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Por los pasados dos milenos, han sido múltiples los datos históricos y las versiones de lo ocurrido entre el día del nacimiento de Jesús y la visita de los Reyes Magos de Oriente. Por siglos, historiadores y religiosos han debatido sobre lo ocurrido en Belén, las versiones bíblicas, las fechas de los eventos y los lugares donde ocurrieron. En lo que respecta a los Reyes Magos, son muchas preguntas e hipótesis que han surgido como respuesta a este debate.
Esta semana se celebra el Día de Epifanía o Día de Reyes, festividad religiosa que se celebra anualmente el día 6 de enero, en que los cristianos conmemoran la adoración de Jesús por los Reyes Magos. En Puerto Rico, como en varios países latinoamericanos y en España, se celebra este día de manera muy similar al Día de la Navidad, con actividades religiosas, además de familiares y seres queridos intercambiarse obsequios. Como es tradición en Puerto Rico, el día de la víspera de Reyes, los niños, en su ilusión de recibir un regalo durante este día, buscan una cajita de zapatos y le colocan grama como recibimiento a los Reyes Magos y sus camellos.
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El origen de la leyenda de los Reyes Magos lo encontramos en la Biblia, específicamente en el Evangelio de Mateo, el único de los autores del libro sagrado que dejó constancia de la existencia de estos personajes en las crónicas. En sus escritos sobre los datos históricos -citado del diario español ABC- “afirma que después de que Jesús naciera en Belén ‘vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle’. No señalaba, por tanto, ni el número concreto de Sus Majestades, ni su raza”.
Por su parte, el historiador español José Javier Azanza López, destaca en su ensayo ¡Ya vienen los Reyes! Historia, leyenda y arte en torno a los Magos de Oriente una nueva visión del origen del número. Según él en sus datos históricos, la cifra vendría del siglo III: “En cuanto a su número, si bien existen versiones que recogen entre dos y sesenta magos, en el siglo III el teólogo Orígenes indicó que los Reyes Magos eran tres. Número que acabó por imponerse atendiendo a razones bíblicas, litúrgicas y simbólicas. Además de que fue confirmado por la Iglesia en el siglo V. Esto mediante una declaración del Papa León I el Magno en sus Sermones para la Epifanía”, según cita el ABC.
En estos datos históricos otro punto debatible similar existe con los nombres de los Reyes. Según Azanza, quien también es profesor de la Universidad de Navarra. Afirma que ya habían sido nombrados de esta forma antes: “Los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar aparecieron por primera vez en el Evangelio Armenio de la Infancia del siglo IV. Pero no serán aceptados definitivamente hasta su inclusión en el “Liber Pontificalis”, fechado a mediados del siglo IX”.
Un asunto que ha levantado curiosidad relacionada con los datos históricos de los Reyes Magos es si Baltasar era negro. Cabe destacar que a Baltasar no se le representó como un rey de tez negra hasta el siglo XV. El historiador Azanza explica que a los tres magos se les representaba como de una misma raza. Tenían el mismo tipo e iban vestidos con el característico traje persa: bonete frigio y estrechos pantalones con faldilla.
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Sin embargo, desde el siglo XV cambió “con la intención de simbolizar la universalidad del cristianismo, se diferenciaron e individualizaron. De esta manera, cada uno adquiere rasgos propios que los asocia con las tres edades de la vida y con las tres partes del mundo entonces conocidas: Europa, Asia y África. ¿En qué momento aparece el rey negro en el arte cristiano?. Aunque pueden considerarse algunos antecedentes aislados, la Edad Media ignora esta referencia condicionada por el rechazo al color negro que pasaba por ser el del demonio y el infierno. La figura del rey negro sólo se volvió habitual a finales de la Edad Media. De impone a lo largo del siglo XV, tanto por el gusto creciente por lo exótico, como por las razones simbólicas indicadas”.
También como un de los datos históricos se ha escrito que durante el Renacimiento -siglos XV y XVI-, se introduce la piel oscura del tercer sabio. Se interpreta como si cada uno proviniera de uno de los tres continentes conocidos: Europa el blanco. Asia el rubio y África el negro. Por eso, en algunas representaciones artísticas cada rey va con un animal distinto: un caballo, un elefante y un camello.
Además, según el diario argentino Clarín, en cuanto al término “Reyes”, según Mateo y todas las referencias posteriores los describen como ‘unos sabios de oriente’. De acuerdo con diferentes traducciones de la Biblia, en otros casos se habla de magos en el sentido de personas llenas de sabiduría… La astrología no dejaba de ser una rama de las interpretaciones religiosas. Por lo tanto todo cuadra al momento de pensar que aquellos magos observaban el cielo y siguieron aquella estrella nueva que marcaba un camino.
Con respecto a ese astro, las teorías sobre un posible cometa son variadas; pero ninguna acaba de coincidir con las fechas aproximadas del nacimiento de Jesús”. Por su parte, el diario ABC señala que en una traducción al catalán de los Evangelios, a los Reyes Magos se les denomina astrólogos, “…Entonces, ¿por qué hoy son reyes? Esta nueva dignidad se establece a partir de las profecías del Antiguo Testamento; que hablan de la llegada del Mesías, a quien incluso los reyes adorarán”.
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Otras de las controversias que se han generado a lo largo de los años es la utilización de la palabra “magos” por parte de Mateo. Son muchos los expertos que consideran que este término tenía otras definiciones en la época. Se ha señalado también a Joao Scognamiglio -autor de Lo inédito sobre los evangelios-, quien dijo que “…el nombre magos no debe ser entendido con las connotaciones de nuestro tiempo. Pues en aquella época significaba personas de cierto poderío. Además de que distinguían especialmente en los conocimientos científicos, sobre todo astronómicos”. Pero el término fue adquiriendo la connotación actual. Cuando empezó a aplicarse universalmente a los adivinos y a los exponentes de cultos religiosos esotéricos. Según Azanza, “Lo más probable es que fueran sacerdotes y astrólogos originarios de Babilonia o Persia. Dado que ambos eran grandes centros astrológicos donde los magos eran una casta sacerdotal con mucha influencia”.
Para finalizar, y no menos importante: oro, incienso y mirra. Los regalos que le llevaron los Reyes Magos al niño Jesús en Belén. De cada regalo hay una interpretación de su simbología: cada uno recuerda una de las cualidades del recién nacido. “El oro, porque es rey de reyes. Incienso, porque es la ofrenda a los dioses y remarca su carácter divino. La mirra, que se empleaba para ungir a los muertos, recuerda el cuerpo mortal de Jesús”, citado de Clarín.
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Excelente artículo.