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Antonio Paoli: curiosidades y anécdotas [1882-1899]

tenor puertorriqueño Antonio Paoli

Himno de Puerto Rico

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I

Antonio Paoli (1871-1946) nuestro más importante tenor dramático de todos los tiempos, tuvo una niñez muy activa y llena de experiencias que lo hicieron muy feliz. Narra su biógrafo, Jesús M. López, que el niño Paoli correteaba por los cañaverales con Dito, el hijo de Eduardo, empleado de la hacienda, con quien aprendió a comer la comida de pájaros: las pomarrosas y el cundeamor.

Junto a sus hermanos le gustaba bañarse desnudo en un charco que había cerca de la ceiba milenaria de Ponce y del río Portugués y zambullirse en una zanja conocida como el zanjón de Serrallés. También le gustaba mucho caminar hasta el monte El Vigía, una especie de atalaya donde se observa una vista impresionante de su Ponce querido. Los trabajadores de la hacienda La Fe, propiedad de su familia, lo llevaban a escondidas de su padre y montado sobre el lomo de un caballo blanco, a las jugadas o peleas de gallos; mientras que otras veces era cargado en hombros para a bañarse en el río, por Sixto, otro obrero de la Hacienda.

Cuenta López, que en un domingo Antonio Paoli, a quien le gustaba comer guayabas silvestres, fresas y quenepas, ya vestido con un flu nuevo color blanco para ir a misa con su familia, se escapó de su casa y se fue con Dito a comer quenepas de un árbol gigantesco que había cerca de su casa. Mientras comía las deliciosas quenepas de Ponce se limpiaba las manos en su ropa. Así llegó a su casa con su ropa manchada del color marrón que deja como huella indeleble la dulce fruta.

Sus padres lo castigaron. No podía salir de su residencia y menos podía llegarse hasta la plaza de Las Delicias en donde se celebraban las fiestas patronales que tanto a él le gustaba. No obstante, ese mismo día, logró convencer a Lalá, su niñera, de que lo dejara ir a la Plaza. Su aventura le ocasionó un gran disgusto con un niño vecino y de su propia edad que quería ir corriendo a contarles a los padres de Antonio lo sucedido. El encontronazo ocasionó una pelea a puños entre los dos niños. Otros amigos y hermanos al enterarse de la situación les avisaron a sus padres. Lo volvieron a castigar.

Antonio Paoli

Imagen: Antonio Paoli a los seis años (Suministrada / Casa Paoli)

Una víspera de Reyes, la familia de Antonio fue invitada a una hacienda en Coamo, de un corso llamado Juan Berlingieri, amigo de su padre. Esa noche cada uno de los niños, siguiendo la tradición, colocaron una cajita con su nombre y llena con la yerba Santa María, para que comieran los caballos cuando llegaran a las casas Los Tres Reyes Magos. Cual fue la sorpresa a la mañana siguiente cuando todos los niños de las dos familias recogieron sus regalos dejados por Los Tres Reyes Magos, excepto Antonio Paoli, quien había dormido debajo de un árbol de algarrobo. Le habían dicho que podía ver los fantasmas debajo de ese árbol y que se veían transparentes en forma de nubecillas, durante las noches que no había luna llena.

A los ocho años asistió por primera vez a escuchar y ver una ópera en el Teatro La Perla de Ponce: El Trovador de G. Verdi. Amalia cantaba en el coro y su hermano entraba gratis al teatro. Esta representación le impresionó mucho, especialmente la voz del tenor Pietro Bacci en el papel de Manrico. Además, pudo ver la ópera Norma de Bellini que, de acuerdo con López, fueron las dos primeras óperas que Antonio Paoli vio en su vida.


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II

Sus años de estudiante en la academia Museo de la Juventud que dirigía Ramon Marín fueron de gran provecho para Antonio Paoli. Era un estudiante muy inquieto, pero muy estudioso de las materias de historia, ciencia, gramática; le gustaba leer y hacer deportes. Su ortografía era muy buena. La buena educación que adquirió con Ramón Marín, le sirvió de gran ayuda en sus estudios en la Real Academia de los Padres Agustinos en el Real Monasterio del Escorial. Allí ingresó en 1883, a los 12 años.


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III

En el Escorial Antonio servía de monaguillo en las misas diarias, excepto cuando tenía que cantar con la escolanía, de la cual era solista. Algunas veces se juntaba con otro compañero y se bebían a escondidas, el vino que había sobrado de la misa. Los domingos después del la Misa Mayor, que era uno de los días de asueto de los estudiantes, Antonio Paoli a diferencia de sus compañeros, se retiraba solo al Panteón de Los Reyes, donde vocalizaba y cantaba con el propósito de escuchar el eco de su voz retumbar por toda el área.

Era un lugar muy cerrado, que tenía una pequeña cúpula redonda que devolvía el sonido amplificado. Los veranos se marchaba a Madrid a ver a su hermana Amalia o a pasar un tiempo con amigos que vivían en Ávila o Navarra. En 1888 finaliza sus estudios en el Escorial. Tenía 17 años. Sus calificaciones fueron excelentes, especialmente en música, deportes, latín, griego y francés. La reina de España, María Cristina de Habsburgo, su protectora, lo becó para que ingresara a estudiar a la Academia Militar de Toledo.

IV

En la Academia de Toledo, según López, participó en las actividades militares, culturales y sociales, particularmente como solista del coro. Le gustaba, en unión a sus compañeros en Navarra, llevar serenatas, a las chicas más guapas de la región. Él decía que, si eran guapas y de pie pequeño, tenían más gracias.  Con un grupo de amigos organizó, durante los veranos, el Orfeón Voces de España. Cantan con éxito en varias fiestas pueblerinas.

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Los invitan a Bilbao, San Sebastián e Irún. Aprende el idioma Euskera de los vascos y muchas canciones vascas. A sus 18 años, el Orfeón se dio a conocer entre los habitantes de los pueblos del norte de España; decidieron, entonces, recorrer los pueblos del sur. Todas las presentaciones fueron un éxito total. De la catedral de Toledo lo invitaban a cantar, en ocasiones de alguna visita de la realeza español. En 1892 termina con altos honores sus estudios militares en Toledo. Es asignado como cadete especial a la orden de la Reina y Custodio personal del niño Rey, Alfonso XIII, quien tenía 7 años.

Antonio Paoli

V

Antonio Paoli acompañaba al Niño-Rey a todas partes. Entre las responsabilidades de Antonio, estaban la enseñanza, al futuro soberano, de las nociones de los números y letras. En una ocasión, mientras Alfonso estaba tranquilamente jugando Paoli escucha el pregón de un vendedor de helados, a través de una ventana entreabierta que daba a la Plaza de Oriente, en el salón donde estaba el Niño-Rey. Al escuchar al heladero Antonio logró gritarle al vendedor que le vendiera un helado. El vendedor colocaría uno de los helados en una canasta de membrillo que Paoli, por esa ventana, la bajaría con una soga. Alfonso también se antojó de uno de aquellos helados.

Esta situación se convirtió en casi una costumbre, hasta, que un buen día, un alto militar del Palacio se dio cuenta y los sorprendió con helado en mano. Elevó la queja a la realeza. El niño fue castigado severamente; mientras que Antonio Paoli fue suspendido de sus deberes militares por dos meses sin sueldo y retirado como Custodio del Niño-Rey. Se dedicó, un buen día, durante dos meses lavando los platos y los retretes del cuartel del destacamento militar en el Palacio. Al finalizar el castigo fue trasladado a Barcelona para servir como guardia militar del puerto. Solicitó permiso para vivir fuera del cuartel, lo que le concedieron.

VI

Viviendo en Cataluña ingresa al Orfeón Catalá, considerado el mejor coro de España. Ofrecieron una considerable cantidad de funciones en donde se destaca la voz de Paoli. En 1895 Antonio Paoli fue trasladado a Cuba. Estando destacado en Cuba surge la guerra de la Manigua. Paoli pelea en esa guerra. Tiene que luchar a bayoneta calada, con el sable y el puñal en encuentros cuerpo a cuerpo. Fue herido en la cara cerca del mentón. Luego contrajo la malaria. En 1896, muy enfermo, fue trasladado a Madrid. Mas tarde pide su retiro.


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Se le concede el retito con méritos y se le condecora con la Cruz de la Victoria. Se marcha a Barcelona y regresa a cantar con el Orfeón Catalá. Estaba en una situación económicamente muy difícil. Viajó durante seis meses por el Mediterráneo como marino mercante. Al regresar a España, mejora su situación económica. Hace una gira por España. Al llegar a Madrid visita al maestro Verger. Continúa vocalizando bajo la tutela de Verger. Después de muchas vicisitudes y tropiezos, su hermana Amalia consiguió que la Reina le otorgara a su hermano otra beca, esta vez para estudiar canto en Italia. Ingreso a estudiar en el Conservatorio del Teatro Alla Scala.

VII

En 1898 Paoli ingreso a estudiar en el Conservatorio del Teatro Alla Scala. Allí pudo conocer y hacer amistad con los grandes compositores de la época. Tuvo la oportunidad de participar en dos homenajes al Maestro Giuseppe Verdi, tenía 85 años, quien después de oír cantar a Antonio Paoli le aplaudió. Para Antonio, ese noble gesto de Verdi, según López, fue la consagración total como artista lírico ya que el gran compositor italiano le había dado su aprobación con tan singular homenaje.


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Al parecer Milán también le trajo a nuestro compueblano suerte en el amor. Allí encontró a Josefina Vetiska, con quien se casó y tuvo un hijo. También su maestro del Conservatorio recomendó a Antonio Paoli para reemplazar a un tenor que se enfermó y tuvo que suspender su presentación en el Teatro de la Opera en París. En el año 1899, fue el debut de Antonio Paoli como cantante profesional. Así terminaba las veces en que Antonio para allegarse algún dinero, cantaba utilizando varios seudónimos, pues a los estudiantes se les tenía prohibido cantar públicamente so pena de expulsarlos del Conservatorio.

VIII

Antonio Paoli cantó en francés y represento el papel de Arnold de la ópera Guillermo Tell de Rossini. Era el 30 de abril de 1899. Tenía 28 años. El éxito fue algo indescriptible, el teatro estaba repleto. De esa fecha en adelante Paoli se convirtió en uno de los tenores más valiosos del mundo.   Entre el público que acompaño al Tenor se encontraban grandes personalidades del mundo de la ópera. Por una casualidad del destino un grupo de puertorriqueños que estaban de vacaciones en Paris, recibieron gratis en su hotel boletos de entrada para este concierto. Estaba liderado por un ponceño que se llamó Antonio (Totón) Otero Arce, quien, en 1935, recordando la hazaña del gran Tenor, escribió lo siguiente:

‘’Imagínense nuestros amigos la alegría de este puertorriqueño, ponceño al mismo tiempo. La emoción nos embargaba hasta el punto de querer gritar a todos: Es nuestro paisano. Es de Ponce.”

Lea más sobre la hitoria de Antonio Paoli en:

El más grande tenor puertorriqueño: Antonio Paoli

 

Antonio Paoli

 

Himno de Puerto Rico

Comments 1

  1. Avatar Elsa Tió says:

    Bravo , Nestor , que vida interesante , dramática y Tufiño tenía unas anécdotas muy interesantes sobre Paoli

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