La actuación y el teatro corre en sus venas desde niña, allá para cuando vivía en Brooklyn, NY con su familia. En entrevista con este medio, Idalia Pérez Garay narró cómo fue esa infancia en la que empezaba a cultivar sus semillas actorales desde los años de estudiante en la Universidad de Puerto Rico, hasta las cosechas profesionales en la actualidad, en la que nos cuenta sobre momentos importantes de su carrera y la historia del teatro puertorriqueño.
Cuando la actriz y profesora de teatro Idalia Pérez Garay vivía en Nueva York junto a su familia, jugaba con su hermana Flora Pérez Garay, también reconocida hoy como dramaturga y guionista, a dramatizar obras de teatro y películas de cine. En la puerta de su habitación leía: “Las hermanas estrellas”, simulando como si fuese el camerino mientras jugaban.
“Había días de la semana que jugábamos a hacer películas, otros días teatro, y otro día a dar clases; a mí me tocaba ser la maestra y Flora era la estudiante”, recuerda. “Los martes era el día del cine, a ella (Flora) le tocaba ser directora y productora y me dirigía en La Reina de Saba. Los miércoles hacíamos teatro, también dirigidos por mi hermana. Había un día de ballet, donde yo era el “ballet mistress” y ella bailaba ballet mientras que nuestra madre nos ayudaba con el vestuario”.
A pesar de que Idalia Pérez Garay nació en Puerto Rico, se mudó con su familia a Nueva York teniendo solo un año, a la par del gran movimiento migratorio hacia los Estados Unidos en ese momento. Luego, junto a su familia, regresaron a la Isla en 1957. En ese momento estaba en séptimo grado, y al igual que su hermana, sabían hablar perfectamente tanto el español, como el inglés.
Recuerda entonces la actriz Idalia Pérez Garay sobre sus primeras experiencias con el teatro puertorriqueño donde en la Escuela Superior Juan Ponce de León, durante la década del 1960, había un programa educativo dirigido por el gran Ángel Quintero. Fue uno que integraba a estudiantes de todas las clases sociales: estudiantes provenientes de la Juan José Ozuna, de la Gautier Benítez de Caguas, de Cantera, de la Manuel A. Pérez y de San José, de donde era ella.
“Fueron trabajos muy buenos, pero en 1968 hubo un cambio de gobierno y se cayeron esos proyectos educativos. Ana Helvia Quintero escribió un libro sobre ese periodo, muy interesante. Relata cómo fue esa experiencia educativa en Puerto Rico. En ese programa daban clases a nivel de universidad, incluyendo filosofía. Los estudiantes iban a conferencias a la Universidad de Puerto Rico (UPR). Cuando entré a la universidad, ya tenía 24 créditos aprobados. Hice dos concentraciones -Bellas artes y Drama- en 4 años, graduándome en 1967.
Universidad de Puerto Rico y el terreno fértil para las artes
Idalia Pérez Garay explica que durante las décadas del 60 y 70, la UPR ya contaba con una facultad con maestros de altura como Francisco Rodón, Carlos Marichal, Doña Luisa Géigel de Gandía, Félix Bonilla Norat, Arturo Dávila, entre otros. Además, era un terreno fértil para explorar conocimiento universal de Puerto Rico.
“Tener acceso a las grandes manifestaciones artísticas del mundo que venían a la universidad. Mimos internacionales como Marcel Marceau, el Ballet Nacional de Venezuela, el de Chile, presentaciones de teatro griego, teatro en francés, la cultura universal vino a Puerto Rico. Grandes cantantes de Puerto Rico como Justino Díaz, también se presentaron. Estoy agradecida de haber vivido una época gloriosa en este País”, recordó la actriz sobre las ofertas disponibles a través de la Universidad.
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Mientras continuaba sus estudios universitarios, el profesor Dean Zayas convocó a un grupo de estudiantes para que formaran parte de la compañía teatral Teatro del Sesenta, fundada en 1963. Trabajaron en el Ateneo Puertorriqueño en 1968 con figuras que al igual se convirtieron en estrellas de la actuación como Belén Ríos, Flora Pérez Garay, Sharon Riley, Walter Rodríguez y Luz María Rondón. La actriz recalca que no solo era actuar, tenían que barrer, pintar y coser vestuario. Se sentían de verdad que hacían teatro.
Idalia Pérez Garay empezó a actuar profesionalmente en 1968 en la pieza Milagro en el Mercado Viejo del dramaturgo argentino Osvaldo Dragún, haciendo el papel de ‘Úrsula’, junto a Félix Monclova, Sharon Riley, Fernando Aguilú y Belén Ríos, y entre todos ellos, construyeron todo el escenario. Más adelante, invitan al Teatro del 60 a presentar en el Teatro Tapia la obra Un tranvía llamado Deseo con Esther Sandoval y Miguel Ángel Suárez. La actriz revive durante la entrevista los momentos que trabajó en utilería, por lo que tenía que viajar a Santurce y Río Piedras en transportación pública, para comprar las piezas y materiales necesarios.
“Fue una época fértil para el desarrollo del teatro puertorriqueño. Ya estaban los Festivales de Teatro en el Teatro Tapia auspiciados por Instituto de Cultura Puertorriqueña. No nos perdíamos ninguna función, ahí vimos los grandes estrenos. Íbamos en guagua y subíamos al tercer piso conocido como el gallinero. Como éramos estudiantes, eran tres dólares la entrada”, nos cuenta con emoción la artista puertorriqueña.
A diferencia de otras partes del mundo, en Puerto Rico era un momento fenomenal social y cultural, ya que el teatro puertorriqueño estaba dominado por mujeres con figuras como Nilda González, Victoria Espinosa, Myrna Casas, Hellen Sackett, Maricusa Ornes, Sandra Rivera, Iris Martínez, Lucy Boscana y Lydia Echevarría: “Las mujeres eran las grandes productoras de teatro de este País. El Departamento de Drama era un olimpo de mujeres, fue una cosa maravillosa. No vivimos experiencias de acoso, era un ambiente de respeto, hombres y mujeres por igual”, afirma.
Teatro Rodante de la Universidad de Puerto Rico
Que no quepa duda de que a Idalia Pérez Garay le apasiona la cultura, las artes y el teatro. Vive el recuerdo de todas estas anécdotas sobre lo que llama una época extraordinaria del teatro puertorriqueño. Una de esas etapas, fue cuando formaba parte del Teatro Rodante de la Universidad de Puerto Rico. Esta oportunidad fue creada en la segunda mitad de la década del 1940 por Leopoldo Santiago Lavandero y Rafael Cruz Eméric. Mientras que Victoria Espinosa fue de las primeras estudiantes en este gran proyecto.
“En el Teatro Rodante estábamos Sharon Riley, Flora Pérez Garay, Belén Ríos, Fernando Aguilú, esta servidora, Raulito Carbonell, Ramfis González, entre otros, Por dos años estuvimos viajando por todos los pueblos de la isla. Llegábamos cantando el himno de la universidad, vestidos con ropa estilo medieval. Nos asomábamos por las ventanas y los niños del pueblo se veían felices siguiéndonos”.
Durante la época cuando estaba empezando a trabajar como profesora en la Universidad, el autobús que alojaba el Teatro Rodante se dañó y la administración universitaria en aquel entonces decidió no repararlo, ya que los acusaban de ser subversivos, “cuando esto no tiene nada que ver, lo que hacíamos era Moliere, Lope de Vega, Calderón, a través de toda la isla. El Teatro Rodante fue reconocido a nivel internacional, fue el único en América Latina y en el mundo, siguiendo el ejemplo del Teatro Rodante La Barraca de Federico García Lorca. Fue un sistema educativo extraordinario”, señaló. Mientras tanto, más adelante el Teatro Rodante Universitario del Departamento de Drama de la UPR pudo adquirir un nuevo vehículo y continúa hoy llevando teatro de manera similar a diferentes puntos de la Isla.
Momentos importantes en su carrera teatral
Como expresó al principio de la entrevista, Idalia Pérez Garay jugaba mucho al teatro con su hermana Flora. Un momento muy especial para ella fue con el estreno de la obra El Gran Pinche, escrita por su hermana en 1979. “Porque fue escrito por mi hermana, era un sueño hecho realidad de las dos ‘hermanitas estrellas’. Fue con José Félix Gómez, director artístico del Teatro del 60, todo un éxito y ganó hasta premios”, rememora con emoción. “Fue proclamada la producción del año, mejor utilería y mejor vestuario. Este trabajo nos permitió levantar 80,000 dólares, por lo que pudimos financiar el montaje de la obra La verdadera historia de Pedro Navaja en 1980, lo que fue otro gran momento”.
Por otra parte, exalta la presentación de la obra teatral Quíntuples (1984), que dice ser la producción más longeva en la que ha participado. Por un espacio de 25 años, Quíntuples se presentó en varios pueblos de la Isla y exitosamente en ciudades en Europa, América Latina y Estados Unidos. Ha sido la obra teatral puertorriqueña que más ha viajado y que ha cosechado frutos en todos los lugares que se presentó.
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Aunque a Idalia le interesa más la academia y el teatro, ha actuado en varias películas de cine. Con su hermana Flora, hizo películas como Bala Perdida, Con el fuego en el alma, Hay hombres para todas, El cuerpo del delito. En 1993 actuó en La Guagua Aérea, Cayo en 2004. En 2011 trabajó junto a Vicente Juarbe en una película filmada en Italia titulada Il Viaggio, con talento puertorriqueño.
Un llamado a los jóvenes a “no perder la fe” en las artes y en la cultura
Por casi cuatro décadas, Idalia Pérez Garay dio clases y talleres en la Universidad en la que le enseñaba a sus estudiantes que había dos maneras de actuar: “bien o mal”. Como buena profesora, hace un llamado a los jóvenes a no perder la fe en las expresiones artísticas:
“Hoy, el teatro permite un futuro de posibilidades creativas, no solamente es pararse frente a un escenario, es escribiendo, diseñando escenografía y vestuario, participando en proyectos colectivos…. No se puede perder la fe en el poder de las artes, en la música, en la pintura, en el teatro, la danza. Hay que ‘ser cómplice de la esperanza’ como dice una canción de Rubén Blades. Lo importante es que las cosas se hagan bien… Se pueden hacer cosas, uno se puede ganar la vida. Hay que ser inventivo, hay que ser imaginativo, tener un sentido de resiliencia para enfrentar lo que continúa pasando en este país”.
Advierte además a los jóvenes a que no se pierdan en la tecnología, “hay muchos que se pierden en eso, pero hay otros que pueden utilizar la tecnología a su favor y para mejorar el mundo. Buscar las riquezas en tu creatividad, en tu resiliencia, la riqueza material se va, se queda la solidez espiritual”, añadió.
El Teatro Hoy
Uno de los temas conversados con la actriz en la entrevista, fue un resurgir del teatro puertorriqueño de alta calidad, después de un periodo de cierta pausa, sin contar las obligadas por el paso de huracanes, terremotos y pandemias. Idalia Pérez Garay opinó que luego del encierro causado por el COVID, este año ha surgido un auge en presentaciones teatrales. Como ejemplos, mencionó obras como Elsa y Fred, La peor cantante del mundo, Paseando a Miss Daisy La Guagua Aérea Musical, La Gaviota, ¿Quién le teme a Virginia Woolf?, Cabaret, Hamlet, entre otras. Además, expresó su deseo de una mayor cantidad de funciones y salas fijas para que las obras duren más tiempo, ya que el público está respondiendo al teatro.
“El teatro es como la vida misma que se va renovando. Muchos jóvenes que fueron estudiantes míos son como ahora como nietos. Tengo un historial muy bonito con toda la gente que tuve el privilegio de darles clase, que fueron estudiantes y que tuviéramos una simbiosis espectacular como la que hemos tenido con Cristina Soler, Cordelia González, Jorge Luis Ramos, Maribel Quiñones, Marcos Carlos. Ver a Marcos Carlos como director de la división de teatro del Instituto de Cultura Puertorriqueña me hace sentir muy feliz”.
Futuros planes: Proyecto Documental Teatro del 60
Luego de una pausa en las tablas, ha retomado varios proyectos dramáticos y vinculados al teatro. Entre estos, está un documental -que está trabajando junto a su esposo Vicente Juarbe, cineasta puertorriqueño- sobre las seis décadas del Teatro del 60. Un proyecto completo, que será como un archivo histórico del teatro puertorriqueño, nos anticipa. El concepto comenzó hace como 10 años, e incluye más de 65 entrevistas a figuras teatrales, incluyendo grabaciones fuera de Puerto Rico. Desde el 2016 y 2017, la producción de este tuvo que tomar una pausa debido a los recortes presupuestarios a organizaciones sin fines de lucro por parte de la Junta de Control Fiscal y en 2017, con el paso de los huracanes Irma y María.
En 2021, cuando los teatros volvieron a abrir luego del cierre causado por la pandemia, fue que lograron retomar el proyecto. Debido a que tenían muchísimas horas de material fílmico valioso, decidieron convertir el documental en diferentes capítulos que se podrán ver a través de internet. Cada capítulo representará cada década de la trayectoria de la compañía teatral, cubriendo hasta el 2023, año que cumple sus 60 años el proyecto. Esta tarea incluye entrevistas, un blog, archivos y un trasfondo económico, político y social de cada época. El proyecto incluye además la participación de Belén Ríos, Sonia Ramírez, la música de Pedro Rivera Toledo y artistas que han donado sus obras y carteles para que formen parte de las gráficas del documental.
Sin duda alguna, Idalia Pérez Garay ha formado mucho de lo que es el teatro hoy en Puerto Rico. Junto a sus compañeros del campo ha dejado y sigue creando un gran legado de cómo se hace teatro de verdad. Como se vive, se lucha y triunfa por él. Indiscutiblemente, Idalia Pérez Garay se ha convertido en uno de los grandes pilares de la actuación y producción artística en nuestra Isla.
Este recuento del teatro patrio es un viaje de regreso a todas esas obras y artistas que me
Hicieron sumirme es ese maravilloso mundo que nos crea la una actualización de la dama Doña Idalia. Gracias , Gracias. H Anduze