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Pepón Osorio presenta su obra que converge con diferentes realidades cotidianas

Pepón Osorio

Himno de Puerto Rico

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Imagen: En la Barbería No se Llora

La obra artística de Pepón Osorio, quien reune algunas de sus piezas más íconicas en la exhibición Pepón Osorio: My Beating Heart/Mi corazón latiente desde el 29 de junio en New Museum en la ciudad de Nueva York, refleja elementos y experiencias que Osorio vivió desde su niñez.

Según describe, hay muchas intersecciones dentro de lo que quiere comunicar, que convergen con diferentes realidades: “Mis padres se mudaron a Puerto Nuevo desde Carolina. Fue todo un proceso de migración que también ocurrió en Cangrejos, cuando gente negra salió en búsqueda de un progreso, entraron a la ciudad y vinieron de diferentes partes de la isla. Mis papás fueron parte de esta migración que ocurrió en el Puerto Rico de los años 50. Terminaron en Puerto Nuevo, que fue donde me crie… la imagen que he trabajado de Puerto Rico viene de esa experiencia de vivir en Puerto Nuevo”, expresó en entrevista.

 

Pepón Osorio
Pepón Osorio

 

Según recuerda, ocurrieron una serie de circunstancias y eventos dentro de la comunidad que lo llevaron a salir de Puerto Rico hacia el Bronx en 1975. Una vez en la ciudad de Nueva York, ya entrada la década del 1980, comienza a conocer un poco más de la diáspora artística puertorriqueña.

“Empecé a conocer una serie de artistas que estaban trabajando en Nueva York y me causó interés en lo que hacía el arte en términos de transformación personal y colectiva.  Ahí conocí a Merian Soto, mi esposa y con quien colaboré por mucho tiempo. Conocí a Awilda Sterling, quien fue mi compañera de cuarto y amiga de por vida.  Yo era trabajador social, sin título; trabajando con víctimas de abuso infantil”.

“Durante ese momento estaba curioso por lo que estaba haciendo Awilda Sterling. Me entusiasmó mucho y me llamó la atención la habilidad que tenía, pero también a los niveles conceptuales a los que estaba entrando. Con Merian pasó lo mismo, comencé a trabajar en producciones con ella. Empecé a trabajar solo y a desarrollar diferentes cosas. Fue un estímulo grandísimo estar en Nueva York con las comunidades. Mi trabajo es un reflejo no solo de lo que yo veo, también lo que la comunidad me enseña”.

El artista, nacido en Santurce, señala que aparte de ser puertorriqueño, tiene unas características de la manera cómo ve al mundo. “Hay una tendencia en la diáspora de reconocerse uno mismo como boricua. Hay otras cosas que son parte de esa realidad que a mí me interesan muchísimo; por ejemplo, yo como boricua negro, soy una persona que vive la realidad con otras culturas y realidades.  Cuando trabajo en el arte, me encuentro en medio de muchas intersecciones que se convierten en contradicciones de cómo yo veo las cosas”, señaló.

La exhibición…

En la exhibición en el New Museum de la ciudad de Nueva York, una de las instalaciones realizadas por Osorio en 1994 es En la Barbería No se Llora originalmente instalada en una barbería abandonada en New Haven, Connecticut, que aborda la performatividad de género y la perpetuación del machismo.  Durante la entrevista, el artista explicó que la creó basándose en su primera experiencia en una barbería, cuando era niño, localizada en la calle Andalucía en Puerto Nuevo cuando tenía entre 5 y 6 años.

“La persona que me estaba recortando no conocía [cómo manejar] el pelo rizo como el mío. Fue un momento muy traumático para mí. Yo lloré y fue una vergüenza para mi papá que estaba frente a sus amigos. La intersección del orgullo de mi padre por mi primer recorte y la realidad mía era totalmente diferente a la que él me estaba exponiendo. Empecé a llorar y me creó un trauma, que él resolvió dejándome un afro. Yo odiaba la barbería”.

 

Pepón Osorio
 En la barbería no se llora (1994), MAPR-San Juan.

 

Para realizar la instalación de la barbería, tuvo que hacer varias investigaciones. Para esto, visitó diferentes tipos de estos establecimientos, se sentaba a observar y a escuchar lo que estaban hablando. Lo más que le llamó la atención de estos lugares fue su estética.  “Me creó una atención no solo por el tema de la barbería, sino de la feminidad. Yo siempre lo digo, aunque los hombres queremos apoderarnos y creernos los dueños de las casas, la estética, cuando tu entras a un lugar -los espacios interiores y los colores- casi todo es muy femenino. Estamos constantemente bregando con una realidad que nosotros no la queremos aceptar ni ver, pero que a la misma vez la distorsionamos y para mí eso es el machismo”, expresó Osorio, quien con sus instalaciones, pretende invitar al espectador a una reflexión sobre los aspectos culturales que implementa en sus obras.

“Mi trabajo tiene una clara intención de chocar con la clase; tiene una estética de clase trabajadora. Yo no tengo miedo a la cuestión de bregar con unos parámetros conceptuales, pero dentro de mis propios términos. Hasta cierto punto yo he creído, que como persona y ciudadano colonizado, yo creí mis propios parámetros conceptuales que se imponen en el mundo del arte a través de la estética europea y norteamericana. Hay muchas cosas intencionales y otras que no tienen respuesta”, añadió el artista.

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Por qué las instalaciones como medio artístico…

Cuando comenzó a experimentar con el arte, lo hizo trabajando en diferentes medios como la pintura, collage y grabado. Con el tiempo fue descubriendo que el ambiente en el que vivía -la música, los medios de comunicación, los temas de los que habla la gente- todo era parte de un solo entorno, donde todo funciona a la misma vez. Por eso prefirió inclinarse a hacer instalaciones, con elementos multidisciplinarios y todas las realidades que él vive.

“El espacio doméstico de las instalaciones, viene de los años que estuve visitando hogares de familias como trabajador social. Yo entraba a una casa y te podría decir que estaba ocurriendo en ese hogar. Fue una total experiencia, visité miles de hogares. Empecé a entender una cosa de las dinámicas, pero también de la arquitectura social dentro de las comunidades y del hogar”, señaló el artista, quien en ocasiones trabaja también con la escultura.

Otra de las instalaciones emblemáticas de Osorio es Escena del crimen (¿De quién es el crimen?). Esta obra, originalmente presentada en la Bienal del Whitney Museum de 1993, representa lo que parecen ser las secuelas de un asesinato en un apartamento de una familia puertorriqueña en la ciudad de Nueva York.

 

Pepón Osorio
Escena del crimen.

 

“Los espacios no son sagrados… en el momento que tú entras a ellos, que han estado ocultos o cerrados de la visión pública, ya no es sagrado… Muchos de los espacios que construyo, algunos son para acceso público y otros no lo son. No estoy diciendo que la Escena del crimen es sagrada, pero simplemente hay un nivel de respeto hacia los componentes que existen en esa obra, que tú no puedes tocar y las historias que estoy tratando de traducir con estas obras… Con el espacio me di cuenta de que es uno donde hay un maniquí representando una figura de una mujer muerta y empecé a creer que es tan personal que yo no creía que las personas deberían entrar y verlo. A parte de que la pieza tiene un trabajo de investigación de detectives”, describió Osorio.

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De un hogar a un museo…

A pesar de esto, cuando Pepón Osorio se sienta a conversar con alguien, no lo hace “con la intención de crear arte, sino que las cosas simplemente surgen”. Por ejemplo, en una ocasión se puso a dialogar con una señora a quien se le quemó la casa y lo perdió todo. Luego de varios intercambios de impresiones, le pregunta si quería trabajar con él. En ese momento es que le dice a la señora que es artista.  Empezaron a trabajar juntos en lo que terminó siendo Home visits, instalación que tomaba un espacio designado en residencias privadas.

“Cuando terminé con ese trabajo, no sabía qué hacer, por lo que decidí que quería trabajar con diferentes familias como ella, pero con todo este ritual de la exhibición y de convertir las casas en museos… Empecé a trabajar con mucha gente en Estados Unidos, la pieza viajó a diferentes lugares, incluyendo Puerto Rico en el 2000. Lo que hacía era reunirme con las personas. Todo fue un proceso curatorial, en la que se enviaron invitaciones, hubo evento de apertura”.

Pepón Osorio explica que esta pieza viene de una experiencia que vivió de pequeño, que era la visita de los santos [figuras] a los hogares. En su caso en particular, recuerda cuando la virgen de la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Puerto Nuevo, la iban moviendo de casa en casa.

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Desplazamiento de las comunidades….

En una ocasión, Pepón Osorio hizo unas expresiones sobre el desplazamiento de los afrodescendientes de sus comunidades (en Estados Unidos) y lo cual indicó que es una contradicción que tiene sentido en la realidad puertorriqueña. Durante la entrevista, Osorio comentó que contrario a sus años de infancia y juventud, hoy en Puerto Rico se está hablando más abiertamente sobre el tema del racismo y discrimen racial.

“Volvamos a las contradicciones. Yo crecí en Puerto Nuevo, donde mayormente vivía la clase trabajadora, donde la cuestión del racismo no se hablaba, pero se asumió que eso estaba pasando. Yo me sentía como desplazado, pero no entendía por qué. Nosotros venimos de una realidad de la que no se habla, pero hay intenciones muy agudas a las que tampoco queremos hablar”.

“Al no hablarlo, estamos asumiendo un rol donde todo es normal. En ese sentido, lo que estaba diciendo es que no solamente por el desplazamiento, sino que también me pasó que empecé a mover y dar pasos hacia atrás a mi cultura y a mi país de origen… Durante esa época, muchas personas reclamaban su negritud, quienes terminaron pagaron por sus intentos y por sus reclamos. Personalidades como Sylvia de Villard, Víctor Santos entre otros, fueron rezagados hacia un lado. Eso era lo que pagaban por hacer el reclamo públicamente, y por estas razones me fui de Puerto Rico”.

reForm.

reForm…

Siguiendo con la línea del desplazamiento de las comunidades y como parte de la exposición próxima a abrir, se  presenta su proyecto, reForm (2014-2017), creado en colaboración con estudiantes y miembros de la comunidad en respuesta al cierre ordenado por la ciudad de una escuela en Filadelfia.  Al igual que las otras instalaciones, esta surgió tras sus paseos por Filadelfia en bicicleta y las conversaciones con miembros de estas comunidades. En uno de sus recorridos, se encontró con una escuela abandonada, la vio como un fantasma arquitectónico comparándolo con la situación de Puerto Rico y las grandes estructuras abandonadas. En ese momento le dio curiosidad sobre cómo afectó el cierre de aquél edificio a la gente.

Para este proyecto entrevistó a integrantes de la comunidad y la escuela clausurada. Los invito a una cena y llegaron alrededor de cien personas. La idea era reunir a todos aquellos que formaron parte de esa escuela, para que por lo menos tuvieran esa ‘actividad de cierre’ a la que nunca tuvieron la oportunidad de asistir. Al evento asistieron maestros, estudiantes y la directora de la escuela afectada. En ese momento, se le acercaron jóvenes que querían trabajar con él en el proyecto, por espacio de un año se reunieron todos los sábados visualizando qué podían crear. Finalmente al artista se le ocurrió entrar al edificio, el cual tenía asbestos y empezaron a coger pertenencias y materiales. Estos objetos fueron evaluados por un laboratorio de la universidad para asegurarse que no estuviesen contaminados.

La idea se fue poco a poco concretizando hasta convertirse en la representación del salón de clases que los jóvenes perdieron. Esta instalación fue creada en uno de los salones de la Escuela de Arte y Arquitectura de Filadelfia, con el apoyo de la decana de la escuela de arte. Este espacio no solo se convirtió en uno de pasatiempo, sino de reflexión y concientización sobre el tema del desmantelamiento del sistema público de educación.

My Beating Heart / Mi corazón latiente

Corazón Latiente…

La exposición de Pepón Osorio en el New Museum incluirá varias obras escultóricas, entre ellas My Beating Heart / Mi corazón latiente (2000), un corazón anatómico de seis pies de altura elaborada con una técnica de papel tradicionalmente utilizada en la elaboración de piñatas, equipada con bocinas que resuenan los latidos del corazón del artista.  Sobre esta pieza, Osorio expresó: “Es una obra donde trabajé con unos asuntos emocionales y espirituales, con el propósito de entender el tema de los traumas… Hice un corazón gigante, que es cómo me veo, compartiendo mis latidos con otras personas”, sostuvo Osorio.

Durante la exhibición Pepón Osorio: My Beating Heart/Mi corazón latiente, el público tendrá la oportunidad de ver, por primera vez, los proyectos más recientes e importantes de Osorio, donde se pueden apreciar las formas distintivas en las que el artista crea entornos integrales que ilustran historias personales y revelan preocupaciones sociales. La muestra estará abierta hasta el 17 de septiembre en el New Museum en la ciudad de Nueva York.

Himno de Puerto Rico

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