Imagen: El Gobernador Luis Muñoz Marín de visita en la biblioteca de Félix Tió Nazario en San Germán. 1955.
La flor de la amistad la cultivó un breve pero intenso y franco epistolario entre la poeta Clara Lair y el agitador cultural y coleccionista Félix Tió Nazario. Entre los muchos asuntos que revelan las 84 cartas salió a relucir una relación afectiva entre Félix Tió y Pablo Casals. Mi intuición me llevó a indagar cómo, cuándo y por qué el sangermeño entabló una amistad con el maestro Casals. Y descubro que Félix, fue clave para que Pablo Casals viniera a vivir a Puerto Rico por su crucial y oportuna mediación con el gobernador Luis Muñoz Marín como comprobaremos más adelante.
Dos personas me sirvieron para seguir esa pista, el profesor José Delanoy, por décadas custodio de la obra de Casals y director del Fideicomiso Pablo Casals y mi primo, el cineasta Enrique Trigo Tió . Entre ambos me enviaron cartas, fotos que corroboran dicha influencia. Está y otras historias, aparecerán en el libro titulado Una mujer que ya no existe, Clara Lair antes de ser Clara Lair, editado la poeta Vanesa Droz y que pronto va a publicarme la Universidad Interamericana, gracias a la invitación que me hiciera el profesor José Luis Colón.

En la carta número 80, Clara Lair le comenta a Félix que Pablo Casals tuvo frases muy elogiosas sobre él, indagó sobre dicha relación con una llamada a mi primo Enrique y al profesor Delanoy. Ambos coinciden y confirman que Félix, fue instrumental para que Casals viniera a vivir a Puerto Rico y estableciera en nuestra patria el Festival Casals. Pero esa amistad no empezó en Puerto Rico; la actividad cultural de Félix, su espíritu aventurero y viajero lo llevó viajar a los Pirineos, donde se celebraba el Festival de Prades para escuchar a don Pablo Casals.
Casals, opuesto al régimen de Franco, se había negado a tocar conciertos en España y asistía desde el 1950 al festival de Prades, ubicado en los Pirineos en la frontera con España. Félix comenzó a visitar los Festivales de Prades desde los primeros cuatro años de creado. Tiempo que le facilitó para entablar una amistad con el maestro.
El talante universal y la sensibilidad de Félix, permitía que el joven adulto y jovial se interesara de una envejecida Clara Lair, a pesar de sus achaques de salud, sus melancolías y pobreza; primordial para Félix era la amistad con la gran poeta, esa no tenía edad, se mantenía lozana. Le atraía su mito, su cultura y carisma. Ese mismo amor por las cosas bellas, el talento, y la excelencia llevó a Félix a Prades a escuchar los conciertos de Pablo Casals. La cultura, la música y la poesía, fueron un imán para su espíritu. Y no creo ser arbitraria, si intuyó que existe la posibilidad que Clara sirvió de enlace entre Félix y Muñoz Marín que era su primo hermano.

El primo Enrique, sobrino predilecto de Félix, que entonces filmaba un documental sobre Casals me escribe y detalla sobre la relación de Félix con Pablo Casals y su entrañable viaje a Mayagüez y San Germán:
“Mi tío Félix Enrique Tió Nazario, melómano (y apasionado de la música de Chopin, pasión que compartía con Clara Lair, su gran amiga), iba todos los años desde San Germán a Prades, Francia, al festival del Maestro Casals. Desarrollaron una gran amistad, y en el año 1953 o 1954 don Luis Muñoz Marín, entonces gobernador de Puerto Rico, le encomendó a Félix que le sirviera de enlace para convencer a Casals de mudar su festival y residencia a la tierra de su madre. Lo demás es historia”.
Prosigue relatando Enrique un momento emocionante que ocurrió cuando los niños de las escuelas públicas de San Germán esperaban a Casals en su recorrido por el pueblo:
“En su primera visita a Puerto Rico, don Pablo quiso ir a Mayagüez a conocer la casa de su madre, doña Pilar Defilló, y a San Germán a conocer a los padres de su amigo Félix Tió. Félix, un ser extraordinario y exquisito, se encargó de la organización: en la mañana don Pablo conocería la casa de su madre en Mayagüez, en cuyo balcón interpretó el violoncelo; y luego iría a San Germán a conocer a los padres de Félix, Juan Ángel Tió. Finalmente, Casals iría a la primera cancha bajo techo del país -Arquelio Torres Ramírez-, donde la Universidad Interamericana de San Germán le otorgaría un doctorado Honoris Causa; allí don Pablo pronunció un discurso e interpretó el violoncelo.
En el auto viajábamos don Pablo, Inés María Mendoza, Martita, y yo. Al entrar a San Germán esperaban a don Pablo, a lo largo de su recorrido por las calles del pueblo, los niños de las escuelas públicas ondeando banderas catalanas. Don Pablo, emocionado en el interior del auto, sollozaba. Así era Félix, que tuvo la feliz idea de repartir las banderas catalanas a los niños», concluyó.

Fue con Teodoro Moscoso (entonces director de Fomento Económico bajo cuya ala estaba el Festival Casals, parte fundamental de la Operación Serenidad, contraparte cultural de la Operación Manos a la obra, Carlos Passalacqua fue a quién Muñoz o Moscoso le comisionó dirigir el Festival Casals quién lo organizó magníficamente durante muchos años)”.
De la visita del Gobernador a la biblioteca que Félix en 1955, que organizó con tanto esmero y devoción en San Germán, queda constancia en esta foto de Félix junto a un Muñoz Marín:
Vemos un gobernador extasiado, admirado mirando absorto los documentos. Podemos concluir que los viajes de Félix al Festival de Prades, y sus intervenciones fueron tan fecundos que cuajaron en la celebración de los Festivales Casals que tanta gloria y prestigió dieron y siguen dando a Puerto Rico.
Esta gesta musical esencial para un pueblo tan musical como el nuestro, se confirma cuando Delanoy me envía una maravillosa carta escrita por Félix en el 1956, dirigida al gobernador Muñoz Marín. Al final de la misma Félix interpreta la persona de Pablo Casals: “He llegado a comprenderlo, y creo es un alma superior, muy pura. Ojalá, usted y doña Inés puedan venir, así como todos los que lo admiran. Y saben aquilatar su valía. Ese festival de Prades del 57 yo lo veo aquí”.
Pero este logro melodioso, también se dio porque intervinieron y coincidieron intereses muy profundos, como el que la madre de Casals era puertorriqueña y mayagüezana. Además Casals tenía un sobrino en Puerto Rico y el maestro Casals había conocido a la puertorriqueña Martita, cuando fue su estudiante de cello en Prades, durante una segunda visita de un año, entre 1954-55. Martita, venía de una familia de músicos aficionados, casa con don Pablo y toda su vida se ha dedicado con devoción, amor y esmero a la obra de don Pablo.
Los sueños se cumplieron el primer Festival Casals empezó en 1957…
Las estrellas se alinearon como las palabras poetas cuando caen en su sitio. Porque hubo una conjunción de voluntades, de esperanzas entre familiares, amigos y admiradores que anhelaban que Casals viniera a Puerto Rico. Unido a que teníamos un gobernador que compartía y entendía la importancia e influencia que una figura de la talla de Casals tendría en la isla de venir a residir a Puerto Rico. Muñoz conocía la relación de Félix con el maestro, y lo animó para que intercediera con el propósito de fundar el Festival Casals en Puerto Rico. El vínculo de Félix con Casals fue una de las razones para que pudiera concretarse el esfuerzo.
Eso no se da en un vacío, Puerto Rico, desde el siglo XIX gozaba de una herencia y cultura musical significativa. Pero estaban los artistas huérfanos de apoyo, todavía no había instituciones que lo respaldase. Inclusive Trina Padilla de Sanz, conocida por su seudónimo, La Hija del Caribe, ya para la década del treinta, había escrito en la prensa pidiendo a gritos un Conservatorio de Música.
La llegada de Casals se logra porque coincide con un gobierno comprometido con la cultura. Fue en esa época en que por primera vez se creó en Puerto Rico una política cultural. Interesante que Delanoy, me contara que Casals le comentó a Muñoz “que no conocía un país que no tuviera una orquesta sinfónica”. Sugerencia que coincide con que teníamos de Presidente de la Cámara a Ernesto Ramos Antonini, amante de la música, fiel partidario de la afirmación puertorriqueña que creó las Escuelas Libres de Música para que ningún niño con talento musical quedara, por falta de medios económicos, sin la educación apropiada para su desarrollo. Legisló también para crear el Conservatorio de Música, para desarrollar músicos de primer orden para que nuestra Orquesta Sinfónica estuviera compuesta por excelentes músicos puertorriqueño además de legislar otras Instituciones culturales.
Muñoz fomentó la cultura y la economía del país. Ambas las consideraba fuerzas vitales que daban aliento, vigor y bienestar a la salud económica como a la salud moral y cultural del país. No entró en conflicto con ella, abrazó todo lo que afirmaba el país y nos hacía mejores.
La amistad de Clara y Félix coinciden en un momento histórico en que se privilegiaba un desarrollo cultural y musical en Puerto Rico. Los conciertos del festival se transmitían por la recién creada WIPR, las estaciones del pueblo de Puerto Rico, para beneficio del pueblo.
Podemos concluir que la sensibilidad de un joven soñador y amante de la cultura, las intervenciones con Muñoz Marín fueron tan fecundas que lograron la celebración de los Festivales Casals, que tanta gloria , provecho y prestigió dieron y siguen dando a Puerto Rico.