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Doña Fela, su camino y dedicación

Doña Fela

Himno de Puerto Rico

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Imagen principal: Archivo General de Puerto Rico, Colección Felisa Rincón de Gautier.

Nota: Este artículo es parte de una tesis y contiene citas en inglés de diferentes fuentes.

El Puerto Rico del siglo XX no puede pasar desapercibido sin destacar la figura de una mujer que luchó contra la pobreza, la injusticia que marcó su vida y la dirigió al servicio de los otros. En momentos de grandes cambios sociales, su figura surgió en protección al voto de la mujer y luego se conoció como la protectora del arrabal y sus habitantes. Esto, ante una sociedad que la retaba diariamente a afrontar sus retos personales como hija, esposa y mujer ante los cambios que ponían la vista en un futuro comprometedor para el pueblo y sus derechos. La misión de Felisa Rincón de Gautier se da ante el concepto patriarcal, donde la figura femenina era relegada de todo proceso político y social. Ejemplo de esto se da en las elecciones de 1932, proceso que abre la puerta del derecho al voto de la mujer.

Doña Fela, abrió esa nueva puerta con la esperanza de ver un nuevo mundo transformado en la equidad, en el bien común de la población que por vez primera compartirán un poder democrático. Sobre su primer voto, “En aquella ocasión fue a las mesas de inscripción acompañada de su padre.” Su padre y ella sostuvieron una larga conversación, ya que él no apoyaba el nuevo derecho en favor de las mujeres, aprobado recientemente por la legislatura.

El padre de Felisa no aceptaba que su hija saliera a votar y llegó a comentar sobre la mujer que “They will lose their charm” (Ellos perderán su encanto). Aun así, la determinación de Felisa por votar superó todo deseo en su contra. Su gran anhelo de poder ser parte de un nuevo movimiento en busca de la igualdad a través del poder democrático daría a la mujer la oportunidad de tomar mejores decisiones para el bienestar de su familia y el del pueblo.

Felisa amaba y respetaba profundamente a su padre, pero esto no le impidió retarlo y acudir a las mesas de votación. Puerto Rican women can vote, Father, and I going to register to vote with them” (Las mujeres puertorriqueñas pueden votar, padre, y yo me voy a registrar para votar con ellas). Luego de conversar, su padre accedió y la acompañó a la mesa de registro, acto que la llenó de mucha ilusión y esperanza. Si pudiera cambiar la opinión de su padre, podría cambiarlo todo.

Desde el momento en que Felisa llegó a la mesa de registro para ejercer por vez primera su voto, se esperaba que este acto llevara a las mujeres hacia una nueva esperanza y un nuevo proceso en favor del pueblo. Se le consideró la protectora de este legado para cuidar y defender el derecho al voto de los representados por el Partido Liberal de Puerto Rico. Nombrada por Antonio R. Barceló, “Desde ese momento se convirtió en maestra en el arte complicado y peligroso de salvaguardar el derecho al voto.”

Esta nueva etapa, que había sido avalada por Antonio R. Barceló, enfrentó directamente a retractores que la amenazaban constantemente, hasta con llevarla a la cárcel. En fin, luego de haber luchado por el Partido Liberal de Puerto Rico, fue expulsada del mismo ya que en unión a Luis Muñoz Marín, exigían cambios en busca de que el partido fuera más abierto democráticamente, ya que mantenía un círculo cerrado que tomaba sus decisiones a espaldas del pueblo.

Para Felisa, quien, en las elecciones de 1932 votó por todos los candidatos del Partido Liberal de Puerto Rico, incluyendo, The most important man on the list was Luis Muñoz Marín. He was running for the post of senator-at-large in the legislature” (El hombre más importante de la lista era Luis Muñoz Marín. Se postuló para el puesto de senador en la Legislatura). Este proceso político, permitió el espacio adecuado para que pudiera trabajar directamente con este nuevo Senador electo, quien rápidamente la identifica y le solicita trabajar para ganar más adeptos en apoyo del Partido Liberal de Puerto Rico.

De esta forma, el Senador Luis Muñoz Marín y un grupo de jóvenes del partido, incluso Felisa, llevarían el mensaje para trabajar en reformas que cambien y reformen la pobreza persistente en Puerto Rico, She decided to begin her work in the worst slum in San Juan, called ironically La Perla” (Decidió comenzar su trabajo en el peor barrio pobre de San Juan, llamado irónicamente La Perla).

Para Felisa, su primera visita fue muy deprimente y de gran impacto ante sus ojos. Esto, ante la falta de servicios primarios y la falta de ayudas sociales en apoyo a esta población. “Nobody should be allowed to live the way people live in La Perla.” (A nadie se le debería permitir vivir como vive la gente en La Perla). Casuchas de cartón y zinc entre todo tipo de aditamento para mantenerlas de pie. Entre estas casuchas, vivían niños desnutridos corriendo desnudos por la falta de ropa entre la basura, detrás de animales.

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Aún luego de esta primera experiencia, donde se preguntó cómo podría ayudar a esas personas que vivían en un estado de mayor pobreza, Felisa no se amilanó. Su instinto de mujer luchadora la motivó a visitar La Perla cada día. Fue en ese entonces que comenzó a ganarse la confianza de las personas que allí vivían. Ella comenzó a hablarles sobre el Partido Liberal y sobre el mensaje que Muñoz deseaba expresarles. Luego de La Perla, comenzó a visitar los otros arrabales de la ciudad. Aún con lo peligroso que pudo ser, ella sentía la confianza que había ganado de la población. “These People would never harm me. They are my friends” (Esta gente nunca me haría daño. Ellos son mis amigos). La fuerza de voluntad y gran valentía de Felisa logró acaparar la mirada de todas las comunidades que visitaba.

Felisa fue una mujer emprendedora, visionaria y con un gran deseo de ayudar a levantar a su Pueblo. En un momento dado, para 1925, le comenta a su padre, Don Enrique que deseaba mudarse a New York. Con este viaje, traería pleno conocimiento de cómo abrir una fábrica de ropa y poder contribuir para que los trabajadores puedan tener un mejor salario. “I’ve seen our women working in sweatshops for two cents a day. People are starving to death.” (He visto a nuestras mujeres trabajar en talleres clandestinos por dos centavos al día. La gente se muere de hambre).

Ese mismo año partió hacia la ciudad de New York, donde aprendió el oficio de coser en fábricas de trajes. Luego decidió aprender a vender en tiendas de ropa. Fue así, que regresó a Puerto Rico y abrió su tienda llamada Felisa’s Style Shop en la calle Fortaleza del Viejo San Juan.

Pronto Felisa entiende que, para trabajar por el pueblo, debía abandonar el lujo y la elegancia que con mucho éxito había adquirido a través de su tienda de modas. Debía dedicarse a conocer el pueblo y dedicarse a él, pero ¿Cómo? Apoyando el movimiento en apoyo al voto de la mujer en las elecciones de 1932, apoyando al Partido Liberal en dichas elecciones. La suerte le corrió y la involucró en ese proceso.

En el año 1936 y tras la muerte del coronel Francis Riggs en manos de los patriotas Elías Beauchamp e Hiram Rosado, como parte de las represalias por la Masacre de Río Piedras donde mueren cuatro nacionalistas, ambos fueron arrestados y llevados al Cuartel General de la Policía. Allí fueron torturados y fusilados, trayendo grandes repercusiones en el Continente. Ejemplo de esto fue el proyecto de ley para otorgar la Independencia inmediata mediante una consulta (SI o NO) al pueblo de Puerto Rico.

Luis Muñoz Marín entendía que este proceso era de alguna manera negativo para el pueblo, ya que lo llevaría a su ruina. “Independence immediately would be the Independence of the graveyard. If the Bill passes, all aid from the USA will stop. What’s more, the Bill would put 25 percent import tax on all our sugar sent to the States. It would ruin the sugar industry.” (La Independencia sería inmediatamente la Independencia del cementerio. Si se aprueba el proyecto de ley, se detendrá toda la ayuda de Estados Unidos. Es más, el proyecto de ley impondría un impuesto de importación del 25 por ciento a todo el azúcar que enviemos a Estados Unidos. Arruinaría la industria azucarera).

Así comienza un proceso de retraimiento electoral por parte de Muñoz que lleva al Partido Liberal, en el cual él y Felisa militaban a perder las elecciones del 1936 ante la coalición compuesta por Republicanos y Socialistas.

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El Partido Liberal celebró una reunión el 31 de mayo de 1937 en la residencia de Naranjales de Felipe Sánchez Osorio, en el pueblo de Carolina, donde se decide expulsar a Luis Muñoz Marín y a un nutrido grupo de seguidores, entre ellos Felisa, quien en una conversación con su padre Don Enrique comenta; “Muñoz is rigth, Father. We should stay out of the election. Only by such an act, will people wake up and see how corrupt the other parties are” (Muñoz tiene razón, padre. Deberíamos quedarnos al margen de las elecciones. Sólo con un acto así la gente se despertará y verá cuán corruptos son los otros partidos).

Felisa estaba convencida del trabajo que se debía llevar a cabo para llevarle al pueblo, una mejor vida. Encabezados por Luis Muñoz Marín, sentía seguridad de que éste era la figura que podría llevar al país a una nueva etapa de prosperidad. Así, siendo presidenta del Comité Municipal de San Juan desde el año 1938, estaba segura del trabajo que debía hacer en San Juan y sus comunidades para adelantar las causas del joven Partido Popular Democrático y por el pueblo.

En 1943 Felisa podría haber aspirado a ser Gerente de la Ciudad de San Juan y con mucha seguridad hubiese obtenido el apoyo del Gobernante y la Comisión de la Ciudad para ser nombrada mediante la llamada “ley del despojo”, Ley Municipal Especial del 1931. Este puesto de Gerente de la Ciudad era seleccionado por un comité compuesto por una selección de miembros escogidos por el Gobernador de Puerto Rico, nombrado por el presidente de los Estados Unidos. Otra parte de este comité era nombrada por el pueblo.

Aunque este cargo de Gerente de la Ciudad tenía las mismas facultades administrativas de un alcalde de otro pueblo, elegido democráticamente por el voto popular, Felisa no aceptó ser nombrada con anterioridad ya que por costumbre la facción del gobernante elegía el nombramiento y el pueblo terminaba dando el visto bueno al comité que por derecho tenían que escoger para la selección de la persona al cargo. Si Felisa hubiese aceptado, el comité seleccionado por el Gobernante, la escogía y el comité seleccionado por el pueblo también la hubiese escogido, ya era costumbre, que la figura seleccionada por el Gobernante era avalada.

Aun así, dentro de muchos, en su gran mayoría hombres, existía el miedo de ver el levantamiento de una mujer ante el sistema, una mujer que “por no contrariar a su padre, a cuya autoridad se somete como una monja que hace voto de obediencia”. Su gran conocimiento y su deseo de servir a las comunidades marginadas o arrabales de San Juan la mantiene siempre firme y con fortaleza. Para la alcaldía de San Juan, Felisa avalaría a una persona que apoyara la gestión que ella deseaba para dirigir la Ciudad. El Ingeniero Carlos Muñoz Santaella, primo de Muñoz Marín fue el señalado por Felisa para ser seleccionado al cargo de Gerente de la Ciudad.

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Tras unos meses de una administración en la que pretendió ir en otra dirección, contraria a lo discutido con Felisa y el partido, decide renunciar al cargo. Esta pequeña división, trajo el pensamiento de la renuncia de Felisa a cargo del Comité Municipal, ya que entendía que había traído al Ingeniero Muñoz Santaella y que éste no respetó el mandato solicitado en apoyo a la agenda del Partido Popular Democrático que pretendía empoderar al pueblo mediante el lema Pan, Tierra y Libertad. Nuevamente, el comité de San Juan seleccionó a otro ingeniero, esta vez en la figura de Roberto Sánchez Vilella, quien poseía grandes dotes de administrador y quien respetó el mandato del partido y la opinión de cómo trabajar en la Ciudad Capital.

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En 1946, Roberto Sánchez Vilella renunció al cargo de alcalde de la ciudad de San Juan y Felisa Rincón de Gautier accedió a ser la nueva Gerente de la Ciudad. Esto, sin antes haber pasado por una última gran experiencia que le recordaría por quién y para quién debía estar en el poder político. En septiembre de 1945 un huracán se aproximaba a Puerto Rico. Las personas, residentes de arrabales cercanos a su casa en Santurce, buscaban un refugio por el posible impacto del huracán. Por horas, Felisa mantuvo a más de trescientas personas en su hogar, mientras buscaba apoyo de los líderes políticos que por cuestiones de reglamentos y otros no le ayudaron a abrir escuelas para refugiar a estas personas.

Con el apoyo de unos residentes de arrabales, rompieron los portones de una escuela y se refugiaron con el aval de Felisa, su esposo Jenaro Gautier y su Hermana Fini Rincón. Este momento, fortaleció a Felisa para tomar el poder y las riendas de San Juan en las próximas elecciones, acto que se adelantó tras la renuncia de Sánchez Vilella como administrador.

Felisa pasó por muchas etapas que le marcaron el camino, pero como mujer tuvo que enfrentar el machismo. La primera vez que se enfrentó a este mal, fue confrontando a su padre por la nueva ley que permitía el voto para la mujer. Ahora que sabía cuál era su misión, ésta se encargó de no suplicar por sus decisiones, así que informa de manera directa y sin solicitud de permiso a su esposo Jenaro que sería la alcaldesa de San Juan.

Este comprendía la frustración y el deseo de servir a Felisa. “I saw how frustrated you were, trying to do a job with no power. (Vi lo frustrada que estabas, tratando de hacer un trabajo sin poder). Sólo Don Enrique mantuvo su incomodidad, ya que entendía que esta abandonaría a su familia por la política. “You Will no longer have a private life. From now on you’ll be a public person. Your whole life will change.” (Ya no tendrás vida privada. A partir de ahora serás una persona pública. Toda tu vida cambiará).

Felisa Rincón de Gautier nació en el pueblo de Ceiba, Puerto Rico en el año 1897. Sus padres fueron el licenciado Enrique Rincón y la Sra. Rita Moreno, Maestra de vocación quien murió cuando Felisa tenía apenas doce años. Ésta tuvo la obligación a temprana edad de ayudar en la crianza de sus otros nueve hermanos, dado que era la mayor de éstos. Estudió en escuelas de la zona este del país y San Juan donde llegó hasta el tercer año de escuela superior, siempre con el deseo de hacer una sociedad más justa para los marginados.

En diciembre de 1946, Felisa Rincón de Gautier asume las riendas del Municipio de San Juan. En ese momento solicita a su conductor llevarla a dar una vuelta por todo San Juan, terminando en la barriada La Perla. Allí percibió algo que no quería volver a ver y que le revolvió el estómago. Al entrar al arrabal, ya conocía por experiencia propia el fuerte hedor del Matadero y la basura sin recoger en la zona. Había entrado en varias ocasiones para solicitar el voto, pero esta vez fue diferente.

She was sickened, as always, by the smell of the slaughterhouse and the uncollected refuse, by the sight of goats picking their way among the palmtrees, by the men and women in rags and the naked children, their hands out-stretched, crying pitifully for pennies.” (Le asqueaba, como siempre, el olor del matadero y de los desechos no recogidos, la visión de las cabras abriéndose camino entre las palmeras, los hombres y mujeres vestidos con harapos y los niños desnudos, con las manos extendidas, llorando lastimosamente. por centavos).

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Felisa salió pensativa de La Perla, “she was the chief executive of the city; she sat in the seat of power” (ella era la directora ejecutiva de la ciudad; ella se sentó en el asiento del poder). Pensando cómo podría cambiar la vida de las personas en los arrabales. San Juan contaba con muchos arrabales desde el Viejo San Juan, hasta el nuevo San Juan en Santurce como le llamaba ella. Para esto, comenzó a hacer cambios simples, como apoyar a los barrenderos de la ciudad. Les agradece su noble gestión y les compró equipos para la limpieza de la ciudad. Hizo cambios en su equipo e implementó una reunión de trabajo todos los martes, con los altos ejecutivos de su administración. Esto lo hizo para que todos conocieran las áreas de cada uno, y vieran el respaldo que bien podrían brindar en la gestión administrativa.

Ahora, los miércoles pertenecían al pueblo, a las personas. “Tell the people they can come with all their problems to the city hall” (Dile a la gente que pueden venir con todos sus problemas al ayuntamiento). De esta manera, Felisa comenzó a conocer más en detalle las necesidades de las personas. Una anécdota que se cuenta sobre La Perla es sobre una señora que acudió a estas reuniones con Felisa los miércoles, Doña Felisa, my husband hasn’t shown up for three days. If you come to dinner at my house, he will hear about it and he will come home. (Doña Felisa, mi marido hace tres días que no aparece. Si vienes a cenar a mi casa, él se enterará y volverá a casa). La noche de la cena, el esposo apareció. La siguiente fotografía muestra una parranda, donde adultos y niños comparten con Felisa y un grupo de acompañantes.

Doña Fela
Archivo General de Puerto Rico, Colección Felisa Rincón de Gautier.

Entre los años 1947 y 1948 Felisa mejoró el proceso de limpieza de la Ciudad, esto con el apoyo de los residentes que hicieron caso a su pedido de lograr trabajar unidos por una mejor calidad de vida. Así, mandó a cerrar el Matadero que por años había existido y lo transformó en un centro comunal para el disfrute de la comunidad. Mandó a buscar a los niños para que visitaran la casa de la alcaldía en busca de alimentos y ropa. Así fue registrándose para que iniciaran sus estudios.

Además, de los niños, comenzó a ocuparse de las casuchas “Felisa decided to try to make the shacks safer and more livable. She ordered her construction men to provide the slum dwellers with wood and paint, and tar paper to cover their roofs.” (Felisa decidió intentar que las chozas fueran más seguras y habitables. Ordenó a sus constructores que proporcionaran a los habitantes de los barrios marginales madera, pintura y papel alquitranado para cubrir sus techos).

El 13 de diciembre de 1945 la Sra. Josefa Gutiérrez de Falcón, residente de La Perla escribe una carta al Presidente del Senado, Hon. Luis Muñoz Marín, solicitando que haga algo para evitar lo que ella y los residentes llamaban “Tumbe de La Perla”: “como usted sabe, eso es absurdo de ser propietario a vivir alquilado va mucho y eso no fue lo que se nos ofreció. Fue darnos el solar por un peso y ahora se cambió todo”.

Además, la Sra. Gutiérrez le recuerda a Muñoz el tiempo que ella y los suyos llevaban en La Perla: “nosotros tenemos aquí más de cuarenta años y nuestra vida económica es en San Juan, ir a otro sitio sería la derrota, también acuérdese que este barrio fue quien ayudó a ganar las elecciones en San Juan, pues mi familia sola es de más de sesenta personas y todos votaron con los populares.”

El 13 de octubre de 1946, en su afán por poder ayudar a las comunidades, Felisa escribe una carta a Luis Muñoz Marín preocupada por el posible movimiento de los arrabales por la Autoridad de Hogares. “Luis, el problema de los arrabales no es para resolverlo la Autoridad de Hogares. Ellos alquilan viviendas a inquilinos que no pueden pagar más de 6 u 8 pesos y que teniendo niños no consiguen quien les alquile una habitación.” Felisa explica que el problema del arrabal es distinto al de otros necesitados de vivienda, ya que son propietarios que no quieren convertirse en inquilinos pagando una renta, que no pueden pagar.

El problema, es que el Estado tenía planificada la remoción de la mayor cantidad de personas de sus hogares para colocarlas en los llamados residenciales públicos que eran administrados por la Autoridad de Hogares. Los residentes de La Perla llevaban meses esperando para ser removidos, acción que los mantenía inseguros y apenados. “Ahora mismo están diciendo que van a tumbar La Perla antes de dos meses (aunque este problema es distinto al de Santurce). ¿Y dónde van a meter las miles de personas que viven allí? Pregúntales, Luis, a dónde los van a meter. La realidad es que no tienen dónde.” De esa manera Felisa cuestionaba al líder del Senado y figura política más importante del país.

Estos trabajos comenzaron en el año 1948 cuando el gobierno federal comenzó a construir casas de bajo costo. Aún con esto, las personas de los arrabales no deseaban mudarse a estos lugares. Aunque existía el deseo de darles mejor calidad de vida a través de los nuevos proyectos que se construían, Felisa les entendía y apoyaba.

En noviembre de 1948, Doña Felisa Rincón de Gautier, Luis Muñoz Marín y el Partido Popular Democrático ganaron las elecciones generales. Operación Manos a la Obra logró la atención y reconocimiento de las industrias invitadas por el gobierno para sentar base en la Isla a cambio de unos créditos y la libertad de pagar impuestos. Estas comenzaron a establecerse en el país, donde la labor y la mano de obra era muchísima más barata que en los estados “When the mínimum wage was a dollar an hour on the mainland, it was seventy-five cents on the island.” (Cuando el salario mínimo era de un dólar la hora en el continente, en la isla era de setenta y cinco centavos). Así la economía, los trabajos y el progreso del país fue tomando forma, entrando en el proceso de la industrialización.

Doña Fela dedicó su vida a crear nuevas oportunidades para la gente. Ella sabía que la mayoría de los residentes de San Juan vivían en condiciones precarias, ya fuera en La Perla o en otra de las barriadas de la ciudad. Siempre mantuvo su esperanza en brindar a estas comunidades, los servicios básicos para lograr un entorno favorable para la vida de estos hermanos puertorriqueños que necesitaban del favor gubernamental y que por años no tuvieron una voz.

“Para mí, la vida es lucha y servicio. Quien no lucha ni sirve, se priva a sí mismo de la mayor satisfacción que puede proporcionar la vida.” -Felisa Rincón de Gautier

Himno de Puerto Rico

Comments 2

  1. Alex, leí tu artículo sobre doña Feliza Rincón de Gautier con mucho gusto. La recuerdo pues yo era jovencita en San Germán. En mi opinión, se enfrentó a todas las barreras y como Don Quijote las conquistó. La has presentado muy objetivamente y sin opiniones personales, como debe ser. Si alguien algú día escribiera su biografía sería gran inspiración para muchas mujeres en Puerto Rico y probablemente otros pasises hispanos. Muchísimas gracias.

    • Avatar Alex Claudio Morales says:

      Muy agradecido de su comentario. Mi tesis doctoral es un retrato de su obra y mas con la comunidad la Perla. Estoy trabajando para publicarla en libro. Mis saludos siempre.

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