayectoria de este artista comprometido con su música, su País y su gente sigue transcurriendo. No importa la realidad que vivamos, Alberto Carrión sigue encantando, y llamándonos con su arte
