Imagen: Johanna Rosaly con su trabajo de ikebana, arte japones de arreglo de flores, durante su reciente viaje a la tierra del sol naciente. Imagenes: @johannarosalyoficial.
Nacida en Santurce, Johanna Rosaly es reconocida por sus actuaciones desde sus principios en telenovelas como El Hijo de Angela María y Cristina Bazán, además de sus proyectos en el periodismo y la animación en televisión. Hoy, Johanna Rosaly continúa activa tanto en la actuación, como expresándose sobre las situaciones sociales que afectan nuestro entorno. Este medio habló con la actriz, madre y abuela, no solo sobre su trayectoria actoral; pero también sobre los jóvenes, el ser madre, los derechos humanos, el medio ambiente, su pasión por aprender algo nuevo cada día y de su más reciente viaje a la tierra del sol naciente, Japón.
Mucho antes de nacer, a Johanna Rosaly su padre la consideraba actriz aun siendo él un adolescente. Solía ir al cine varias veces a la semana y admiraba mucho a las actrices del cine norteamericano como Bette Davis y Joan Crawford. “Él decía -durante su adolescencia- que cuando fuese adulto, iba a tener una hija que se iba a llamar Johanna, que era el nombre de su mamá. Mi abuela se llamaba Juana y él escogió la versión alemana de ese nombre y dijo que iba a ser actriz. Cuando nací, no había posibilidades de que yo fuera otra cosa. A los ocho años me matricularon en una escuela de actuación y ya a los nueve años estaba debutando profesionalmente”, expresó Rosaly en entrevista, aclarando que no sintió que fue algo que le impusieron.
“A mí me resultaba muy agradable la educación que recibí en actuación, que fue de primera categoría. Me adiestraron con el método de Stanislavski, quien fue un gran maestro de teatro ruso que sentó las bases para lo que hoy se conoce como el Método. De manera que para mí fue una experiencia preciosa, además que era una escuela de teatro de actuación para niños. Poco después, cuando comencé a trabajar, ya mi entorno era de adultos, pero de unos adultos que me cuidaban mucho. Figuras como Mona Marti, Helena Montalbán, Axel Anderson, Lucy Boscana, Víctor Arrillaga, Alicia Moreda, Ricardo Palmerona; todos ellos fueron mis mentores, mis padrinos, mis cuidadores. Fui muy afortunada”.
Cuando se conversa con una actriz con esta extensa trayectoria, siempre es bueno conocer un poco más sobre su perspectiva de cómo funcionaba el ambiente durante los inicios de su carrera y cómo lo compara con la actualidad. Johanna Rosaly indica que en el pasado existía un ambiente más propicio para el desarrollo serio de figuras sobre el escenario, porque había televisión dramática. El medio televisivo ya llegaba a todos los niveles socioeconómicos y lugares geográficos de Puerto Rico, incluso el extranjero.
“Esto hacía que hubiese un apetito de poder ir a ver estas figuras que se veían en la televisión, poderlas ver en carne y hueso en el escenario, por lo tanto, había mucha actividad importante de teatro serio y contundente. De teatro que se estaba estrenando en Londres, en Madrid, México, Buenos Aires y al poco tiempo se estrenaba en Puerto Rico la misma pieza. Al cesar la televisión dramática, empezó a decaer la actividad teatral. Empezaron a presentarse espectáculos teatrales con figuras de la radio, cantantes o el comediante de moda. No les estoy restando mérito, pero el teatro de envergadura… es muy poco el que se hace. Yo he sido muy afortunada de poder seguir haciendo el teatro que yo amo, el que me gusta”.
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Sus primeros pasos en la televisión…
Una de sus experiencias iniciales en la televisión fue a través de la novela El retrato de Angela, protagonizada por Axel Anderson y Ofelia D’Acosta. En ésta, representó al personaje de una niña muda. “Recuerdo que Ofelia D’Acosta le tocaba casi todas las escenas conmigo, por lo que tenía que memorizar sus parlamentos y los míos también. Yo tenía que comunicarme con el lenguaje de señas. Para esto, fui a la escuela de niños sordomudos para aprenderlo. Esto lo hice por iniciativa propia, no porque la productora me lo requiriera, pero yo entendí que el personaje lo necesitaba. Era una telenovela inspirada en la película Rebecca, una mujer inolvidable”, recordó la actriz.
Al mismo tiempo que actuaba en sus primeras telenovelas, estudiaba en el Departamento de Humanidades de la Universidad de Puerto Rico. Su rutina diaria durante estos años, era estudiar durante la mañana para luego tomar una guagua hacia Puerta de Tierra, donde estaban los estudios de Telemundo durante esa época. Aquí ensayaba y practicaba su personaje, ya que a la 1 de la tarde se hacía la novela en vivo. Luego se iba a trabajar hasta las 6 de la tarde a la tienda Sears que estaba localizada cerca del tribunal en Hato Rey. Recuerda que ya desde entonces, fue una joven organizada, multitasker y estudiante de honor.
Mientras su carrera iba en ascenso y era reconocida en y fuera de Puerto Rico, desde México le hicieron acercamientos para que se fuera a la tierra azteca.
“A mí me vinieron a buscar de México en dos ocasiones. La primera vez fue Fernando Cortés, una figura puertorriqueña muy destacada en México, junto a su esposa Mapy Cortés. Ellos comenzaron sus carreras en Puerto Rico y luego se fueron a México donde lograron el estrellato. Él cómo director y ella como actriz, cantante y bailarina. Fernando fue gestor de la versión de cine de El hijo de Angela María, la telenovela que hice en 1973. Fue una producción mexicana que él hizo las diligencias para que se hiciera y la dirigió en la Isla. Después de esta película me quiso convencer de que me fuera para México para hacer una carrera allá, pero no pude porque tenía dos hijos pequeños, estaba casada, por lo que no pude ir a México”.
Luego de esto, Johanna tuvo otro acercamiento de un productor también mexicano, pero no aceptó la oferta. Durante un tiempo, Rosaly estuvo trabajando en periodismo, en los programas noticiosos Telenoticias y En Vivo a las 5:00, ambos de Telemundo.
Mentoría a jóvenes…
Durante sus primeros años en la actuación, Johanna Rosaly recibió el apoyo y la mentoría de grandes figuras del teatro. De la misma manera en que fueron con ella, busca serlo con los jóvenes hoy día. “He dado tutorías a jóvenes que se están graduando de escuela superior y que van a hacer audiciones a escuelas de actuación en Estados Unidos, les ayudo a preparar las escenas que tienen que hacer y tratar de guiarlos para que tengan éxito. Esa ha sido una de mis grandes satisfacciones”, expresó la actriz, quien añadió que cuando viaja a Nueva York, prefiere ir a teatros pequeños y espacios emergentes a ver piezas teatrales apoyando así a los jóvenes actores y actrices.
Lo más reciente…
El año pasado, la estelar actriz se destacó por su trabajo en las producciones teatrales Elsa y Fred, junto a Jacobo Morales y la pieza Cabaret, en la que trabajó con varios actores, entre estos, su hija Alfonsina Molinari. Explicó que fueron dos proyectos cuyos personajes que interpretó eran totalmente distintos.
Este año comenzó con su actuación en la obra Buenas noches, mamá que, para ella, “ha sido una experiencia realmente contundente, muy especial, no solamente por el texto que es muy fuerte, sino por hacerlo con mi hija”. El mismo papel que está haciendo en esta pieza, lo interpretó hace 25 años. En aquella ocasión, su hija no formaba parte de la obra, por lo que la dinámica ha sido totalmente diferente:
“A mí no me afectaba tanto porque la actriz [en aquel entonces] no era mi hija. Yo tenía 50 años y mis hijos apenas empezaban a ser adultos. Ahora tengo 75 y mis tres hijos son adultos hace rato y esa dinámica de ser madre de adulto, es lo más difícil de la vida, porque estamos bregando con el ser humano que más amamos y los vemos muchas veces tomar decisiones que entendemos no son convenientes, perjudiciales, pero ya no tenemos el control, que es lo que sucede en esta obra, donde la madre se enfrenta a las decisiones de su hija y trata por todos los medios de convencerla, de boicotear el plan, suplicarle que no lo haga. Eso nos pasa a los padres con hijos adultos. Ya yo tengo esa experiencia como madre y la puse en servicio del personaje. Mi interpretación de ahora es mucho más profunda y tiene más significado que la que hice hace 25 años”.
El ser madre…
A días de celebrar el día de las madres, la actriz recordó a su mamá, a quien catalogó de ser una gran mujer, una gran madre y abuela. Además, habló sobre su experiencia como madre soltera.
“A mí me ha tocado, aquello que aprendí, ponerlo en práctica. Yo he brindado como mamá de lo que llaman en inglés ‘tough love’, he sido una madre recia, de disciplina y de mucha estructura, quizás por el hecho que yo crié a mis hijos sola. Yo me quedé sola con mis tres hijos cuando tenía 27 años. Tenía un niño de 6 años, uno de dos años y medio y una de un año. Es decir, muy joven me quedé sola con mis hijos y tuve que ser fuerte y estructurada para que todo marchara. Cuando mis hijos varones llegaron a séptimo grado, busqué un colegio para varones para que tuvieran esa fuerza masculina que yo no podía darle. A mi hija la puse en un colegio de niños y niñas para que tuviese esa experiencia, que hay varones y hembras en la vida. Cuando cumplieron 18 años, se fueron de la casa, se tenían que ir a estudiar, nada de manduletes en la casa. Yo entendí que, si no los hacía fuertes, la vida les iba a ser muy difícil”.
La importancia de los derechos humanos
Aparte de su trayectoria en la actuación, Johanna Rosaly se ha destacado por ser vocal en el tema de los derechos humanos. A través de sus escritos en diversos medios, en particular en sus redes sociales, Rosaly ha demostrado su firmeza y rectitud en cuanto a los derechos de todos los seres humanos, en particular a los de la comunidad LGBTTQ+ en Puerto Rico. Por esta razón, ha sido nombrada madrina del desfile de Orgullo a celebrarse en Boquerón.
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“Me dio mucha ilusión, estoy muy orgullosa porque es la segunda ocasión que encabezo un desfile gay. Lo hice en San Juan hace unos años… Mi compromiso con los derechos humanos, los derechos LGBTTQ+ son infranqueables, yo no cedo ante eso. Yo he luchado, me he reunido con legisladores, he salido a la defensa de los temas importantes y las personas que han sido atacadas. Me siento muy feliz y voy a dar el 100 por ciento durante la actividad”.
“Lamentablemente la religión lo ha tomado como tema y me refiero al cristianismo, porque en otras religiones eso no se da… tampoco entre los nativos americanos. Al contrario, entre los nativos americanos las personas que se sienten de otro género diferente al que se le asignó al nacer, son considerados seres especiales. El cristianismo le ha puesto una carga a todo lo que tenga que ver con el sexo, controlar los apetitos del ser humano; querer controlar la cuestión física, mental y anímica de las personas. Esto hace muy poderoso a los que tienen el control y lamentablemente para muchos sectores de la política, el juntarse con sectores religiosos conlleva legislaciones limitantes”, sostuvo.
La actriz añadió al respecto: “No nos ceguemos, esto no es solo en Puerto Rico, esto se da en todas partes porque es la manera de controlar. Si tú tienes un pueblo que vota, pero que no piensa y que además sigue ciegamente sin preguntar, porque ha sido educado para no cuestionar, es más fácil de controlar. Si tu mantienes (a un pueblo) ignorante y obediente, tienes el control político y por ende el control económico”, añadió.
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El medio ambiente y su reciente viaje a Japón…
Hace poco Johanna Rosaly estuvo de viaje por Japón. Días que disfrutó mucho observando una cultura completamente diferente a la que estamos acostumbrados en Occidente.
“En Japón es llamativa la limpieza, absolutamente limpio, no ves un papelito en el piso y no hay zafacones, porque la consigna es si tienes algo que desechar te lo llevas para tu casa y allá lo desechas. Por lo tanto, tú haces el esfuerzo de no tener nada para desechar. No está permitido comer en lugares públicos, ni pasillos de un centro comercial, ni en el tren, ni en el vestíbulo de un hotel. La gente es muy disciplinada, hay mucho respeto al espacio de los demás y la gente es muy culta. Es una sociedad antiquísima, mucho más antigua que los europeos y los americanos. Tienen siglos de refinamiento, llegando a una exquisitez que hasta el preparar té es una ceremonia”.
Por otra parte, y como ella misma indica, hay cosas positivas y otras negativas como todo en la vida. También expresó que aparte de la limpieza que pudo observar en el país asiático, Japón también ha sido responsable por daños ecológicos: “Ellos han tenido descalabros nucleares que han causado muchos daños, como contaminar las aguas del Pacifico. En su industria pesquera son depredadores, invaden los territorios acuáticos de otras naciones porque el apetito por el marisco es insaciable en Japón. Por un lado, tiene cosas para aplaudir y por otras, no tanto. Tienen mucho por adelantar en derechos humanos, por ejemplo, la homosexualidad en Japón está mal vista, no está permitido el matrimonio entre personas del mismo sexo, mucho menos la adopción por parejas homosexuales”.
De regreso a su Puerto Rico…
Lo que más aprecia la actriz de Puerto Rico es su clima y su gente. En cuanto al clima, señaló que, aunque hay temporadas de huracanes y días de mucho calor, la Isla no atraviesa por temperaturas extremas como en otros lugares que ha visitado.
“Nosotros tenemos un clima bendecido a pesar de los huracanes y del calor, no sabemos lo que es un frío que mata… La gente, el puertorriqueño, es un ser bueno, amable, simpático, alegre, le busca la vuelta a todo. Llevamos 400 años de colonia española y 125 de la estadounidense y seguimos siendo nosotros. La esencia del boricua es algo increíble. Nuestra música llega al mundo, somos los primeros. No solo en música, tenemos muchas expresiones culturales con figuras importantes, escritores, pintores, escultores, investigadores, científicos y hasta un astronauta. Va a ser muy difícil que dejemos de ser puertorriqueños y eso es algo maravilloso”.
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Por otra parte, la actriz comentó que tiene muchos proyectos en agenda, en particular de cine, cortos y largometrajes, como una producción cinematográfica de Teatro Breve. Aunque no quiso entrar en detalles, comentó también sobre un cortometraje del que formará parte, que será una especie de piloto para una serie de televisión. Además, está trabajando en traducciones de unas obras teatrales que formarán parte del True Colors Fest en el Centro de Bellas Artes.
Johanna finalizó la conversación dándole énfasis a lo que llamó su curiosidad intelectual: “que es lo que me motiva a leer, viajar y estudiar. Yo quiero saber, conocer y enfrentar mis trabajos como actriz con un alto grado de curiosidad, cómo enfrento a ese personaje que voy a interpretar. El libreto no lo dice, yo le hago un trasfondo político y social dándole forma al personaje. La curiosidad nace de la humildad. Muchas veces me han señalado de elitista, que soy come mierd*, que me creo que me las sé todas; pero no comprenden que mi afán de estudiar es porque no sé, y como no sé, mi humildad de no saber me lleva a querer aprender. A mí me choca cuando las personas hacen alarde de su ignorancia, la ignorancia me hace sentir humillada, triste, me desespero por averiguar, por saber”, finalizó.
