Ilustración de Mario Braschi. Revista La Ilustración Puertorriqueña, 1892. Archivo Digital Nacional de Puerto Rico. La Colección Puertorriqueña.
Mario Braschi fue periodista, editor y fundador de varios rotativos en Puerto Rico a finales del siglo XIX. Sus fuertes críticas a la Iglesia Católica y su línea editorial autonomista, provocaron la censura de algunas de sus publicaciones por parte del gobierno español. A pesar de esto, Braschi luchó incansablemente por la libertad de prensa y dejó un legado importante en la historia del periodismo puertorriqueño.
Mario Braschi nació el 19 de enero de 1840 en el pueblo de Juana Díaz. Desde joven, mostró interés por la literatura y la escritura, y comenzó su labor periodística en Ponce, donde firmaba sus crónicas y artículos con el pseudónimo “Riomar”. Más adelante, utilizó también los nombres “Cantaclaro” y “Don Modesto”.
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Tras la Revolución Gloriosa de 1868 en España, Braschi fundó en 1873 su primer periódico, Don Segundo Cantaclaro. Desde sus páginas, abogaba abiertamente por la abolición de la esclavitud y criticaba los abusos de poder de la Iglesia. Este periódico fue censurado y cerrado cuando cayó la Primera República Española en 1874, lo que obligó a Braschi a exiliarse a Venezuela y Estados Unidos.
Aunque a su regreso a Puerto Rico, el gobierno le negó los permisos para fundar otro periódico, en 1876 pudo fundar en Ponce otra publicación titulada El Heraldo del Trabajo, un semanario agrícola y mercantil, aunque incluía artículos de corte literario, científico y artístico. A pesar de las dificultades que enfrentó, Braschi siguió luchando por la libertad de prensa y colaboró en numerosas publicaciones de la época.
En 1883, la Audiencia de Ponce condenó a Mario Braschi a cumplir seis meses en prisión por haber publicado la traducción del francés de un artículo sobre el cristianismo de los masones, ya que el gobierno consideraba que atentaba en contra de la Iglesia.
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A pesar de esto, Braschi no se rindió y más tarde se trasladó a Mayagüez, donde restableció La Razón en 1890. Este rotativo de carácter liberal había sido fundado originalmente en 1870 por José Ramón Freyre, y en él colaboraron figuras como Manuel Fernández Juncos, José María Monge y Bonocio Tió, entre otros. Este periódico se convirtió en órgano del Partido Autonomista y duró poco más de un año.
Además de su obra periodística de Mario Braschi, fue autor de una obra teatral de género satírico titulada Un duelo de siglos (1881). A pesar de su corta vida, Braschi dejó un legado importante en la historia del periodismo puertorriqueño y en la lucha por la libertad de expresión.
Su línea editorial autonomista y su valentía al criticar a la Iglesia Católica en una época en la que la religión tenía una gran influencia en la sociedad puertorriqueña, lo convierten en un precursor del periodismo crítico y comprometido con la verdad. A pesar de las censuras y persecuciones a las que se le sometió, nunca renunció a sus ideales. Además de que siempre defendió la libertad de prensa como un pilar fundamental de la democracia.
Hoy, en una era en la que la información es más accesible que nunca, resulta fácil olvidar la importancia del periodismo. Además de los periodistas comprometidos con la verdad y la justicia. Sin embargo, la historia de Mario Braschi es un recordatorio de que el periodismo puede ser una fuerza poderosa para el cambio y que los periodistas tienen una responsabilidad crucial en la construcción de una sociedad más justa y democrática.
En un momento en el que el periodismo se enfrenta a desafíos sin precedentes. Como la proliferación de noticias falsas y la erosión de la confianza del público en los medios de comunicación. La figura de Mario Braschi se vuelve aún más relevante. Su ejemplo nos recuerda que el periodismo no es solo una profesión, sino una vocación. Una llamada para servir a la verdad y a la sociedad, sin importar las consecuencias. Braschi falleció el 28 de diciembre de 1891 en Mayagüez.
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